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Juez Francisco Javier Barbón | Foto: Archivo particular

ENTREVISTA

“Uno no se imagina verse en el otro lado del banquillo”

El juez Francisco Javier Barbón aseguró que no tiene nada que ver en los casos de corrupción en Paloquemao. Su proceso sigue.

23 de octubre de 2013

Sorpresa causó la captura del juez 38 penal municipal con funciones de control de garantías de Bogotá, Francisco Javier Barbón, junto a diez personas más, por presuntamente hacer parte de una red de corrupción en el complejo Judicial de Paloquemao. A Barbón lo dejaron en libertad al considerar que, por ahora, las pruebas eran débiles. Dijo ser inocente y respetuoso de la Fiscalía.

El juez, a quien le fueron imputados los delitos de concierto para delinquir, prevaricato por acción y la calidad de determinador en falsedad en documento público agravado, ya se reintegró a su trabajo en la URI de Puente Aranda, mientras prepara su defensa para demostrar que es "inocente".

Barbón le concedió una entrevista a Semana.com en la que, entre otras cosas, dice que las pruebas de la Fiscalía se consolidaron desde mucho antes de que él llegara a la rama judicial.

Semana.com: Si usted está investigado, ¿cómo puede seguir ejerciendo como juez?


Francisco Javier Barbón: En este momento estoy vinculado al proceso como imputado. Cuando no se profiere una medida de aseguramiento no se nos separa del cargo.

Semana.com: ¿Por qué la Fiscalía le abre una investigación?

F. J.B.: No lo sé. La Fiscalía viene adelantando una investigación que arrancó, incluso, desde antes que yo llegara a la rama y de pronto pudo inferir que yo pudiera estar involucrado en los hechos. En el proceso penal los funcionarios pueden partir de una concepción inicial y, a medida que va transcurriendo, se puede confirmar la hipótesis inicial que se tiene, o se puede desvirtuar.

Semana.com: ¿Sabía usted de la investigación sobre corrupción en Paloquemao?

F. J.B: No tengo ni idea, uno solamente responde por su despacho judicial. El epicentro de la investigación, hasta donde pude entender en las audiencias que padecí como imputado, es una oficina en la cual no tengo injerencia. Lo único que me interesa establecer es que se trató de un malentendido por parte de la Fiscalía.

Semana.com: ¿Cómo le cambió la vida a raíz de lo sucedido?

F. J.B:
Han sido días muy duros, sobre todo para mi familia, porque nunca había pasado algo así. El hecho que mi padre me haya visto esposado es muy complicado, él es un empleado de clase media y ha sido una persona correcta toda la vida. Hemos crecido en una casa construida sobre valores y principios éticos.

Semana.com: El presidente Juan Manuel Santos dijo que este caso se debe llevar hasta las últimas consecuencias

F.J.B: Hay que hacer una investigación y si hay responsables, tendrán que responder. La Fiscalía como titular penal es la que establece a quién le corresponde responsabilidad y a quién no.

Semana.com: ¿Ha pensado en demandar si se prueba su inocencia?

F.J.B.: Eso tendré que pensarlo con la almohada, de manera más pausada. Lo que me interesa en este momento es reponerme de este golpe. No me permito proyectarme al futuro, lo primero es seguir ejerciendo a mi labor.

Semana.com: ¿Cómo es eso de pasar de juzgador a juzgado?

F.J.B.: Es muy duro porque uno no se imagina verse en el otro lado del banquillo. En este momento es cuando hay que esgrimir una frase de un penalista del siglo XIX, Francesco Carrara, que es aplicable a muchas personas: "Cualquier hombre honorable podrá pensar que nunca en su vida cometerá un delito, pero hay de aquel loco que piense que nunca en la vida será procesado".

Semana.com: ¿Planeó usted la estrategia junto a su abogado para evitar ir a la cárcel?

F. J.B.: Yo le conté lo que pasaba, pero él fue el que hizo todo el trabajo.

Semana.com: ¿Le han hecho propuestas indebidas frente a sus procesos?

F. J.B: Nunca, no tengo necesidad de eso porque con el Estado uno tiene el deber de hacer su labor con transparencia. Uno tiene un salario y una dignidad que tiene que respetar.

Semana.com: ¿Usted conoce a los otros implicados?

F. J.B: No, vine a conocerlos compartiendo celda y cada uno tiene su problema y su caso particular.

Semana.com: ¿Cómo vivió las horas que estuvo capturado?

F. J.B:
Son difíciles porque se comprueba una frase de un tratadista en derecho penal como es Francisco Carmeluiti: "El pobre más pobre de la sociedad es el preso". El preso pierde todo, pierde la familia y los amigos. Es la persona que está en los más bajo de la escala social.