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LA GIRA DEL "BOJOTE"

Algo más que dividendos electorales buscó Samper en su gira por Europa y Venezuela.

11 de diciembre de 1989

No parecía una noticia lógica: Ernesto Samper se ausentaría del país para atender invitaciones en Suecia, Francia, España y Venezuela. Que un político pragmático se alejara en momentos en los que en varios departamentos se estaban definiendo adhesiones, listas y candidaturas de todo orden, sonaba a un error semejante al de Alfonso López Michelsen en 1982 cuando le dedicó a los pueblos de la orilla del río Magdalena dos semanas de campaña.
En realidad, la gira internacional significaba excelentes oportunidades para Samper. La atención del mundo está fijada en Colombia, y el espacio para un precandidato que ha sobrevivido un atentado está abierto en los medios de comunicación de cualquier país. Además, los gobiernos de centro-izquierda de Europa constituyen una audiencia receptiva para los heterodoxos puntos de vista del precandidato sobre el narcotráfico.
Samper ha tenido dificultades para explicar en el país una posición que representa un centro entre el diálogo a ultranza que propone Juan Gómez Martínez y la represión que plantea César Gaviria. La opinión pública nacional, afectada por las noticias de bombas y atentados, cuyas víctimas pueden ser cualquier persona, no está para matices. Por ello, para Samper resultaba atractivo demostrarle al país que sus planteamientos tienen acogida en naciones más desarrolladas políticamente que Colombia. "A la vez que aumentaría la credibilidad de sus propuestas contribuiría a hacer claridad de su posición sobre el narcotráfico, identificada como mucho más pro-diálogo y pro-legalización de lo que realmente es", le dijo a SEMANA uno de sus asesores.
Los países europeos,bajo el liderazgo de Francia, están discutiendo una posición conjunta sobre el tema del narcotráfico, la cual se basa en una fuerte crítica a la política adoptada por Estados Unidos. Ven los mecanismos represivos con gran escepticismo y consideran que debe promoverse la ayuda a los países productores en áreas como la sustitución de cultivos y la construcción de obras para fomentar el desarrollo social. Según Samper, estos países podrían solidarizarse con Colombia, como en su momento lo hicieron con la revolución sandinista.
En plata blanca, existe una alternativa al eje Bogotá-Washington para hacer la guerra contra el narcotráfico:la alianza con países afectados por el consumo pero muy poco receptivos a cualquier guerra que asemeje los conflictos de baja intensidad, patrocinádos por Estados Unidos en Centro américa. La frase de Samper, según la cual "Colombia necesita aliados no sólo para la guerra, sino también para la paz",fue acogida con entusiasmo por el ministro de Relaciones de Suecia, S. Anderssen.
Si bien las propuestas de Ernesto Samper sobre el tema del narcotráfico difícilmente llegarán a darle frutos electorales, la verdad es que muy seguramente serán acogidas en el próximo gobierno, independientemente de quien sea el presidente. En primer lugar, la distinción que él hace entre la "guerra contra los narcotraficantes" y la "estrategia contra el narcotráfico" es real y Colombia tiene que enfrentar ambos fenómenos. Además, los países interesados en darle todo el énfasis a la primera, no son los mismos que están dispuestos a colaborar en la segunda. Tratándose de un fenómeno que ha acercado abruptamente a Colombia con la comunidad internacional, como le ocurrió a Nicaragua o a Chile en su momento, el problema de las drogas va a requerir de un tratamiento internacional más sofisticado y efectivo.
En cambio, desde el punto de vista de su campaña electoral, los mayores éxitos alcanzados por Samper en su gira internacional fueron logrados en Caracas. El antecedente de la presencia de Galan, pocos días antes de su asesinato, y el permanente interés que siempre existe en Venezuela sobre Colombia, convirtieron al precandidato en una auténtica vedette.
Al Palacio de Miraflores,el presidente Carlos Andrés Pérez invitó a Gabriel García Márquez, quien se encontraba en Caracas para participar en el Festival de Integración Cinematográfica, a desayunar con el precandidato colombiano. Curiosamente, el tema del narcotráfico no fue tocado en la conversación, que se dirigió, en cambio, a la deuda externa, que constituye la obsesión de Pérez y Samper.
Lo cierto es que la creciente internacionalización de la política. llevará muy probablemente a que los candidatos en el futuro tengan que intensificar su presencia por fuera de las fronteras nacionales. Así está ocurriendo en países como Chile, donde la opinión internacional juega un papel en el proceso electoral interno. Y Colombia, alguna vez llamada el Tibet suramericano por su tradicional introspección, es actualmente el centro de las miradas de casi todos los países del mundo.