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Juan Manuel Santos. | Foto: Archivo SEMANA

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¿Santos pedirá el mundial de fútbol 2026 para Colombia?

El senador Jorge Iván Ospina dice que ser sede sería la mejor plataforma de desarrollo para el posconflicto.

4 de marzo de 2015

Ni el 10 del Real Madrid James Rodríguez, ni el goleador Falcao, ni la flagrante contratación del Chelsea Juan Guillermo Cuadrado, habían nacido cuando Colombia vivió unas de sus mayores derrotas en el futbol internacional.

No se trató de una de las acostumbradas goleadas que recibía la Selección. El 27 de octubre de 1982, el presidente Belisario Betancur le notificó al presidente de la FIFA, Joao Havelange, que el país renunciaba a ser la sede del Mundial de fútbol previsto para 1986, la cual el propio Havelange había concedido en 1974.

Nunca antes en la historia del fútbol un país que había peleado por la sede de la cita orbital renunciaba a ese derecho. Colombia tiene ese penoso registro. Y hoy, cuando son centenares las naciones que quieren que la FIFA les conceda ser sede, probablemente siga siendo el único en haberlo hecho.

En aquel entonces, y en un discurso de 99 palabras, Betancur dijo "Aquí en el país tenemos muchas cosas que hacer y no hay tiempo para atender las extravagancias de la FIFA y sus socios”.

Aunque en principio hubo un sentimiento de pesar, y aun no faltan críticas a aquella decisión del presidente Betancur, el país terminó por respaldarlo. Fueron elevados los requisitos que la FIFA le impuso a Colombia para ser sede -un país que en los años 80 vivía épocas de atraso- y poder celebrar un evento de tamaña magnitud. Para Betancur, los requisitos de la FIFA incumplían la ‘regla de oro’: “El Mundial debía servir a Colombia, y no Colombia a la multinacional del Mundial”.

A Colombia se le exigía la celebración del Mundial con 24 equipos y en 12 sedes. Colombia argumentó que cuando pidió el Mundial, el campeonato lo disputaban 16 equipos y el torneo no era tan suntuoso. La FIFA también exigía la construcción de estadios con capacidad para 40.000 espectadores para la primera fase; 60.000 para la segunda y 80.000 pasa la inauguración y fase final. Se exigía la modernización de la iluminación en algunos estadios.

La FIFA también exigía que todas las ciudades sedes tenían que tener aeropuerto que cumpliera estándares internacionales y además estar enlazadas por una red de ferrocarriles y carreteras. Los precios de los hoteles se tenían que congelar desde enero de 1986. Los impuestos sobre las entradas no podían superar el 15 %.

Las comisiones para las agencias encargadas de vender entradas tendrían que ser menores del 10 %.

En fin, un catálogo de exigencias que hizo imposible que Colombia fuera sede, que incluso serían muy difíciles de cumplir para la Colombia de hoy. Por ejemplo, en la actualidad el país no tiene un solo estadio con más de 55.000 personas (ese es el aforo del Metropolitano de Barranquilla, el más grande de Colombia), que aún tiene rezago en sus vías terciarias y sus aeropuertos no dan abasto, y donde la distancia entre ciudades no se mide por kilómetros, sino por las horas del trayecto en carretera.

Por eso se advierte, por lo menos, muy audaz la propuesta con que el exalcalde de Cali y actual senador Jorge Iván Ospina sorprendió a sus colegas en la discusión del Plan de Desarrollo. Le pidió al presidente Juan Manuel Santos que reclamara para Colombia la sede del mundial del 2026.

De hecho, Alfonso Senior, fundador de Millonarios y quien consiguió la sede del Mundial del 86, murió recordándoles a los nuevos dirigentes del fútbol colombiano que Colombia más que haber renunciado había postergado su derecho a ser sede.

Hasta el momento Canadá, Marruecos, Estados Unidos y México se han inscrito ante la FIFA para hacerse con las sede del mundial del 2026, o del 2030, año en el que se celebrará el centenario de la Copa Mundo.

La propuesta del senador Ospina se puede advertir populista. En el pasado, mucho palo le dieron al vicepresidente Francisco Santos cuando la propuso, o cuando ofreció al país como sede de Miss Universo. Ahora, el senador de la Alianza Verde cree que ser la sede del mundial sería una de las principales plataformas para el posconflicto.

El Mundial –dice- le permitiría al Estado trabajar en términos de movilidad, de sostenibilidad ambiental, infraestructura y un desarrollo integral en materia turística en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Cartagena, Barranquilla, Ibagué, Pasto, San Andrés, Villavicencio y Santa Marta, entre otras. “El llamado es que el presidente Santos, personalmente, adelante una ofensiva diplomática con la FIFA. La actuación de la selección en Brasil fue histórica y se demostró el amor por el fútbol. Un proyecto de impacto global que dejará en cada una de las ciudades sedes del certamen una autopista para el desarrollo, desde una perspectiva de inclusión y participación".

Para Ospina, ser sede de un mundial para Colombia ya no se advierte tan difícil como en los años 80. Puede salir adelante con un trabajo conjunto entre los sectores público y privado. “La meta es superar la pobreza, generar empleo y consolidar la paz a través del deporte. En este caso, a través del fútbol. Como senador asumo esta bandera e invito al presidente Juan Manuel Santos a que adelante una lectura de esta propuesta con responsabilidad y visión de futuro”.

De hecho, en el 2011, Colombia fue sede del mundial de fútbol juvenil. Nueve estadios fueron remodelados y el país cumplió con las expectativas de la FIFA. Puede ser un antecedente a favor.

Sólo falta que el presidente Santos, que ha demostrado su pasión con el fútbol, le ‘coja la pita’ a esta propuesta.