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La era del nuevo peso

El senador antioqueño José Jaime Nicholls le presentó al Congreso un proyecto de ley, 074 de 2000, que pretende eliminarle tres ceros al peso actual. Esta semana se hará el debate en plenaria de Senado. Nicholls explica los alcances del cambio de moneda.

José Jaime Nicholls *
2 de julio de 2001

Colombia se prepara para experimentar una transformación de tipo práctico en su moneda legal, el peso colombiano. Transformación que, en su momento, fue llevada a cabo por otros países de este y otros continentes, tales como México, Brasil, Argentina y Perú, para no ir muy lejos.

La cuestión es muy simple: eliminar tres ceros en monedas y billetes para desenredarle la vida a los colombianos, que hoy ven en la cantidad de números que componen las cifras un problema que quita tiempo a la hora de hacer cuentas y realizar transacciones, que posibilita los errores a la hora de las operaciones y que ocupa espacios valiosos a la hora de almacenarlas en los sistemas computarizados o al escribirlas en el papel. Dicho en palabras de un analista económico, "cuando las sumas y restas pasan de los miles de millones a los millones de millones (billones) es fácil ahogarse en una sopa de ceros".

Pero el hecho de quitar de tajo unos incómodos ceros nos devolverá, con algo de nostalgia, a la época de los centavos cuando las monedas de baja denominación valían y la gente las cuidaba como tesoro. Quizá será este el momento para desempolvar una vieja frase que acuñaron los abuelos: "Hay que cuidar los centavos porque los pesos se cuidan solos".

La importancia del centavo

No es secreto que hoy las monedas de baja denominación ni siquiera son apetecidas por los mendigos; las alcancías pasaron de ser una promesa para el ahorro a convertirse en un objeto en desuso y los monederos ya no tienen quien los consienta; o mejor dicho, según cifras de la industria del cuero, la demanda de estos artículos es extranjera porque en Colombia son pocos los que compran alguno. Al ponerse de moda los centavos esto permitirá que ni el taxista ni el vendedor nos redondeen las cifras por encima del valor real por el solo hecho de no haber vueltas ni monedas pequeñas en uso, como sucede hoy. Tendremos monedas de 1 peso y de 50, 20, 10, 5 y 1 centavos haciéndole compañía a los nuevos pesos de 50, 20, 10, 5, 2 y 1 (ver recuadro).

Los entendidos en el tema se preguntan si este cambio traerá implicaciones en la economía colombiana: por tratarse de una medida de carácter práctico el 'nuevo peso' no tendrá ninguna relación negativa con las áreas de la política macroeconómica del país y, particularmente, con la política monetaria conducida por el Banco de la República.

El propio Emisor, al respaldar públicamente la propuesta, fue claro en señalar que la medida "no tendrá ningún impacto sobre el costo de vida porque todos los precios y las operaciones tendrán la nueva conversión; así mismo ha dicho que este cambio no tendría impacto sobre la política cambiaria ya que ésta se sigue desarrollando dentro de un régimen de libre flotación de la tasa de cambio". ¿Cuándo circularía la nueva moneda? Desde el momento en que sea aprobada la Ley el Banco de la República tendría un plazo de entre 12 y 18 meses para poner en circulación los nuevos pesos, los cuales reemplazarían gradualmente a los actuales; éstos continuarían en circulación conservando su poder adquisitivo hasta que sean totalmente reemplazados por las nuevas denominaciones.

Los 'nuevos pesos' no cambiarán el diseño pero para diferenciarlos de los viejos transitoriamente contendrán la expresión "Nuevos Pesos" o el símbolo "N$" y las monedas que representen fracciones de la nueva unidad contendrán sólo la expresión "centavos" o su símbolo "c". En cuanto al costo de cambiar los actuales pesos por nuevos pesos será mínimo por una razón sencilla: hoy los billetes se están reemplazando constantemente por el desgaste a que se ven sometidos en manos de la gente (un billete de 2.000, por ejemplo, tiene un promedio de vida de apenas seis meses según datos oficiales del Banco de la República).

El proyecto favorece la circulación de monedas, las cuales llegan a durar 20 veces más que los billetes, lo que permite deducir que durante mucho tiempo el país experimentará un ahorro significativo a la hora de acuñarlas. Confío plenamente en la filosofía del Banco de la República para el cual el cambio del peso simboliza el compromiso de lograr niveles muy bajos de inflación en 2003 y, ante todo, espero que todos los colombianos estrenemos en 2002 un nuevo peso.... de verdad de peso.



* Senador de la República.