Home

Nación

Artículo

Andrés Botero, director de Coldeportes, logró el presupuesto más alto de la historia para los juegos de 2015. Pero los problemas de contratación local han sido una piedra en el zapato. | Foto: Juan Carlos Sierra

DENUNCIA

Juegos Nacionales a contrarreloj

A ocho meses de su inauguración en Tolima y Chocó, no arrancan las obras de los Juegos Nacionales más caros de la historia.

21 de marzo de 2015

La construcción acontrarreloj aún no es un deporte reconocido oficialmente. Pero promete convertirse en una disciplina esencial en los próximos Juegos Nacionales y Paranacionales, que se disputarán en Tolima y Chocó en noviembre de este año. A tan solo ocho meses de la inauguración no se ha levantado la primera piedra y hay enorme preocupación. Al punto que el presidente Juan Manuel Santos planteó este viernes la posibilidad de buscar sedes alternas o incluso “posponer las fechas de los juegos” después de conocer un informe del ministro de la Presidencia, Néstor Humberto Martínez.

Y es que las obras para acoger a más de 15.000 deportistas de 42 disciplinas no son pocas: estadios, coliseos, piscinas, canchas de sóftbol, tenis, béisbol, voley playa, pistas de ciclomontañismo y BMX, polígono de tiro, patinódromo, muelles y numerosas obras de remodelación.

La carrera empezó en septiembre de 2012 cuando Santos anunció que las justas se harían en Tolima y Chocó. Pero la orden tardó en arrancar. Solo a principios de 2013 Coldeportes empezó la organización formal, y las dos sedes tuvieron que esperar hasta mediados de 2014 para que saliera el Conpes que garantizaba 258.910 millones de pesos, el presupuesto más alto de la historia de los juegos.

Apenas en ese momento empezó el engorroso proceso de contratación, que aún no logra llegar a la meta por una multitud de problemas: la difícil coordinación entre los niveles locales y nacionales, la manía de dejar todo para última hora, la imposibilidad de ejecutar. Y para rematar, se adelantó un año la fecha de los juegos.

Tolima quedado


Tolima tiene la responsabilidad de recibir 31 disciplinas en Ibagué, Chaparral, Prado, Líbano, El Espinal y Melgar, con un presupuesto de 128.800 millones de pesos. Al día de hoy, solo se ha contratado el 50 por ciento del presupuesto y el proceso ha estado lleno de tropiezos. En Líbano no avanza la construcción del Coliseo de Patinaje pues el alcalde fue suspendido a principios de año. Pero la nuez del problema está en Ibagué, que se llevó la mayor parte de los recursos, divididos en dos megaproyectos: la Unidad Deportiva de la 42 y el Parque Deportivo.

La millonaria licitación quedó en manos del Instituto Municipal para el Deporte y la Recreación de Ibagué (Imdri), al que la Contraloría de la ciudad le abrió un proceso aparte de responsabilidad fiscal por el cobro indebido de cheques. El mismo ente investiga posibles irregularidades en los diseños de las sedes deportivas, que realizó la firma española Typsa por 11.500 millones de pesos.

El contrato de la Unidad Deportiva de la 42, de 37.000 millones, fue adjudicado el 3 de marzo pasado. Se trata de un coliseo para 3.000 personas, una piscina olímpica, una de clavados, un gimnasio, un edificio y un parqueadero. A la licitación solo se presentó un oferente: el consorcio Unidad Deportiva 2015. Para Luis Hernando Rodríguez, alcalde de Ibagué, si bien esta situación no es ideal, “lo importante es que cumplan con los requisitos”. Añadió que varias firmas se retiraron por “las exigencias y los tiempos insuficientes”.

Medios tolimenses como El Nuevo Día y el portal elolfato.com se sorprendieron al enterarse de que Jorge Alexander Pérez, representante del consorcio ganador, no tiene experiencia en infraestructura. Pérez ha tenido contratos con la Alcaldía de Bogotá que no superan 58 millones de pesos para servicios de trasteo y compra de chatarra. Además, tiene una investigación en la Contraloría Distrital por un inmueble que le arrendó al IDU con un posible sobrecosto de 143 por ciento.

El otro contrato en Ibagué alcanza 77.000 millones de pesos. En el llamado Parque Deportivo se haría un coliseo de 7.000 espectadores, un centro acuático, un patinódromo, tres canchas de fútbol, cinco de tenis, una de sóftbol, pista de bicicrós y tejódromo. El aviso de licitación salió el 26 de diciembre de 2014, pero el proceso ha tenido muchos tropiezos.

En febrero la Procuraduría lo suspendió por que se desconocieron principios de publicidad y transparencia. La Secretaría de Transparencia de Presidencia también le puso freno al detectar “anomalías” que incluyen problemas con los estudios previos, la publicidad, los índices financieros e incluso errores de redacción. La obra además no contaba con licencias ambientales debido a que se talarían más de 1.000 árboles. Hace una semana la Procuraduría formuló nuevas observaciones pues los pliegos de condiciones podrían limitar la participación de oferentes.

La Alcaldía, teniendo en cuenta las observaciones, reabrió la licitación, prometió adjudicar de ahora a un mes y prevé un plan B para recibir la competencia. El alcalde ya advirtió que puede que no se entreguen al 100 por ciento algunas obras como el Coliseo Mayor, pero que “están garantizados los recursos para culminarlas después”. Luis Hernando Rodríguez resaltó que esta es “una oportunidad para dejarle a la ciudad una gran infraestructura deportiva, generar empleo y optimismo” y garantizó “hacer los mejores juegos de la historia”.

Chocó en el limbo


Esa es el misma esperanza que hay en Chocó, donde esperan que los juegos impulsen el desarrollo pues se remodelará el aeropuerto de Quibdó, algunas calles serán pavimentadas  y se construirán viviendas para 1.500 deportistas. Falta ver si la infraestructura llegará a la cita, ya que Coldeportes no ha logrado firmar el primer convenio en el departamento, una etapa previa para licitar los contratos de 89.000 millones de pesos.
 
El mayor escollo es que el Ministerio de Hacienda no le gira recursos ni a Quibdó ni al departamento, pues han incumplido el pago de deudas. A principios de marzo parecía que el problema se iba a resolver, cuando Findeter entró al ruedo para contratar y ejecutar las obras. Pero esta semana la institución financiera anunció que los diseños no están listos y que si lo estuviesen y se hiciese la contratación, los escenarios solo se entregarían en abril de 2016.

El proyecto comprende un estadio y varios coliseos en Quibdó, donde según Édgar Moreno, coordinador regional de los juegos, no están listos todos los diseños, así como obras en Istmina, Acandí y Bahía Solano. Para él, si bien hay “incertidumbre pues no se ha visto la primera piedra, ya tenemos casi todo para empezar a construir a mediados de abril”.

Camilo Enciso, secretario de Transparencia de la Presidencia, advierte que “le escribí al Imdri, pero nos envió una respuesta que no nos convenció y también le pedimos el cronograma de las obras y no nos contestó formalmente. Quibdó se demoró mucho en entregar los diseños y solo hasta ahora Findeter los está revisando. El gobierno está muy encima del tema, haremos un seguimiento minucioso”.

En Coldeportes, aunque aceptan que lo ideal sería tener más tiempo, dicen que parte de las obras son sencillas y que varios coliseos son modulables y se pueden armar en seis meses. Andrés Botero, su director, dijo que “en el pasado tuvimos problemas similares, corrimos contra el tiempo, pero al final logramos sacar adelante las justas. Los juegos se van a hacer, lo esencial es tener completos los campos deportivos,  aunque sea sin gradas. Aquí se inicia el ciclo olímpico y es además una gran oportunidad para las regiones”.

Y en ese sentido se requiere un apoyo de todos los colombianos y las instituciones para que los juegos salgan adelante. Pero también es necesario que todos los contratiempos que han tenido sirvan de lección, no puede ser que la desorganización, las demoras y los tropiezos sean la norma, rozando casi lo absurdo. Y es que si se postergan los juegos, una nueva ley sería necesaria, con nuevos trámites y demoras. Así va a ser difícil convertirse en un país, como reza el lema olímpico, “más rápido, más alto, más fuerte”.