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Mendes es el dueño de Gestifute, una empresa que dice ser líder en gestión de carreras de profesionales en el deporte y considerada la agencia de futbolistas más importante del mundo. | Foto: SEMANA

PERFIL

El ‘rey Midas’ que tocó a James Rodríguez

La sorprendente historia de Jorge Mendes, el empresario que llevó al colombiano a la cúspide del fútbol.

23 de julio de 2014

En todas partes hay millones de personas en estado de felicidad por el ingreso de James Rodríguez a las filas del Real Madrid. Hay gente que siente orgullo, otros sueñan verlo marcar su primer gol en el mítico Santiago Bernabéu, algunos más imaginan la posibilidad de levantar la Champions League. Es una satisfacción por hechos intangibles, mientras existe un hombre que realmente está muy contento porque obtuvo una recompensa contante y sonante.

Se llama Jorge Mendes y lo conocen como el ‘rey Midas’ debido a su extraordinaria capacidad para valorar a los jugadores, venderlos a otros clubes y obtener un jugoso porcentaje por la operación. Todo con su teléfono celular, una vasta red de contactos y, lo más importante: la sabiduría para ganarse la confianza de los deportistas que depositan en él una fe ciega.

Así, por ejemplo, le pasó a Radamel Falcao García. El delantero jugaba en el Atlético de Madrid, era un eficaz artillero, ganaba títulos y recibía elogios como el mejor 9 del mundo. Mendes fue quien lo convenció de irse para el Mónaco, como también a James, con la promesa de que desde el Principado saltaría a la prestigiosa liga inglesa.

Tras el infortunio de su lesión, Falcao ni siquiera se quedó en Mónaco sino que viajó de inmediato a Portugal, de donde es oriundo Mendes, quien lo puso en manos de José Carlos Noronha, el médico que tras operarlo lo tranquilizó con el mensaje de que iba a jugar el Mundial. Una promesa que contrastaba contra el diagnóstico de todos los especialistas que decían que el 'Tigre’, por el tipo de lesión, sólo podría volver a jugar en mínimo siete meses.

Falcao no perdió la ilusión y siguió creyendo en Mendes, de cuyo entorno ahora han filtrado una ilusión más: que no se preocupe, que seguramente irá al Madrid.

¿Será cierto? La verdad es que Mendes tiene las llaves para hacerlo. Él es el dueño de Gestifute, una empresa que dice ser líder en gestión de carreras de profesionales en el deporte y considerada la agencia de futbolistas más importante del mundo. De hecho, Mendes es el agente de 90 jugadores de primerísimo nivel que le dejan una cartera de cientos y cientos de millones de dólares.

Su último negocio fue el fichaje de James por el Real Madrid. Se estima que la operación por el jugador fue de 80 millones de euros. Nadie en este negocio revela las cifras reales para los agentes en calidad de comisión. Empero, muchos estiman que pueden oscilar hasta el 10 %. En caso de que sólo haya sido la mitad, el 5 %, se ganó cuatro millones de euros, unos 10.000 millones de pesos que ingresaron a su cuenta bancaria.

Negocios como este le han permitido vivir como un rey. En este verano ya también ganó por Diego Costa al Chelsea y Angel Di María al PSG. Dicen quienes lo conocen que Mendes tienen su propia bodega en su lujosa mansión en Lisboa. Esta cuenta con una variada oferta de los vinos más costosos de los mejores viñedos. Cada vez que cierra una transacción, como la de James, allí en su refugio descorcha una botella y brinda radiante por su propio éxito.

Nada mal para un hombre que fue un futbolista calificado por quienes lo vieron como “mediocre”. A los 20 años de edad era tan torpe con el balón como brillante con su cabeza. Por eso se retiró prematuramente y se dedicó a los negocios. Primero manejó la publicidad de un equipo de fútbol, luego montó un videoclub, después una hamburguesería y finalmente una discoteca.

Fue precisamente en la sala de fiestas donde su vida cambió. Allí conoció al portero del Vitória SC. Nuno Espírito. Entre baile y baile, se hizo amigo de él y acabó siendo su representante. En 1996 logró cerrar su pase al Deportivo de la Coruña, lo que supuso un punto de inflexión en su carrera. Creó Gestifute y comenzó a gestionar la salida de futbolistas portugueses al extranjero.

Su salto al estrellato en el mundo del fútbol fue cuando vendió a Hugo Viana en el 2002 al Newcastle por 12 millones de euros, lo que generó en los futbolistas más conocidos de su país una revolución, ya que todos pidieron su representación. Y entre quienes confiaron en él apareció el más mediático y exclusivo de todos: el técnico Jose Mourinho.

Después vendría una constelación de estrellas: Cristiano Ronaldo, James, Falcao, Diego Costa, Ángel Di María, David De Gea, Hulk, Thiago Silva, Fabio Coentrao, Carlos Vela, Luis Nani, Pepe, Quaresma, Danny, Ezequiel Garay, Miguel Veloso y Giovani, entre otros. Son tantos y tan buenos, que él va cualquier partido del Mundial y puede hacerle barra con sobrados motivos a cualquiera de las selecciones porque seguramente allí habrá un futbolista suyo.

Fue lo que pasó con James, quien tuvo un Mundial fantástico, para emoción de los hinchas colombianos y la alegría de Mendes. Por si fuera poco, el 10 ganó el botín de oro e hizo el gol más lindo de la Copa Mundo. Argumentos suficientes para decirle a Florentino Pérez, dueño del Real Madrid: “Usted tiene que tenerlo en su nómina”. Lo demás ya es de público conocimiento. Por eso, él es hoy por hoy el hombre más feliz del mundo por el paso de James al Madrid.