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La senadora Rendón es la ahijada política del gobernador Luis Alfredo Ramos y una de las escuderas del actual candidato a la Alcaldía de Medellín Luis Pérez.

PERFIL

La baronesa paisa

Liliana Rendón, la polémica defensora del Bolillo Gómez, en diez años pasó de tener 7.000 votos en el Concejo de Medellín a ser una de las senadoras más votadas del país. Ella pone y quita candidatos en Antioquia y tiene arrinconados a los caciques azules.

20 de agosto de 2011

En sus cinco años en el Congreso de la República, dos escándalos han puesto a la senadora Liliana Rendón en la mira de los medios. El primero fue el del chat de BlackBerry en el que el entonces ministro Andrés Felipe Arias decía que le iba a "tocar caer a estrategias bajas por Uribe", refiriéndose a cómo iba a convencer a la senadora de dar su voto por el referendo reeleccionista en agosto de 2009. Y el segundo fue la defensa que Rendón hizo del Bolillo Gómez luego de que el entrenador de la Selección golpeó a una mujer. "Nosotras pa' provocar estamos solas. Cuando decimos a fregar, no nos para nadie", dijo la senadora.

Es toda una paradoja que precisamente una de las mujeres que han llegado más lejos en la política electoral de Antioquia haya protagonizado esos dos episodios, que podrían sacar de casillas a cualquier feminista. Pero más allá de la lectura folclórica que se hace de Rendón por cierto toque de extravagancia en su vestir y su manera desabrochada de hablar, lo que el país no sabe es que ella acaba de dar un golpe de Estado a los otrora caciques conservadores de Antioquia.

¿Cómo lo hizo? Liliana nació en un corregimiento de Ituango y de allí, cuando era joven, salió huyendo por orden de las Farc. Llegó a Medellín, estudió Psicología y empezó a trabajar en la cárcel El Buen Pastor. Por su trabajo recibió el Premio a la Mujer del Año en 2001 y Luis Alfredo Ramos, el hoy gobernador, le echó el ojo. Se hizo concejal en 2002 con 7.000 votos. En 2006 alcanzó una curul en la Cámara de Representantes con 25.000 votos y el año pasado, multiplicó por cuatro la dosis y llegó al Senado con 112.000 votos.

Ella dice que es "el reconocimiento a mi liderazgo" y que "en un mundo tan machista", ser mujer la ha "favorecido inmensamente". Sin embargo, hay quienes aseguran que la senadora ha tenido otro tipo de apoyos. Por ejemplo, el diputado conservador Alfaro García denunció que buena parte de los votos de Liliana Rendón aparecieron gracias a los mercados, cobijas y elementos de construcción que el Departamento de Atención de Desastres de Antioquia (Dapard) envió a los municipios antes de las elecciones y que en cada pueblo eran distribuidos con el ánimo de favorecer a la senadora. John Freddy Rendón, su hermano, dirige el Dapard.

SEMANA averiguó en uno de esos municipios, Campamento, y tres personas cercanas a la administración local ratificaron la denuncia. El alcalde del pueblo, quien había sido durante 14 años celador del colegio, fue elegido con el apoyo del grupo político de Rendón. Le dieron las ayudas de Dapard, dijeron las personas consultadas. Rendón sacó allí 982 votos, mientras el perdedor apenas obtuvo 78.

Cabe anotar que así como en Cam-pamento, en otros de los municipios señalados con riesgos electorales por la Misión de Observación Electoral en Antioquia aparece la senadora Liliana Rendón con elevadas votaciones.

El otro punto de 'apoyo' de la senadora ha sido la seccional del ICBF en Antioquia. Para nadie es un secreto que es ella quien maneja los hilos de la entidad. SEMANA revisó algunos contratos y encontró que no solo se han favorecido ONG que pertenecen a políticos cercanos a Rendón, sino que estas organizaciones, al final, no han cumplido la tarea.

En Itagüí, por ejemplo, funciona el Centro de Apoyo para la Felicidad (Café), dirigido por Fernando Walter Torres. "A las personas que trabajan aquí y que acompañan los proyectos políticos de mis amigos les he hablado directamente. Les he dicho que tenemos que acompañar a Liliana Rendón", dice. Mientras en 2009 la fundación Café recibió tres contratos que sumaron 901 millones de pesos, en 2010 les dieron 15 contratos por 2.865 millones de pesos. Torres dice que se los ganaron "gracias a nuestro buen trabajo". Sin embargo, entre diciembre y marzo cerraron dos de sus sedes porque no cumplían con los requisitos necesarios para el trabajo con jóvenes con responsabilidad penal.

Algo parecido ocurre con otra fundación, Crecer con Amor, también de Itagüí. La hoy directora, Adriana Castrillón, fue candidata a la Alcaldía y, gracias a que se mantuvo hasta el final sin chance alguno de ganar, resultó elegido el candidato apadrinado por Liliana Rendón. Su fundación, entonces, recibió dos contratos en 2009 por 481 millones de pesos y ocho en 2010 por 1.388 millones de pesos. Finalmente, esta fundación no pudo cumplir sus compromisos y cerró la casa en la que atendía a muchachos con responsabilidad penal en Itagüí y otros programas que manejaba en Andes y Urrao. Respecto a la relación que se hace de los contratos de su fundación con sus decisiones políticas, Adriana comenta que "no es justo porque acá trabajamos muy duro".

Los métodos usados por Rendón para amasar sus votos no son del todo claros, pero lo que sí es cierto es que ha ganado suficiente músculo electoral -bajo el paraguas de Luis Alfredo Ramos- para poner contra las cuerdas a los otrora gamonales de los godos en Antioquia: los exministros Fabio Valencia Cossio y Juan Gómez Martínez, líderes de esa colectividad durante los últimos treinta años.

La voz de Valencia Cossio había sido casi sagrada en las toldas azules antioqueñas. Para la segunda elección de Juan Gómez como alcalde de Medellín, por ejemplo, Fabio Valencia lo postuló y Gómez simplemente respondió: "Jefe, dé las órdenes". No hubo liberal que pudiera hacerle contrapeso. Para las elecciones de este año, Valencia Cossio, recién salido del Ministerio del Interior, pensó hacer lo mismo y propuso que el candidato a la Gobernación fuera Juan Gómez, pero el ala 'ramista' de los conservadores, liderada por la senadora Rendón, se negó a aceptarlo.

Ella, con sus 114.000 votos en el bolsillo y la convicción de que es la nueva baronesa conservadora en Antioquia, no se dejó imponer el candidato de Fabio Valencia y promovió una consulta interna entre quienes querían llegar a la Gobernación. "En el partido hay una clase política renovada, incluso de género, porque hoy las mayores votaciones y las mujeres tenemos el mayor reconocimiento", dice. Y tiene razón, pues el grupo de los caciques conservadores no tiene votos. Ni siquiera alcanzó una curul en el Senado.

Se hizo la consulta y ganó el candidato Álvaro Vásquez, que ella apoyó. El Partido Conservador le dio el aval pese a tener serios cuestionamientos por supuestos casos de corrupción que lo tienen hoy defendiéndose en la prensa y ante la justicia. En extensos reportajes, el diario El Colombiano, de la familia de Juan Gómez, ha dado a conocer dudosos negocios de Vásquez, como su compra de acciones del Fondo Ganadero de Antioquia (Fogansa) por medio de una empresa llamada Smart Web. El Colombiano descubrió que el representante legal de esa empresa era el conductor de Vásquez, lo cual dejaba un mal sabor pues el negocio, por un valor de 6.000 millones de pesos, se hizo mientras Vásquez era gerente del Instituto para el Desarrollo de Antioquia (Idea), que a su vez es accionista de dicho Fondo, y, por lo tanto, debía pedir autorización de la junta directiva para comprar y no lo hizo. Vásquez ha negado todo y denunció por injuria y calumnia al reportero que ha hecho las investigaciones y a Juan Gómez.

Además del apoyo que le dio a Vásquez, Rendón también logró que sus copartidarios pusieran sus votos a disposición del polémico candidato a la Alcaldía de Medellín Luis Pérez. Que en Medellín los conservadores se sumen a quien otras veces ha sido elegido por el Partido Liberal no es cosa de poca monta. La decisión se tomó el 30 de junio, cuando se hizo el congreso municipal godo en Medellín. Antes del encuentro, se supo que el candidato elegido para recibir el apoyo en las próximas elecciones era Pérez. Valencia Cossio trató de evitarlo y, con otros seis dirigentes, viajó a Bogotá para pedir que desde la dirección nacional del partido se suspendiera el encuentro. Así lo hicieron las directivas de esa colectividad, pero Rendón no acató la orden y, contra viento y marea, hizo el congreso, cuya masiva asistencia terminó por apoyar la candidatura de Pérez. Él se inscribió por firmas, pero hará acuerdos de programa y electorales con los azules.

Así, Liliana Rendón logró poner sus candidatos, a pesar de que ninguno tiene las simpatías de Valencia Cossio ni de Gómez Martínez. Ellos han dicho que la manera como el grupo de Ramos y Rendón está manejando estas elecciones tiene más intereses personales que de partido. "Me parece que va a ser la peor catástrofe electoral del Partido Conservador en toda su historia", dijo Valencia Cossio, refiriéndose a Vásquez.

En medio de la puja aparece siempre Liliana Rendón. Ella, definitivamente, dará de qué hablar para rato.