La condena a ‘Fritanga’ por hacerse pasar por muerto

En la ‘novela’ del narcotraficante Camilo Torres, alias ‘Fritanga’ hay nuevos capítulos. Al mejor estilo de una serie de ficción Torres, quien se encuentra extraditado a Estados Unidos, mostró su poderío al lograr hacer creer que estaba muerto, luego de pagar una alta suma de dinero. 

Y fue por eso, por pretender engañar a las autoridades con lo que logró evadir a la justicia por un tiempo, que el narcotraficante fue condenado este miércoles por el juez 38 penal de conocimiento de Bogotá a cuatro años y un mes de cárcel.

A ‘Fritanga’ le fueron imputados el pasado 4 de abril los delitos Fraude procesal, falsedad en documento privado y obtención de documento público falso en calidad de determinador. Conductas que aceptó a través de una videoconferencia, lo que lo llevó a recibir la rebaja de la mitad de la pena.

En el fallo el juez dijo que era evidente la participación de ‘Fritanga’ en los delitos endilgados por la Fiscalía. “Los elementos probatorios permiten inferir la responsabilidad de Torres Martínez, además si se tiene en cuenta la aceptación de cargos (…) no se puede negar que el procesado era consciente de que se cometía un delito al falsificar un documento”, explicó el juez al tiempo que manifestó que ‘Fritanga’ solo quiso engañar a la justicia.

En ausencia de Torres, quien se encuentra recluido en una cárcel de Tampa (Estados Unidos), el fiscal de la Unidad de delitos contra el Orden Económico y Social William Castro recordó la manera como operó ‘Fritanga’ en este engaño. Dijo que el 2 de diciembre de 2010 se certificó la muerte natural del capo cuando en realidad estaba vivo, “expedido el registro de defunción se gestionó de manera irregular la cancelación de la cédula ante la Registradora”.

Según el ente investigador Torres Martínez no tiene antecedente penales por condenas en Colombia y su única deuda sería con las autoridades de Estados Unidos por cargos de narcotráfico.

Sin embargo, Diego Álvarez Betancur, defensor de ‘Fritanga’, indicó que en el juzgado primero adjunto de Antioquia el narcotraficante tiene un proceso penal por los delitos de concierto para delinquir con fines de narcotráfico, acción penal que se encuentra culminada la etapa de juicio y pendiente de fallo.


Así se expidió el certificado

El médico que expidió el acta de defunción fue Augusto Gallego, quien tiene en su contra una investigación por los delitos de falsedad en documento y fraude procesal. El galeno quien determinó una muerte natural, dice que un empleado de una funeraria lo engañó.

Tras el escándalo suscitado por la expedición del certificado de defunción de alias 'Fritanga' por cuenta de la Notaría 17, ubicada en el sur de Bogotá, en julio del año pasado Eduardo González, titular de esa oficina, dijo que la funcionaria que estampó su firma en el documento, Mirian Suárez, notaria encargada para la época de los hechos, se ciñó a lo que dice la ley.

"Los documentos que tenemos tienen todas las características y las condiciones de idoneidad con los cuales la Notaría tiene que proceder a hacer un registro", dijo González una vez se conoció el escándalo.

En el archivo de la entidad reposaba el certificado del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas que deben diligenciar los médicos certificando el deceso de un ciudadano.

La rúbrica, el sello y la huella de Gallego aparecen en el informe fechado el 2 de diciembre del 2010, día en el que se reportó que se produjo la muerte del narcotraficante.

Ese formulario fue llevado ante la Notaría por Jorge Eliécer Heredia quien, al parecer, es empleado de una funeraria, la cual se presume, eran los encargados de hacer el velorio del occiso.

Heredia fungió como denunciante ante los funcionarios notariales. Hasta esa oficina del sur de Bogotá llegó con el certificado del médico Gallego, como lo exige la ley. Además, llevó la fotocopia de una cédula que contiene los datos de Camilo Torres Martínez, nacido el 31 de octubre de 1975 en Unguía, Chocó, y expedida en Turbo, Antioquia.

‘Fritanga’ fue capturado el 2 de julio, un nutrido grupo de oficiales de la Dijin, acompañados por comandos de la Armada, desembarcaron en la isla Múcura, a dos horas de Cartagena. Llegaron hasta el Hotel Punta Faro, más de un centenar de personas protagonizaban una bacanal digna de la ostentación de los capos de antaño. Allí el capo festejaba su matrimonio con una bella mujer.