Home

Nación

Artículo

PAREJAS

La historia no contada del hombre que recibió la pensión del cura gay

Vive en Bogotá, cuida a una persona enferma y debe varios meses de administración del apartamento. Así es la vida del hombre que tuvo un relación sentimental con un sacerdorte católico.

10 de mayo de 2012

De la vida en pareja del sacerdote y médico Pedro Mendoza* y su compañero sentimental, Juan Ricaute*, se sabe muy poco. Sólo que en secreto fueron pareja por 28 años y que gracias a una sentencia de la Corte Constitucional, Juan va a recibir la pensión de sobreviviente del cura católico que se calcula en 1.800.000 pesos.
 
La decisión de la Corte Constitucional volvió pública la historia de esta pareja homosexual que tras la muerte del sacerdote el 10 de mayo del 2008, obligó a Juan a reclamar la pensión de supervivencia para poder vivir. El sacerdote era el que solventaba los gastos de los dos.
 
De Juan se sabe que ha preferido resguardarse en su viejo apartamento en el sector de Chapinero en el nororiente de Bogotá para recordar los momentos felices que vivió con el sacerdote. Quiere evitar la exposición pública y mantener el amor que profesaba por Pedro en secreto. 

Son muchos los recuerdos que le dejó el sacerdote a este hombre de hablar pausado. Pero tal vez el más preciado lo tiene en una gaveta: es un documento firmado por el cura en el que dice que tuvo un compañero sentimental y que ordenaba se le entregara la pensión. El 9 de enero del 2008, semanas antes de morir Pedro, este redactó un papel en el cual dejó clara la relación que tenían. "(Juan) ha sido mi compañero permanente durante varios años", escribió el cura.
 
Desde la muerte de Pedro, quien le llevaba varios años a Juan, este último vive en el viejo apartamento sin remodelar y en el cual debe varios meses de administración. Su única actividad ha sido el cuidado de una mujer desahuciada por un cáncer a la cual protege desde hace varios meses.
 
Su tarea diaria es visitar a la mujer y darle los alimentos y la droga. Por su edad, Juan no tiene trabajo y vive de la caridad de amigos y vecinos quienes le ayudan a pagar parte de los servicios públicos y reúnen para el mercado.
 
Ni siquiera el apartamento está a nombre suyo, pues este era del sacerdote. Tras la muerte, la familia del cura lo reclamó ante una notaría, pero por fortuna para Juan, el proceso quedó mal diligenciado y el derecho sobre la propiedad está en proceso.
 
Del compañero del cura sólo se conoce una grabación de Caracol Televisión hecha un año atrás en la cual aparece con el rostro tapado y afirma que en el mundo de la sexualidad de las parejas del mismo sexo existe un tabú. "Es muy difícil quitárselo a la gente de su mente". También señala que la sexualidad va más allá de "las creencias religiosas".
 
La decisión de la corte no sólo dejó abierta la posibilidad de que se les entregue la pensión a los compañeros sentimentales de los sacerdotes, también protege a una persona que vive gracias a la caridad.

Decisión
 
Con el fallo de tutela de la Corte Constitucional en el que se ordenó el pago de la pensión a Juan (justo cuatro años después de la muerte del sacerdote), quedó claro que las empresas prestadoras de salud, así como las encargadas del pago de pensiones, deben reconocerles este derecho a las parejas del mismo sexo.
 
Según el abogado Humberto Rincón Perfetti, el fallo señala que las parejas homosexuales "sí constituyen familia". Además reconoce que Colombia es un Estado laico y los funcionarios deben ejercer el principio de "neutralidad religiosa" en los fallos.
 
Para el caso citado -dice el abogado- "a la Corte no le interesó si era un sacerdote para entregarle la pensión, pues gozaba como cualquier persona de los derechos civiles".

* Nombres cambiados para proteger sus identidades.