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Juan Diego Gómez. | Foto: Archivo SEMANA

CONGRESO

Senador se avergüenza por haber hecho copialina

Juan Diego Gómez pide que se archive un proyecto de su autoría por haberlo copiado del ‘Rincón del Vago’.

10 de noviembre de 2014

En el capitolio muchos parlamentarios quieren pasar a la historia por su gestión. Esta se ve reflejada principalmente por la cantidad, pero, sobre todo, la calidad de proyectos de ley que pongan a consideración del Congreso.

Juan Diego Gómez, senador antioqueño del Partido Conservador, quiso pasar a la historia con un proyecto que pretendía crear un código ético y un régimen disciplinario para todos los funcionarios de la carrera diplomática. El propósito de su iniciativa tal vez era muy loable. Pero el congresista no pasó a la historia por ello. En la exposición de motivos, al menos 11 páginas coincidían con textos ya publicados en tres páginas de internet.

En el documento había varios enlaces que citaban la fuente, o el origen del texto. Sin embargo, uno de ellos correspondía a una de las más famosas páginas creadas para esos estudiantes que prefieren el camino más fácil para cumplir sus deberes académicos: la página ‘El rincón del Vago’.

Pues esta fue la fuente utilizada en el texto del senador para definir el concepto de Ética. Y la manera como se redactó dicho proyecto es una prueba que deja muchos indicios de que el congresista utilizó el camino fácil de “copiar y pegar”.

Juan Diego Gómez fue descubierto el pasado primero de noviembre. Ese día Mauricio García Villegas le dedicó una columna en El Espectador en la que expuso el tema en detalle. La respuesta del congresista fue la misma a la que muchos congresistas que han caído en este pecado han recurrido: responsabilizar a sus asesores.

Gómez le envió una carta a Semana –que también se ocupó del tema– en la que presentó sinceras disculpas por el error cometido. “Sí, efectivamente se utilizó equivocadamente un texto tomado de la página El Rincón del Vago”, dice.

El senador conservador también asumió directamente la responsabilidad: “Como legislador coautor de este proyecto, asumo la responsabilidad que me toca por la falta de rigor en la revisión del mismo, hecho que se desprende de la confianza que naturalmente deposito en mis colaboradores”, señala Gómez.

Más allá de las excusas, el hecho genera controversia, pues se supone que los congresistas deben tener las calidades intelectuales, lo mismo que sus asesores, para diseñar leyes sustentadas en autoridades, una página como la del ‘Rincón del Vago’ no es una fuente lo suficientemente seria para cualquier tipo de proyecto. Incluso, la opinión pública advierte que lo mínimo que deben hacer los congresistas es dedicar su tiempo y adelantar investigaciones serias.

Por eso, Juan Diego Gómez le envió una carta al senador Everth Bustamante, quien había sido designado ponente de su proyecto, para que lo archive. “He publicado algunos comentarios sobre la indebida citación de textos que no cumplen las normas técnicas establecidas para tal caso (…) Por tal motivo me veo en la obligación y en la responsabilidad de solicitar el archivo del proyecto”.

No es la primera vez que este tipo de copialinas sucede en el Congreso. Al menos otros tres casos se produjeron en la pasada legislatura, cuando los exsenadores Édgar Espíndola, Augusto Posada y Juan Carlos Vélez fueron pillados en copialinas similares.