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La flor del monte

Una mujer sensual levanta la moral de los soldados todas las noches e invita a los guerrilleros a volarse.

9 de febrero de 2003

Es cariñosa, consentidora, inteligente y muy sexy. Una amiga que aconseja, una amante que espera, una novia que entiende. Es Flor del Monte, la compañera virtual de soldados y guerrilleros.

Inspirada en la famosa Rosa de Tokio, que enloqueció a los norteamericanos en la Segunda Guerra Mundial, esta locutora radial que trabaja para la emisora del Ejército les habla todas las noches a los que esperan con ansiedad a su enemigo en el monte.

"¿Estás de guardia esta noche? No te me vayas a dormir. Por eso estoy aquí, para acompañarte, para que no te sientas solo", le dice Flor del Monte al soldado con voz sensual.

Al guerrillero, que puede no estar lejos del soldado, le habla con el mismo tono. "¿No crees que ya es hora? Tu familia te espera, no la hagas sufrir más. Vuélate. Yo te invito a que lo hagas, a que me busques. Como tienes un poquito descuidado el corazón, te dedico esta canción?".

Estas conversaciones de tono íntimo las intercala con vallenatos, baladas y salsa y con noticias del día sobre los éxitos de la Fuerza Pública y las deserciones y capturas de guerrilleros. El jueves de la semana pasada, por ejemplo, se entregaron tres jóvenes de las Farc y otros cuatro fueron capturados. Entonces, Flor del Monte les preguntó esa noche. "¿Estás esperando a correr la misma suerte? ¿A ser juzgado por la justicia? Entrégate al batallón más cercano". Y a los soldados los felicita: "Eres un hombre grandioso, cada minuto lo entregas a tu país, la gente está cada vez más agradecida". Luego les leyó una de las cartas que llegan a la campaña Querido soldado, en la cual los ciudadanos les escriben misivas a los combatientes.

Otros días les lee cartas escritas por novias que se las envían a Flor del Monte para que su pareja la oiga en boca de esta mujer que con su voz los tiene convencidos de ser una versión colombiana de Pamela Anderson.

Esa era precisamente la idea que tenía el general Jorge Enrique Mora, comandante de las Fuerzas Armadas, cuando se obsesionó con hacer una versión colombiana de Rosa de Tokio. Esa hija de inmigrantes japoneses, nacida en 1916 en Los Angeles, y que en realidad se llamaba Iva Ikoku Toguri fue acusada en Estados Unidos por alta traición por haberle colaborado al ejército japonés en sus labores de propaganda radial. Al contrario de los mensajes de Flor del Monte, los de Rosa de Tokio eran agresivos y muy directos. "¿Qué tal enemigos, les gustaron las trampas que les pusimos?", les decía después de una emboscada. O les sembraba la cizaña. "Mientras ustedes dejan niños huérfanos aquí, sus esposas se divierten con otros hombres. Pobres cornudos", los mortificaba.

"Aunque el general Mora se inspiró en este personaje, Flor del Monte es romántica y tierna. A través de su voz sensual le levanta la moral al soldado. Y por otro lado les hace entender a los subversivos que tienen un futuro, que el país no les ha cerrado las puertas si desertan", explica la coronel Adalgiza Serrano, directora de las emisoras del Ejército.

Este proyecto arrancó en septiembre del año pasado pero ya comienza a rendir sus frutos. Varios de los más de 1.000 guerrilleros que dejaron las armas el año pasado dijeron que el programa les ayudó a tomar la decisión de volarse. Y muchos soldados dicen que oír a esta mujer que imaginan rubia, alta y voluptuosa les alegra las noches solitarias y les ayuda a ganar la guerra.