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Juan Pablo Iragorri. | Foto: Archivo particular

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"Los colombianos somos culpables por ser colombianos"

Semana.com revela en exclusiva una carta de Juan Pablo Iragorri, el paracaidista colombiano condenado a cadena perpetua en Catar, en la que cuenta detalles desconocidos de su caso.

16 de abril de 2015

El nombre de Juan Pablo Iragorri se ha vuelto familiar para muchos colombianos. Su historia, que fue revelada por Semana hace poco más de un mes, ha causado gran impacto. Se trata de un joven de Popayán, de profesión paracaidista, que terminó condenado por narcotráfico a cadena perpetua en Catar, Emiratos Árabes.

Hace pocos días Semana.com publicó en exclusiva la dura carta que la madre del colombiano, Magdalena Medina, le envió a la Canciller, María Ángela Holguín, en la que hizo fuertes reclamos al papel del Ministerio de Relaciones Exteriores y al excónsul de Colombia en Abu Dhabi, Rafael Arizmendi, como consecuencia de las declaraciones de Holguín en un debate al que fue citada hace pocos días en el Congreso para explicar el papel de la Cancillería en el caso de Iragorri y otros colombianos detenidos en el exterior.

Este jueves Juan Pablo hizo llegar a su madre una carta en la que le cuenta la cuestionable, según él, colaboración del cónsul colombiano. En la misiva Juan Pablo también relata aspectos de su irregular proceso judicial en Catar y cuenta algunas de las penurias que ha padecido. De igual forma, relata cómo son sus días en la prisión, así como el trato que recibe y las enfermedades que padece mientras guarda la esperanza de poder regresar algún día al lado de su familia y a su país.

Este es el texto completo de la carta:

“Empiezo por contarles mis contactos con el cónsul Arismendi: la Cancillería sí estuvo presente en cada sesión de la Corte. En todas; y nos ayudaron cuando se dieron cuenta de que el gobierno de Catar no nos tenía traductor. Ellos pusieron uno excelente. Pero de ahí no paso más. Claro, yo le escribía después de cada sesión a Arismendi dándole las gracias por atender. Yo pensaba que era bueno que él viera los atropellos de primera mano, porque creía que eso iba a llevar al gobierno a actuar. Y no fue así.

Cuando le escribía le daba las gracias porque por lo menos teníamos un testigo oficial de lo que pasaba. Pero al finalizar todo, ¿el cónsul (Arismendi) me sale con el cuento de que no puede hacer nada? ¿Después de que es testigo de personas diciendo que yo fui arrestado en un lugar diferente al que dicen los reportes? ¿No dice nada acerca de los testimonios de los policías que se contradicen?

¿No dice nada de que la acusación máxima que me hacen es que "Oyeron que a alguien le ofrecí drogas"? ¿No dice nada cuando los testigos no aparecen? ¿No dice nada cuando un veredicto dice que yo fui arrestado con drogas y dinero de narcotráfico? Lo cual contradice todas las declaraciones y reportes.

¿Cómo es posible que esto empieza con la desaparición de un colombiano y el gobierno de Catar se rehúsa a dar información de su paradero?

El requerimiento legal internacional debe ser como un par de días o máximo un mes para comunicarse con un país y decir que hay un nacional preso, ¿¡pero 3 meses!? ¿Y a nadie se le hace raro que cuando por fin aparezco, llamo al cónsul (a petición de la policía y con la orden de la policía) a decir que estoy bien y que era una misión? (¿No se preguntaron si me estaban obligando a hacer esa llamada?) ¡Yo soy un civil!

Y al poco tiempo envío una carta anónima (que no es anónima porque aunque no la firmo, en ella explico exactamente quién soy). Poco después y a petición del cónsul le escribo una carta al embajador disculpándome por esa carta "anónima" y le explico el porqué de eso.

¿Cómo es posible que mi mamá y yo diciéndole que el abogado tiene que hablar con él (Arismendi) porque los veredictos están manipulados y van en contra de la ley local y (Arismendi) dice que no puede hacer nada? ¡Que es ilegal, que él no puede hacer nada! ¡Por lo menos repórtelo a la Cancillería! Él tiene que haber reportado irregularidades en todo el proceso. ¿Sino para qué tener Cónsul?

Yo todo el tiempo le dije que en este caso había discrepancias. Pero nunca quiso hacer caso. ¡Según él (Arismendi) sólo podía pararse en frente del juez para que lo viera! ¡Nada más! Un juez que le dice de frente que no hay evidencia en mi contra, ¿y aun así no se le hace raro que estoy en juicio?

¡El veredicto dice que yo confesé un crimen en árabe! Sin traductor ni abogado ni presencia diplomática, ¿y a nadie se le hace raro? ¿Y la Cancillería no dice nada? ¿Y esa confesión pasó durante mi desaparición y a nadie se le hace raro?

Antes de que apareciera Arismendi, fui a la corte varias veces... sin abogado ni traductor y no se puede hacer nada. ¿Cuál es el procedimiento cuando un caso de un colombiano en el extranjero tiene irregularidades? ¿No hacer nada? Entonces, ¿los Colombianos todos somos culpables por colombianos? ¿Cuántos colombianos no ha asesinado el gobierno de la China? ¿La Cancillería tiene copias de esos casos? ¿Fueron casos justos? ¿Fueron casos verídicos? ¿O cualquier Colombiano sirve cuando el gobierno de un país quiere un caso de narcotráfico? ¿O tenemos que esperar a que me vuelvan a desaparecer para que se haga algo?

Los colombianos en la China llevan más de tres años esperando ser repatriados... ¿cuánto más tienen (y tengo) que sufrir para que la Cancillería se mueva más rápido? ¡Ayúdenme a buscar soluciones por parte de la Cancillería para recuperar mi libertad!

A mí no me tratan mal acá adentro. Todos los maltratos los sufrí en las primeras semanas. Después de eso fue sólo que no me dejaban comunicarme con nadie, ni tener abogado (lo cual pedía cada día y en cada ida a corte) hasta que a los tres meses me soltaron en fianza, lo cual agotó los recursos económicos de mi familia.

Cuando me soltaron igual seguí en comunicación con la policía y de vez en cuando me sacaban a tomar algo para hacerme preguntas y me decían qué tenía que decir y de qué podía o no podía hablar, pero nada fuerte hasta que un día Farhad (el policía secreto detrás de esto) me estuvo siguiendo y llamando a amenazarme. Eso lo reporté a la policía y me prometieron que me iba a dejar en paz.

En junio de 2012 en una de las sesiones de corte (yo bajo fianza) mi abogado tuvo un agarrón con el juez porque no dejaban interrogar a un testigo. Y en venganza (el juez) me metió a mí a la cárcel de nuevo (el cónsul presente y no dijo ni mierda). Estuve dos meses en la cárcel hasta que otro abogado me sacó, porque el juez no dejó que mi abogado me sacara.

La vida acá en la cárcel grande es "normal", lo dejan a uno en paz. Es bueno porque a uno lo ignoran al máximo. Tengo gripa hace un mes y no me quisieron mandar jarabe para la tos. Llevo 5-6 meses con (lo que el médico dijo) un disco roto (fractura en un disco) y nunca me lo quisieron arreglar. Todos los días me duele la espalda y el dolor baja por la pierna derecha. Pero aunque he pedido ayuda no pasa nada. Acá adentro todos sabemos que al no ser catarí, de malas, no hay atención médica.

Ah, mentiras... sí me mandaron tres pepas de vitamina c para la gripa. La rodilla derecha me duele desde hace 8 meses pero como puedo caminar me dieron paracetamol y ya. Tuve visita con un siquiatra que me diagnosticó con depresión y me puso a tomar Cypralex y después me lo suplementó con Motival. El Cypralex me hace doler la cabeza todos los días. Pero la alternativa de sentirme como una mierda es peor.

El Motival me ayuda a dormir. Con eso logro tener 5-6 horas continuas... sin eso, como 2-3 máximo. Entonces vivo bien cansado todo el día. He pedido permiso para fisioterapia y no lo aprueban. Solo después de un año me dieron permiso para la biblioteca y solo dos veces a la semana. Pero ayuda un resto.

Estoy perfeccionando el alemán y aprendiendo árabe y tratando de fortalecer mi mente. La vida acá adentro es tranquila. Me la paso en mi celda leyendo y rezando. A veces intento hacer ejercicio pero el ánimo no me da para tanto".