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| Foto: Archivo particular

POLÉMICA

El león Zimba y otros animales que se habrían salvado de la eutanasia en Cali

Pese a que una resolución determina la muerte de siete especies tras el cierre del mítico refugio para animales conocido como Villa Lorena, la autoridad ambiental asegura que las eutanasias no se darán. Animalistas temen que esto no se cumpla.

11 de julio de 2017

“Ordenar que se practique protocolo de eutanasia a los especímenes relacionados a continuación(…)”.

Así empieza el artículo tercero de la Resolución 465 del 15 de mayo de 2017, en la que el Departamento Administrativo del Medio Ambiente, Dagma, sentencia a muerte a una tortuga, un mono araña, una leona, un puma y tres panteras albergados en el refugio para animales conocido como Villa Lorena.

Como era de esperarse, la medidad levantó ampolla entre defensores de los animales no solo por el procedimiento de eutanasia, sino porque de esa manera las autoridades le ponen fin a uno de los refugios y centros de rescate de animales más apreciados del suroccidente colombiano.

Se trata de la Fundación para la Defensa, Amor, Vida y Protección de los Animales del Refugio de Fauna Silvestre Villa Lorena, Fundavpaz, que ya completa dos décadas y media de funcionamiento en la capital del Valle.

Pero la desgracia para ese refugio, que es considerado el ángel guardián de los animales, comenzó desde 2010 cuando las autoridades vieron que los cerca de 900 ´huéspedes´ que alojaba Villa Lorena, corrián peligro, no solo ante las amenazas de inundaciones, (este año volvió a anegarse el predio) sino porque según el Dagma, se trata de un sitio donde los animales “están presos, confinados sin los requisitos de ley”, explicó a este portal Luis Alfonso Rodríguez, director del Dagma.

Según dijo el funcionario, desde 2013 las autoridades le hacen seguimiento a ese refugio por supuestamente no cumplir con las normas vigentes y por tal razón un informe técnico que elaboraron expertos concluyó que los animales albergados en Villa Lorena deben ser liberados y reubicados.

“En el caso concreto de la eutanasia, podemos asegurar que no se le aplicará a ninguna las siete especies que menciona la Resolución, sencillamente porque logramos conseguirles un nuevo refugio”, dijo el director ambiental, tras agregar que entre las entidades que recibirán a los animales reubicados están las corporaciones autónomas ambientales de Cesar, Magdalena y Valle del Cauca.

De acuerdo con la polémica Resolución, Villa Lorena es un refugio que no cuenta con dos requistos de Ley indispensables para su funcionamiento: el registro de tenedores de fauna silvestre y la autorización para operar como centro de rescate de animales.

En la actualidad el refugio Villa Lorena alberga a 227 especies, de las cuales el 70 por ciento de ellas serán liberadas y el restante 30 por ciento son las que se conservarán en cautiverio en sitios especiales de las corporaciones autónomas.

Las siete especies que iban a ser sometidas a la eutanasia eran precisamente aquellos animales que presentan alguna discapacidad o están viejos, como el famoso Zimba, un león que lleva 25 años en el refugio, “pero no tiene sentido y resulta insólito que maten a un león o un mico, solo porque tienen achaques producto de la edad”, argumentó Stella Torres, una animalista que promueve un comedor para perros y gatos callejeros en el barrio La Floralia de Cali. Aunque el director ambiental asegure que no sacrificarán ningún animal, según Torres persiste el miedo a que lo incumplan, sobre todo por lo que está escrito en la resolución.

Maria Eugenia Torres, una de las administradoras del refugio, criticó el procedimiento del Dagma, catalogó de injusta y desagradecida la sanción, ya que en los 26 años que funciona Villa Lorena, nunca recibieron un plato de comida para los animales.

“Lo absurdo, es que ahora reclaman que somos ilegales y no cumplimos los requisitos de Ley, pero durante todos estos años el mismo Dagma, la policía, la Sijín y hasta la CVC nos traían los animales que incautaban o rescataban en sus operativos, para que los cuaidáramos”, explicó la mujer que es técnica veterinaria.

Para operar, Villa Lorena necesita un presupuesto promedio mensual de 30 millones de pesos, con los que compran frutas, carnes, pagan la nómina, combustible y los medicamentos que requieren los animales, “también recibíamos donaciones en especie”, dijo la señora Torres.

Jurídicamente aún no está en firme la orden de liberación y reubicación de todos los animales que alberga el refugio Villa Lorena; a las directivas de la fundación les queda la opción de instaurar un recurso de reposición.

Pero como lo expresó la veterinaria Torres, “seguir peleando es entrar en un desgaste económico y emocional que no estamos dispuestos; pero no bajaremos la guardia en velar porque a ninguno de esos animalitos se les aplique la eutanasia”.