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No es claro que Petro, el ganador de la consulta y candidato del PDA, pueda unificar a un partido dividido

POLÍTICA

La encrucijada del Polo

Después de la consulta, el partido quedó dividido entre las bases que apoyan a Gustavo Petro y una jerarquía que se opone a las ideas de su nuevo candidato presidencial.

3 de octubre de 2009

Cuando a comienzos de año Gustavo Petro propuso una gran convergencia de líderes de distintas orillas para "defender la Constitución y oponerse a una tercera reelección de Álvaro Uribe", se armó un revuelo en el Polo Democrático Alternativo (PDA). La sola idea de aliarse con otros sectores para enfrentar una coyuntura electoral difícil para la oposición les puso los pelos de punta a los militantes más radicales de ese partido de izquierda.

Por eso senadores como Jorge Robledo, Jesús Antonio Bernal, Jaime Dussán e Iván Moreno, provenientes del 'ala dura' del Polo, mostraron su desacuerdo con la iniciativa y coincidieron con el planteamiento de Carlos Gaviria, también precandidato y quien desde hace meses se había opuesto a que el PDA hiciera coaliciones antes de la primera vuelta.

El domingo y en contra de las apuestas, Petro se convirtió en el 'palo' de la jornada al sacarle a Gaviria 20.000 votos de ventaja. Sin embargo, la felicidad del triunfo no fue completa. Días antes, en los pasillos de su sede, se había vuelto común oír que si ganaba la consulta, no iba a contar con el apoyo de la dirigencia de su partido, opuesta -en su mayoría- a las alianzas.

Pronto se hizo evidente que las dificultades de Petro para lograr su 'convergencia de fuerzas políticas' no están sólo en la burocracia del Polo. También están en el terreno donde se mueven otras fuerzas que o han ido avanzando en otras alianzas, o no ven viable comprometerse desde ya con una campaña antiuribista con el PDA.

Por el lado de las toldas rojas se le atravesó Germán Vargas quien, desde hace rato, ha mostrado interés en que Cambio Radical participe en una consulta interpartidista con el Partido Liberal para elegir candidato presidencial. El lunes, un día después de las consultas, el ya candidato liberal Rafael Pardo se reunió con él y estableció un acuerdo base para este propósito. Ahí Vargas fue claro y anunció que no estaría interesado en competir con Petro para ganarse una candidatura suprapartidista.

En el caso de los tres tenores, tampoco es claro que puedan llegar a la convergencia con Petro. Aunque Mockus y Lucho Garzón son cercanos a él, es difícil que Peñalosa lo acepte como parte de un proyecto conjunto, así sea antirreeleccionista y coyuntural. Petro fue uno de los mayores detractores de la gestión del ex alcalde y este, a su vez, ha sido crítico del Polo. Además, el trío anunció el jueves que por ahora prefiere concentrarse en construir su organización, en vez de pensar en consultas interpartidistas.

Por el lado de Fajardo es aun más difícil que Petro encuentre un compañero de lucha. El ex alcalde de Medellín ha insistido en que es candidato y no precandidato y esa razón fue la que lo llevó a alejarse de los tenores cuando le propusieron medirse con ellos en una encuesta. Si no se alió con Lucho, Mockus y Peñalosa para concertar una sola candidatura, mucho menos lo hará con un candidato de partido como lo es Petro.

En el Polo no es claro que el candidato pueda tomar las riendas de un partido dividido, en el cual la mitad de las bases acepta su propuesta, la otra mitad la contradice y la jerarquía la rechaza. El jueves, el comité ejecutivo se abstuvo de nombrar a Petro nuevo presidente del PDA y encargó a Jaime Dussán por dos semanas más. Por eso, y porque la mayoría de los miembros de este comité no quiere alianzas antes de la primera vuelta, a Petro le va a costar mucho lograr la convergencia: una bandera que lo llevó a ganar la consulta pero que le reduce cada vez más el margen de acción en un partido dividido en torno a ella.n