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| Foto: Archivo SEMANA

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Justicia para la estudiante del The English School

Dos años después de la tragedia que cobró la vida María Camila Velandia, la Supertransporte sancionó a la empresa fluvial que movilizó a los estudiantes por el río Amazonas.

2 de mayo de 2016

La inmensidad del río Amazonas se llevó a la joven María Camila Velandia el 2 de octubre del 2014. La tragedia no sólo enlutó a su familia sino que fue la mayor tristeza de para el colegio Inglaterra The English School. Lo ocurrido en esa espesa noche fue un absurdo que todavía hoy tiene pocas explicaciones, pero sí algo de justicia.

La noticia anuncia que la Superintendencia de Puertos y Transporte sancionó con una multa de $172.363.725 a la empresa de servicio de transporte público fluvial “Transportes Amazónicos S.A.S.”, por infringir normas que fueron determinantes en el accidente y puso en riesgo la integridad de otros 20 menores de edad.

“El resultado de esta tragedia es un llamado de atención para todos los transportadores del país, no importa si son empresas terrestres, aéreas, marítimas o fluviales: cumplir con las normas reduce notablemente el riesgo de accidentes y, además, se constituye en la mejor forma de responder a la confianza que todos los usuarios depositan en ellos para transportarlos”, advirtió Javier Jaramillo, superintendente de Puertos y Transporte.

El fallo fue en primera instancia. La Supertransporte concluyó que esta empresa desarrolló actividades fluviales navegando en horario restringido para embarcaciones como la involucrada en el incidente (de 6 p. m. a 5 a. m.), con lo cual no evitó el accidente o el peligro, pudiendo hacerlo. Pero no sólo eso. Desconoció que como empresa prestadora del servicio de transporte público es garante de la vida e integridad de todas las personas que moviliza.

Crónica de una tragedia

Según el reporte de Medicina Legal, la menor de 17 años, que junto con sus compañeros de estudio completaba una excursión para celebrar el fin de sus estudios de bachillerato, falleció por ahogamiento.

En un acto de irresponsabilidad, trabajadores de la empresa fluvial transportaron a los jóvenes en horas de la madrugada de ese tenso 2 de octubre por las aguas del Amazonas. En un descuido del conductor de la embarcación hubo una colisión y todo cambió para la familia de María Camila.

Los fríos registros señalan que la embarcación salió a las 3 a. m., a pesar de la prohibición de las autoridades. Los barcos deben comenzar sus actividades a partir de las 5 a. m., pero no había tiempo que perder. Los estudiantes del The English School cumplían como todos los años un compromiso de labor social en zonas apartadas del país.

La investigación determinó que la embarcación llevaba un reflector de poder, pero no fue suficiente para divisar un pequeño barco con bandera peruana. Tras el choque, los estudiantes salieron expulsados del medio de transporte después de sufrir serios impactos.

Gracias a la intervención de la Armada Nacional pudieron rescatar a todos los jóvenes con vida, excepto a María Camila que duró desaparecida por varias horas. Su cuerpo fue hallado un día después de la tragedia. El resto es una historia de demandas y sanciones que dos años después parece tener final.