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ELECCIONES

La fórmula de Navarro

El candidato del Polo está visitando las zonas más golpeadas por la violencia. El mensaje: la fuerza no es suficiente para acabar con la guerra.

17 de julio de 2005

La campaña que se avecina no va a ser fácil para los competidores de Álvaro Uribe, si la Corte avala la reelección. Las encuestas indican que el electorado se apartará de la tradición y en 2006 no buscará cambio sino continuidad. De Uribe o, al menos, de sus principales políticas. Sus competidores van a tener que acudir a una gran creatividad para plantear alternativas. Y más aun para los de la izquierda, a quienes no les cabe la camiseta del continuismo. Ante el dilema, el candidato del Polo Democrático, Antonio Navarro, ya tiene su receta: enviar, desde los lugares más difíciles para el orden público, el mensaje de que hay una política de seguridad mejor que la del actual gobierno. Una fórmula que no está exenta de dificultades.

Hace dos semanas, Navarro tenía todo listo para viajar a Puerto Rico (Caquetá), donde días antes las Farc había asesinado cuatro concejales. Su idea era llegar al municipio por la carretera que va desde Florencia y pasa por San Vicente del Caguán. La misma en la que el grupo guerrillero secuestró a Íngrid Betancur en 2002.

Pero una carta de la Policía de Carreteras le impidió hacer este recorrido por razones de seguridad. El Ministro del Interior reaccionó de inmediato y le prestó el helicóptero ruso en el que llegó a Puerto Rico. Y como Navarro busca enviar un mensaje simbólico de "recuperación de soberanía" para exigir que los candidatos puedan movilizarse por el país, el 13 de junio había estado en Valencia (Córdoba), donde fue asesinado el diputado liberal Orlando Benítez por hacer política sin permiso de los paramilitares de la zona.

Lo que más impactó al candidato fue que, a pesar del miedo que impera en ambos lugares, la gente tuviera una disposición a participar en política. "Se me acercaban a decirme que veían en el Polo una esperanza frente a las injusticias y la pobreza", señala. Y es que Navarro tiene estructurado su discurso alrededor de la lucha contra la iniquidad. A donde llega anuncia que promoverá una política dirigida a mejorar la calidad de vida de los más pobres. Según sus cálculos, con recursos provenientes de eliminar exenciones laborales y aumentar los impuestos a las propiedades rurales y suburbanas, en su gobierno podría otorgar subsidios en dinero a dos millones de familias que hoy viven con menos de 2.500 pesos diarios.

Frente al tema del conflicto armado, el otro de los temas principales en su campaña, propone "apostarles a los fusiles y a los tractores". Es decir, generar programas de desarrollo rural que permitan desmontar las condiciones que les permiten a los actores armados reclutar nuevos combatientes. En sus palabras, se podría dar una negociación de paz que provendría de "un ahogamiento democrático de la insurgencia".

Para el candidato, esta estrategia deberá estar acompañada de un cambio de modelo económico, de la lucha contra la corrupción y de la defensa a ultranza de la Constitución de 1991, de la cual también es padre.

En su propósito de llegar al Palacio de Nariño, Navarro seguirá recorriendo el país, incluidos los municipios más afectados por la guerra. Recorrerá las capitales de departamento (donde busca capturar un electorado de opinión) y celebrará el 20 de julio con los colombianos residentes en Nueva York porque cree que en la diáspora tiene otro nicho.

Mientras la Corte Constitucional se pronuncia sobre la reelección, y los liberales se ponen de acuerdo sobre la fecha de la consulta para elegir candidato, Navarro ya empezó a trabajar en forma. Y a pesar de que arrancó con tanto tiempo, dice sentirse fuerte para seguir agitando las banderas del Polo y no dejárselas arrebatar por el discurso social demócrata del Partido Liberal. Por eso en los próximos días arrancará otra vez su gira de visitas a lugares recónditos y amenazados por el conflicto, como Villagarzón (Putumayo), en donde quiere poner a prueba las garantías que existen para el proceso electoral. Y sobre todo, demostrar que él también, desde la izquierda y con una concepción más integral que la de Uribe, tiene una propuesta en materia de seguridad.