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| Foto: León Darío Peláez

POLÍTICA

La deuda de Santos y Vargas Lleras con la oposición

El Polo le recuerda al Gobierno que su campaña de reelección comenzará sin garantías a la oposición.

19 de mayo de 2013

En el 2006 la izquierda alcanzó la mayor votación de su historia. Carlos Gaviria consiguió el respaldo de más de 2,5 millones de votos. Sin embargo, fueron insuficientes. El único candidato presidente de Colombia en su historia, Álvaro Uribe Vélez, con el aparato estatal a disposición y los medios de comunicación registrando simultáneamente sus actos de gobierno, lo vapuleó con más de siete millones de votos.

Para el Polo Democrático la historia va a camino de repetirse. Tras el anuncio reeleccionista de Juan Manuel Santos, el pasado viernes, y la conformación del que ha sido llamado su equipo de campaña, los dirigentes del único partido de oposición aseguran que empezó una campaña llena de ventajismos para el próximo candidato-presidente.

Sobre todo porque le recuerdan al presidente Juan Manuel Santos y a su ministro Germán Vargas Lleras una promesa incumplida. A punto de cumplirse tres años de gobierno, olvidaron legislar para darle garantías políticas a la oposición.

Gustavo Triana, secretario del Polo, les recuerda a Santos y a Vargas Lleras que están a punto de comenzar una campaña sin haber desarrollado el estatuto de oposición, uno de los proyectos que el Gobierno se comprometió a llevar al Congreso en agosto del 2010 y que a día de hoy no se encuentra ni siquiera en borrador.

Ese estatuto es la fórmula legal para garantizar a la oposición su acceso equilibrado a medios de comunicación y su presencia en los organismos electorales.

“Hace rato que el presidente, su gabinete y la bancada de la Unidad Nacional andan en campaña por la reelección o el alargue e imponen un inaceptable ventajismo sobre las fuerzas de la oposición y particularmente sobre nuestro partido”, dice Gustavo Triana, secretario del Polo y presidente encargado de la colectividad durante la recuperación de la candidata presidencial Clara López.

Triana asegura que la campaña partirá sin  las garantías mínimas, como es la presencia de un magistrado de la oposición en el Consejo Nacional Electoral, que hoy está repartido entre los partidos de la Unidad nacional. La U, Conservador, Liberal, Cambio Radical. Sólo un magistrado del organismo electoral no pertenece a los partidos de la coalición de gobierno, pero pertenece al PIN, que ha acompañado a la sombra las políticas del presidente Santos.

“Tal como lo hemos venido reclamando, no se ha resuelto la concertación del Estatuto de la Oposición y mientras tanto los partidos no comprometidos con la coalición de gobierno siguen sin representación en el Consejo Nacional Electoral, sin participación en los organismos de control, con una insignificante figuración en la televisión  y anulados en los demás medios de comunicación, entre otras desventajas”, recuerda Triana.

La dilatada historia del estatuto de oposición comenzó en el 2010. Días después de su posesión, Santos se reunió con Clara López y se comprometió con ese proyecto.

Vargas Lleras, como ministro del Interior, sostuvo varias reuniones con la oposición, pero no hubo consenso, entre otras al explicar de excesivas las peticiones del Polo, que pedían el derecho a réplica en televisión a cada alocución presidencial, manejar organismos de control y hasta la creación de un gabinete a la sombra. Las reuniones de concertación se interrumpieron y ni los ministros Federico Renjifo ni Fernando Carrillo reanudaron las conversaciones.

El Polo Democrático también dice que no se debe pasar por alto que el gobierno nacional no ha dispuesto la instrumentación del voto electrónico y la identificación biométrica para las elecciones del 2014, tal como lo ordenó la ley. Sin embargo, no ha habido respuesta y creen los dirigentes de oposición que en un año se incumplirá este mandato.

Las advertencias de la oposición se dan a un año y una semana de llevarse a cabo las elecciones presidenciales. El Polo las disputará con su candidata Clara López, pero advierten que la historia probablemente se repita. Una campaña en la que será difícil disputar el poder a un candidato-presidente, que “aprovechará sus ventajismos de estar en el poder”.