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| Foto: Archivo SEMANA

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Llegará José Contreras, el tercer repatriado desde China

A sus 73 años y después de ser condenado por tráfico de drogas a más de 12 años, este hombre volverá a pisar tierra colombiana. Será repatriado por razones humanitarias.

6 de abril de 2017

De los 12 años y cuatro meses de prisión a los que fue condenado en Hong Kong, José Emiliano Contreras Forero sólo pagó dos años. Este jueves, un mes después de que China ejecutó a un colombiano, el hombre de 73 años capturado por el delito de narcotráfico regresará al país a seguir pagando su condena.

"Se trata del primer connacional que se logra repatriar por razones humanitarias desde la Región Administrativa Especial de Hong Kong de la República Popular China, en consideración a su avanzada edad y condiciones de salud", informó la Cancillería a través de un comunicado.

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Aunque Contreras no tiene la llave de su libertad y la posibilidad de que volviera a su país natal era lejano, este jueves tras un dispendioso proceso el gobierno colombiano llegó a un acuerdo para que pudiera pagar su pena en territorio colombiano. 

Su caso se suma al de Harold Carrillo que en noviembre pasado llegó a Bogotá desde el lejano Oriente custodiado por dos guardas del Inpec y un médico. Había sido condenado a pena de muerte por tráfico de estupefacientes y sufre actualmente de cáncer.

Sara Galeano, una transexual condenada por tráfico de drogas fue repatriada hace un mes. Igual que los otros dos casos, ante la inexistencia de un tratado de personas condenadas entre Colombia y China, el trámite de repatriación de la ciudadana oriunda de Pereira obedeció a estrictas razones de tipo humanitario debido al estado de salud que presenta.

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De acuerdo con las cifras oficiales, más de 8.600 colombianos están detenidos en 1.000 cárceles del mundo por tráfico de drogas. Lo que diferencia a estos connacionales de otros detenidos en numerosos países es que en China el tráfico es un delito mayor en el que las personas pueden recibir desde 18 años hasta cadena perpetua o la pena de muerte.

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En China, una vez un colombiano queda preso, pierde sus garantías de defensa, ya que las comunicaciones con sus familiares son casi imposibles. Muchos han denunciado que un traductor cobra entre 150 y 250 dólares diarios, cifra muy difícil de pagar para las familias de los presos, que en su mayoría son de escasos recursos.