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La fiesta de los gastos reservados

En tríos, mariachis, joyas, comidas, bolígrafos, licor, esculturas, antigüedades, obras de arte y banquetes se gasta la Policía de Medellín varios millones de pesos mensuales.

10 de noviembre de 2003

El pasado miércoles 5 de noviembre una mujer llegó a las instalaciones de la Policía Metropolitana de Medellín en busca del general Leonardo Gallego. En sus manos cargaba unos paquetes que tenía hacía algunos meses escondidos en su residencia y para cuidar su integridad física le había tocado encaletarlos. Cuando abrió las bolsas de plástico el oficial no pudo ocultar su asombro. Se trataba de más de 1.000 recibos originales de la oficina financiera de su comando, en los que se relacionaban los gastos de los últimos tres años. La señora le confesó al oficial que uno de sus más cercanos colaboradores, el capitán Jorge Eliécer Camargo Romero, jefe financiero de la Metropolitana, le había entregado estos documentos para que los ocultara, pero que en un momento de desesperación por una suma de dinero que el hombre le adeudaba decidió confesar todo y devolverlos a cambio de que el oficial le ayudara para que le cancelaran la deuda.

Lo que no sabía el general Gallego era que la dama antes de ir a su despacho ya había puesto en alerta a las autoridades, a las que les confesó cómo había logrado sustraer los papeles y les dejó una copia autenticada de los mismos. Según su testimonio, "esos gastos no aparecen reportados en la contabilidad de la Policía porque existe una serie de irregularidades en el manejo del presupuesto financiero que había que ocultarlas".

SEMANA tuvo acceso a cada una de las facturas y se desconoce si esos egresos corresponden al presupuesto del comando, a una partida especial de gastos de representación o a gastos reservados.

Lo cierto es que son gastos suntuarios de los años 2001, 2002 y parte de 2003 que tendrán que explicar los altos oficiales de la Policía de Medellín.

Esto fue lo que se encontró: en sólo cuatro meses se gastaron tres millones de pesos en besos de negra y turrones. Y en la misma lista de gastos relacionan 16 facturas que suman 11.528.00 pesos que pagaron en banquetes en el Hotel Dann Carlton y 3.500.000 en licores.

Pero si de comidas se trata, aparece también un comprobante de pago del restaurante La Aguacatala del sábado 4 de mayo del 2002 por más de un millón de pesos (ver recibos). La cuenta incluía una botella de whisky, 30 platos fuertes, vino, gaseosas y jugos. Y otra cuenta muy similar por un almuerzo en el Club Campestre. Sin embargo en el restaurante La Fragata la cuenta fue mucho más elevada y se pagaron en efectivo 4.967.700 pesos. "La Policía es buen cliente nuestro. Vienen con mucha frecuencia y tienen cuenta abierta", le confirmó a SEMANA uno de sus funcionarios.

La Policía de Medellín también figura como cliente en varias galerías de arte. Por 650.000 pesos compraron un Jesús Crucificado en porcelana Capo di monte. En El Cerrojo pagaron 800.000 pesos por un óleo de Don Quijote. "Ellos (policías) nos compran cositas. Creo que era un regalo para un mayor de la Policía o un alcalde. No entendí bien", recuerda el dueño de la galería. En Antigüedades el Rastro compraron una paloma de Botero y un caballo con Bolívar por 480.000 pesos y en Anticuaria y Galería cancelaron otros 300.000 pesos por dos esculturas de Simón Bolívar.

En cuanto a regalos, los bolígrafos finos eran los predilectos. "Los que compraron eran alemanes, de marca 'Generation', costaron 340.000 pesos cada uno. También compraron un roller negro Montblanc que costó 528.000 pesos", le dijo a SEMANA una de las vendedoras del almacén Estibol de Medellín.

Una de las compras que más llamó la atención al ver la lista de facturas por cancelar del grupo financiero de la Policía fue la del almacén Anastasia Alfombras, en donde figura una cuenta por 3.715.500 pesos por la compra de un 'cañón de guerra'. SEMANA trató de comunicarse con el almacén para conocer en qué consiste la curiosa adquisición, pero fue imposible.

Las autoridades, que ya tienen en sus manos estos documentos, quedaron igualmente asombradas cuando observaron la relación de las facturas canceladas a diferentes proveedores de la Metropolitana del Valle de Aburrá. En la lista figura el pago de 3.710.000 pesos a la Joyería Brilho, de la capital antioqueña, por la compra de un reloj y una gargantilla. Así mismo, se encontraron varios pagarés a nombre del capitán Camargo, el jefe financiero de la institución, que retiraba diferentes joyas como cadenas, dijes, aderezos y aretes.

También llama la atención la entrega continuada de dinero en efectivo para 'J1 Alma', quien de acuerdo con el lenguaje que hablan entre sí los uniformados se trata del ayudante del comandante de la Policía Metropolitana, quien recibía, según los listados de la oficina financiera, entre cinco millones y seis millones de pesos al mes pero en ninguna parte figura la justificación del gasto de esta plata.

La Presidencia de la República ya tiene conocimiento de estas supuestas irregularidades en el manejo de los recursos de la Policía de Medellín y la llamada Misión Especial, creada recientemente por la ministra de Defensa, Marta Lucía Ramírez, tendrá una interesante tarea de investigación. No tanto por los montos sino por el despilfarro de unos recursos tan preciados como son los gastos reservados, sobre todo en un gobierno que está haciendo un esfuerzo de austeridad y de lucha contra la corrupción. Estos gastos reservados tienen una destinación específica para temas de seguridad, como pago de informantes, protección de testigos, etc.

Al cierre de esta edición no se pudo confirmar la versión según la cual el capitán Jorge Camargo fue trasladado la semana pasada de la Policía Metropolitana de Medellín y, a pesar de que se llamó insistentemente al general Leonardo Gallego para conocer su versión sobre estos gastos, no se obtuvo ninguna respuesta.