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| Foto: Juan Carlos Sierra

POLÍTICA

Conservadores y uribistas se disputan a Miguel Gómez

Los dos partidos le coquetean al excongresista que promovió la revocatoria a Gustavo Petro.

16 de octubre de 2014

Aunque el alcalde Gustavo Petro consiguió eludir la revocatoria al mandato que le promovió el excongresista bogotano Miguel Gómez, este puede decir que fue uno de los pocos que le ganaron una batalla al controvertido mandatario de la capital.

Gómez, como representante a la Cámara del Partido de la U y sin el mínimo apoyo de su colectividad, salió a las calles en enero del 2012 y en menos de ocho meses consiguió recoger más de 600.000 firmas para convocar a los ciudadanos a las urnas para pronunciarse sobre la continuidad del mandato de Petro.

A pesar de los centenares de recursos y tutelas que interpuso la administración capitalina en contra de su iniciativa, Gómez consiguió que la Registraduría certificara la validez de más del 70 % de las firmas recaudadas, suficientes para que se convocara la revocatoria.

Fue una victoria a medias porque, a pesar de que se había pactado fecha, el 2 de marzo pasado, la incertidumbre generada por la destitución que le impuso el procurador Alejandro Ordóñez al alcalde y las medidas cautelares que este reclamó en la justicia colombiana y en organismos internacionales congelaron la revocatoria. Incluso hay quienes hoy tienen demandado al registrador nacional, Carlos Ariel Sánchez, por no proceder a la convocatoria a las urnas.

En todo caso, aunque Petro se libró de esta iniciativa, Miguel Gómez salió revalorizado. Tanto, que hoy, a un año de las elecciones de autoridades locales, dos partidos políticos, el Conservador y el Centro Democrático, se disputan su fichaje, como se diría en términos futbolísticos.

Gómez renunció el pasado mes de junio al Partido de La U. Entre otras argumentó que esta colectividad había abandonado sus principios fundacionales, pero también recordó que cuando más apoyo necesitaba en la que parecía ser una cruzada imposible, la revocatoria, esta colectividad lo abandonó y lo dejó a la deriva.

Esa renuncia lo dejó con posibilidades abiertas para aspirar a un cargo de elección popular a nombre de otro partido. Y ahora, el dilema de Gómez deambula precisamente en los dos partidos con los que ha tenido históricas afinidades.

Los conservadores parecen haber picado en punta. La excandidata presidencial Marta Lucía Ramírez acaba de postular a Gómez como una carta conservadora para disputar la Alcaldía de Bogotá. Ramírez consideró que el conservatismo debe lanzarse al agua y disputar el poder en Bogotá, de hecho, anticipó que los azules tendrán candidato propio en las elecciones de octubre del próximo año.

Marta Lucía postuló a Gómez como precandidato a la Alcaldía como parte de una terna que, a juicio de la exministra, la complementarían el excomisionado de paz de Andrés Pastrana, Camilo Gómez, quien fue su fórmula vicepresidencial, y el exministro de Hacienda del gobierno Santos Juan Carlos Echeverri. Los tres serían sometidos a un mecanismo interno para definir la candidatura.

Aunque en el 2010 Gómez se presentó por La U, tiene raíces muy conocidas con el Partido Conservador. Es nieto de Laureano Gómez y sobrino de Álvaro Gómez Hurtado, dos de los principales patriarcas conservadores.

Pero el excongresista ha tenido recientes cercanías con el expresidente Álvaro Uribe y con su partido, Centro Democrático. Los uribistas ven a Gómez como una gran apuesta del partido de cara a conquistar las mayorías en Bogotá. Pero el ofrecimiento del partido no estaría en la Alcaldía.

El exsenador Juan Carlos Vélez, miembro fundador del Centro Democrático, ha promovido en el partido ofrecerle a Miguel Gómez ser cabeza de lista para el Concejo, ya que parece casi definido que el ex vicepresidente Francisco Santos sea el candidato a la Alcaldía. La idea es llegar con un candidato al cabildo fuerte que permita conseguir para el uribismo las mayorías en el Concejo.

Sobre todo por el caudal electoral que representa Gómez, quien en su única incursión electoral, cuando fue elegido representante a la Cámara por Bogotá, sorprendió al acercarse a 50.000 votos. Un caudal electoral que, de llegar a ser igualado en unas elecciones al Concejo, le permitiría arrastrar un importante número de curules.

Las dos propuestas están casi listas sobre la mesa. Miguel Gómez, que se cotizó con su solitaria batalla contra Petro, tendrá que resolver el dilema. O ser precandidato a la Alcaldía o convertirse en el hombre fuerte del Concejo de la ciudad.