Home

Nación

Artículo

Jaime Granados | Foto: Guillermo Torres

CONTRATO

El trabajo del Gobierno que Jaime Granados no aceptó

Al abogado Jaime Granados, defensor del expresidente Uribe, le propusieron que sirviera como árbitro en la defensa del Estado ante varias demandas. ¿Por qué tuvo que decir que no?

31 de julio de 2015

Hace pocos días el abogado Jaime Granados recibió una llamada inesperada. Un alto funcionario del gobierno Santos le preguntó si había alguna incompatibilidad para que él (como árbitro) defendiera a la Nación en algunas demandas interpuestas por consorcios y empresas.

El Gobierno, con el fin de defenderse bien en algunos procesos asociados a la infraestructura, se dio a la tarea de levantar una férrea defensa con abogados de renombre.

Granados, acostumbrado a enfrentar grandes casos, aceptó bajo la consigna de que no había ninguna incompatibilidad profesional en abordar estos temas, pese a ser el abogado del expresidente Álvaro Uribe y de sus copartidarios en el Centro Democrático, todos reconocidos opositores del actual gobierno.

El letrado se ha caracterizado por defender integrantes de esa colectividad política en una de las épocas de mayor crispación y polarización política, en la que muchas tensiones han terminado en los estrados judiciales.

Hasta allí no hubo ningún problema y en efecto, hace dos días surgió el primer caso. El Gobierno le entregó el poder para representarlo ante un tribunal de arbitramento que decidiría las diferencias surgidas entre el Consorcio Vial Helios y la Agencia Nacional de Infraestructura.

El caso se deriva de un contrato de concesión del 14 de enero del 2010 donde las partes tienen algunas diferencias que zanjarán en ante esta instancia.

Pero una serie de rumores comenzó a rondar a algunos integrantes del Centro Democrático. Granados recibió llamadas de miembros de esa colectividad que, extrañados, le hablaron del asunto y quisieron dar a entender que no era posible que ayudara al gobierno de turno.

Ante esta alusión netamente política, el jurista le envió el jueves pasado una carta a María Angélica Munar, abogada de la Cámara de Comercio, donde se hacen estos arbitramentos para declinar su participación.

Granados le dijo a Semana.com que había aceptado con el único interés de defender a la Nación, pero que el hecho de que le “hubieran metido política” al tema lo hizo renunciar.

“No soy del Centro Democrático, soy conservador. El hecho de que defienda al presidente Uribe y a algunas personas de esa colectividad no significa que no pueda ejercer mi trabajo con temas del actual gobierno”.

El asunto, que generó todo tipo de suspicacias entre personas del actual gobierno y del Centro Democrático, llegó a su punto final.