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JUSTICIA.

La agonía del Ministro

Tras la captura de su hermano por nexos con narcotraficantes, el ministro Fabio Valencia Cossio enfrenta la peor crisis de su vida política.

27 de septiembre de 2008

En la tarde del jueves 25 de septiembre había expectativa en el Palacio de Justicia de Medellín. Horas antes había sido capturado en un hotel Guillermo León Valencia Cossio, el ex director de la Fiscalía seccional de la capital de la montaña y hermano del Ministro de Interior y de Justicia. Hacía más de un mes que se habían revelado comprometedoras conversaciones entre Valencia y Felipe Sierra, un empresario antioqueño acusado de ser miembro de la organización delictiva de Daniel Rendón Herrera,'Don Mario'.

Aunque pululaban los rumores y las versiones, nadie sabía a ciencia cierta qué había arrojado la investigación de la Fiscalía a uno de sus propios miembros. Con voz pausada, pero firme, la delegada ante la Corte Suprema, Ángela Buitrago, enumeró los cinco delitos en que presuntamente había incurrido Valencia: concierto para delinquir agravado, destrucción, supresión y ocultamiento de documento público, revelación de secreto, enriquecimiento ilícito y utilización de asuntos reservados.

Buitrago, quien es respetada por su labor al frente del proceso del Palacio de Justicia, fue contundente: "El doctor Guillermo León Valencia Cossio, con su proceder, hace parte de una organización al margen de la ley".

Según la fiscal Buitrago, Valencia no sólo removió el nombre del segundo al mando de una organización criminal del organigrama de la Fiscalía, sino que informaba permanentemente a esa asociación delictiva de los operativos y las acciones que adelantaba la Fiscalía General de la Nación.

"Es claro que el señor Valencia Cossio recibía regalos del señor Felipe Sierra. Recibió dinero. Recibió una cuatrimoto que está valorada en 40 millones", dijo sin titubear Buitrago a la jueza 17 penal municipal. Y agregó, dirigiéndose a Valencia: "Usted participó activamente en una investigación de un familiar del famoso 'Cebollero', cambió fiscales según evidencia, para solucionarle un problema al 'Cebollero'. Y el 'Cebollero' es el jefe la Oficina de Envigado y quien tiene relaciones con bandas criminales".

Esas no fueron las únicas revelaciones de la Fiscalía. Con el fin de persuadir a la juez sobre la necesidad de confirmar la medida de aseguramiento contra Valencia, se presentaron grabaciones de tres llamadas interceptadas al ex fiscal los días 6 y 7 de septiembre. En ellas, Valencia habría pedido la destrucción y el ocultamiento de pruebas.

Aunque la jueza aceptó las cinco imputaciones, optó por otorgarle la casa por cárcel al ex fiscal. Ella defendió su decisión: "La medida de aseguramiento (en la residencia), en ningún momento está desconociendo la gravedad de los hechos. En estos momentos, él es un ciudadano que también tiene derecho a la defensa y que en estos momentos tiene incólume su derecho a la presunción de inocencia". De inmediato, tanto la Fiscalía como la Procuraduría General apelaron esa determinación.

Cuando se conocieron, hace un mes, las conversaciones entre Guillermo León Valencia y un presunto narcotraficante, aunque escandalosas, aún faltaba la investigación de la Fiscalía. El jueves, la misma entidad donde laboró Valencia, no le creyó sus declaraciones de inocencia y entregó su veredicto: en su ilustrada opinión, el ex fiscal estaba al servicio de los malos.

Que la Fiscalía considere que Guillermo León Valencia sea un miembro de la organización de 'Don Mario', uno de los capos más buscados por las autoridades colombianas y extranjeras por actividades de narcotráfico, no es de poca monta. Valencia no es cualquier funcionario. Durante cinco años fue el director encargado de la Fiscalía seccional de Medellín. Era el encargado de aplicar justicia en Medellín y de liderar la lucha contra las organizaciones criminales. Valencia tampoco es un ciudadano cualquiera: su hermano Fabio es el Ministro del Interior y de Justicia.

En los últimos días se han sacado a relucir las similitudes del caso de los Valencia Cossio con el de la canciller María Consuelo Araújo, quien renunció tras ser detenido el senador Álvaro Araújo, o el del general Óscar Naranjo, cuyo hermano fue arrestado en Alemania por narcotráfico pero no motivó la dimisión del oficial, reconocido internacionalmente por su lucha contra los carteles de la droga. Para los partidos uribistas, las dificultades penales de Guillermo León Valencia se asemejan más al segundo caso; insisten en que las responsabilidades penales son individuales y el Ministro no debe sacrificar sus décadas de servicio público y de vida política por los problemas de un familiar.

Sin embargo, Fabio Valencia Cossio no es el ministro de Ambiente o el de Cultura. Es el responsable de la dirección de la política criminal del Estado, incluida la lucha contra el narcotráfico. Su Ministerio interactúa diariamente con el aparato de justicia y en particular, la Fiscalía. Si bien Valencia insiste en que respetará la independencia de la justicia, no le será fácil ser neutral dada su alta posición. El Ministro nombra al director del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), que sería la entidad encargada de mantener recluido a su hermano si se revoca la casa por cárcel. Algo que, curiosamente, debería apoyar el gobierno.

En el manifiesto democrático de 100 puntos que prometió cumplirles a los colombianos para ser elegido en 2002, el presidente Álvaro Uribe dijo que iba a "eliminar el beneficio de cárcel para los corruptos" (#25).

Aunque la juez insiste que obró en derecho al darle ese privilegio a Guillermo León Valencia Cossio, sorprendió su generosidad dadas las graves acusaciones que enfrenta el ex fiscal. Para algunos sectores, influyó la jerarquía del hermano del acusado. Pueden estar equivocados, pero esa sensación persistirá durante las diferentes etapas procesales. Todo lo que se haga se mirará bajo esa óptica negativa y afectará la capacidad de gestión del ministro Valencia Cossio e incluso las condiciones de reclusión de su hermano.

Detrás de todo el morbo que despierta ver al Ministro del Interior y de Justicia acongojado, golpeado y en la cuerda floja, hay una gran tragedia familiar. Los Valencia Cossio han estado en la política antioqueña por décadas y muchos de sus miembros se han destacado en la vida pública y la privada. Son parte esencial del establecimiento antioqueño. Hoy, sufren por las actuaciones de una 'oveja negra'.