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A LA HABANA LLEGA UN...

Desde mediados de 1995, y como consecuencia del incremento del turismo a Cuba, ha crecido el número de mulas colombianas detenidas en la isla.

7 de julio de 1997

El narcotráfico no se duerme en los laureles. Más se demoran las autoridades en descubrir y desbaratar sus redes que los narcotraficantes colombianos en buscar rutas alternativas para el transporte de su mercancía. Para la muestra el caso cubano. En los últimos años Cuba, la isla más grande de las Antillas, se convirtió en una nueva atracción turística para los viajeros colombianos. Tan sólo en 1996, 28.000 turistas provenientes de Colombia visitaron la histórica Habana Vieja, el cementerio de la Revolución, la Bodeguita del Medio y se bañaron en las playas de Varadero. Colombia fue, detrás de México, el segundo país emisor de turistas hacia Cuba. Pero no todos los colombianos que ingresaron a la patria del comandante Fidel Castro tenían en mente descansar y pasear. Unos cuantos llegaron convencidos de que podían pasar por el territorio cubano 450 gramos o 380 kilos de cocaína sin ser atrapados. Cuba era un punto de escala en su tránsito hacia el destino final de su mercancía: Europa o Norteamérica. Santiago (nombre ficticio) estudió periodismo internacional en la antigua Unión Soviética. Luego de graduarse viajó a Canadá, donde trabajó dos años en un periódico latino. En marzo del año pasado regresó al país de vacaciones. Estuvo la mitad del tiempo en Bogotá y luego viajó, de manera sorpresiva para su familia, a Cali. De la capital vallecaucana llegó un día al aeropuerto Eldorado, a las cinco de la mañana, y casi de inmediato abordó un vuelo hacia Cuba. La inesperada decisión de Santiago extrañó a su mamá, pero le pareció lógica después de que él le explicó que volar a la isla para tomar allí un charter hacia Canadá abarataba los costos del viaje. En el aeropuerto José Martí, de La Habana, el periodista colombiano fue detenido por las autoridades cubanas, en su equipaje hallaron kilo y medio de cocaína. En la actualidad Santiago cumple una pena de ocho años por posesión y tráfico de drogas en la prisión El Combinado del Este. Junto con él permanecen detenidos, en total, 38 colombianos, cinco de los cuales son mujeres. Dentro de los presos hay, inclusive, personas mayores de 60 años. Todos están detenidos por el mismo delito que Santiago y a algunos se les impusieron penas adicionales por falsedad en documentos privados o posesión de dólares falsos. Según los familiares de 18 de los detenidos, los colombianos reciben buen trato de parte de las autoridades carcelarias pero sufren, al igual que el resto de presos y de cubanos en general, los rigores del bloqueo. Por lo tanto, la comida es escasa.Para Antonio Yepes, embajador de Colombia ante el gobierno cubano, la captura de mulas colombianas es un fenómeno reciente: comenzó a presentarse, o por lo menos a evidenciarse por las capturas, a partir de mediados de 1995. Yepes cree que esta situación se ha presentado por dos concepciones erróneas que tienen las mulas: que en Cuba no hay sistemas de detección de narcóticos y que pueden utilizar la isla como trampolín para llegar en aerolíneas diferentes a las colombianas a los países del viejo continente. Tal es la convicción que tienen quienes transportan droga de la ineficacia de la guardia cubana que en algunos casos ni se molestan en camuflarla, simplemente la envuelven junto con la ropa. Si bien es cierto que el régimen de Fidel Castro no cuenta con una larga experiencia en la lucha contra el narcotráfico, también lo es que ha buscado ponerse al día en esta materia. En estos momentos la embajada colombiana y el gobierno de Castro adelantan conversaciones para ultimar detalles de un convenio de cooperación judicial entre las dos naciones. La idea es que la Policía colombiana, que es reconocida a nivel internacional como la mejor en estas lides, asesore a los cuerpos de seguridad cubanos.