Home

Nación

Artículo

LA CASA DE LOS ESPIRITUS

En los 288 años de historia que tiene la Casa de Nariño es la primera vez que se confirma que a un presidente le hicieron brujería.

23 de noviembre de 1998

El sábado de la semana pasada el padre Guillermo Melguizo, capellán del Palacio de Nariño durante la administración de Ernesto Samper, le confirmó al noticiero NTC algo que los medios de comunicación ya habían registrado hace unos dos años: que efectivamente al ex presidente le habían hecho brujería en la propia Casa de Nariño y que, por lo tanto, él había oficiado un ritual de exorcismo.
A pesar de que en ese entonces se alcanzaron a filtrar algunos detalles del extraño fenómeno en el que estuvieron involucrados pelos y dientes de animal, hasta ahora la pareja presidencial no había querido hablar sobre el tema. "Nosotros teníamos tiempo sólo para pensar en los vivos que nos estaban asustando, antes que en los muertos", confesó Jacquin Strouss de Samper, quien la semana pasada, sin embargo, decidió romper su silencio y habló con SEMANA desde España para aclarar de una vez por todas el bochornoso episodio.
La esposa de Samper recordó que al año y medio de estar en el Palacio de Nariño un amigo le dijo que una bruja en Pereira lo había visitado para decirle que al presidente Samper le estaban haciendo brujería. El amigo le sugirió llevarla a Palacio, convencido de que ella podría descubrir cualquier trabajo que hubiesen hecho.
Después de pensarlo por unos días el presidente Samper y su esposa resolvieron aceptar el ofrecimiento. La pitonisa viajó en un fin de semana desde Pereira a Bogotá y apenas llegó se puso manos a la obra. Fue así como descubrió en los muebles que había en la antesala del despacho presidencial, en el propio despacho y en el escritorio de la secretaria privada unas bolsitas negras amarradas. "Recuerdo que había una hecha en gasa negra que parecía una mariposa; en su interior había un diente, tierra, pelos y un dólar partido por la mitad; también encontramos medallas de San Benito patas arriba".
Además de estos espeluznantes hallazgos la pitonisa hizo uno todavía más excepcional. A través de sus poderes parasicológicos logró descubrir a la persona que había puesto todas esas cosas.
En su recorrido por la oficina del mandatario se detuvo frente a uno de los tres escritorios de la antesala y señaló: la persona que se sienta aquí es la que está dejando esas bolsas. Se trataba de una secretaria que fue inmediatamente despedida. En Palacio siempre se dijo que era amiga de Elizabeth Montoya, más conocida como la 'Monita retrechera'.
"Yo no le volví a prestar atención al asunto. Nos pareció tan burdo y tan horrible que hicieran ese tipo de cosas que no quise ni hablar con esa persona. Por lo demás nunca percibimos ningún fenómeno anormal, nada raro y de espantos menos", señaló la esposa del ex mandatario.
Aunque Jacquin dice ser incrédula en esos asuntos le contó a monseñor Guillermo Melguizo lo que había pasado. El, quien no vaciló en manifestar también su escepticismo, accedió a practicar una oración de exorcismo.
Quienes conocen al presidente Andrés Pastrana consideran que estas palabras lo deben tener tranquilo, ya que al primer mandatario no le complacen los espantos. El es capaz de enfrentarse a las fuerzas sindicales, a las militares, a las gremiales, a las fuerzas de la oposición, pero es incapaz de hacerle frente a las fuerzas ocultas.
Pocas personas saben, por ejemplo, que cuando todavía se desempeñaba como periodista y viajó al Tolima con motivo del primer aniversario de la tragedia de Armero, el hoy Presidente se hospedó en una hacienda próxima al lugar que fue declarado campo santo. Pero en el instante en que comenzó a escuchar relatos de fantasmas y espíritus prefirió regresar, a media noche, a un hotel de Ibagué.
Así mismo, dicen que es un coleccionista de agüeros. Los tiene todos: no acepta obsequios cortopunzantes sin dar unas monedas a cambio; jamás se sienta en una mesa donde haya 12 personas; si riega la sal la recoge y la bota por encima del hombro; cuando viaja en avión se cuida de aplaudir, así sea discretamente, al momento del aterrizaje y, en un gesto que va más allá de la caballerosidad, llega a sugerir cuando se derrama una copa de vino que hay que untarlo detrás de las orejas.
Finalmente el sucesor del padre Melguizo en la capellanía de la Casa de Nariño, monseñor Darío Múnera, dice que aunque lleva 35 años de sacerdote nunca ha hecho ningún exorcismo, menos en Palacio. "Nadie me ha pedido aquí nada en ese sentido y desconozco los pormenores del tema. En ese campo todo está en orden en la Casa de Nariño".