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LA LLAVE

Gómez y Navarro arman coalición para la Constituyente y se dice que, incluso, podrían adelantar las elecciones parlamentarias.

25 de febrero de 1991

Desde el momento en que fueron publicados los resultados de la votación por la Asamblea Nacional Constituyente, quedó claro que ningún sector político dominaría ese organismo. Se supo entonces que las decisiones sobre la nueva Constitución se tomarían como resultado de coaliciones entre grupos. Lo que no se sabía era quién se iba a aliar con quién. Ahora ya se sabe: el M-19 y el Movimiento de Salvación Nacional están en la tarea de unir esfuerzos para llegar de gancho a la instalación de la Asamblea el próximo 5 de febrero.
Dentro de todos los pronósticos, la alianza M-19 MSN era la menos previsible No sólo Alvaro Gómez había sido secuestrado por el M-19, sino que el dirigente conservador había basado su campaña para la Constituyente en la teoría de que ese organismo iba a ser tan poderoso, que se corría un gran riesgo si se permitía que lo controlara Navarro. Es más, Gómez Hurtado se negó en distintas oportunidades a parecer fotografiado al lado del jefe del M-19, por que sentía que con ello estaba legitimando de alguna manera el asesinato de su conductor, hecho que se produjo durante el operativo en el que fue secuestrado en 1988.
Por estas y otras razones, el acercamiento entre estos dos sectores fue tímido al comienzo y empezó a darse alrededor del posible reglamento interno de la Constituyente. Pero con el correr de los días se ha ido consolidando y se perfila como un verdadero dique frente a las pretensiones del Partido Liberal, del Partido Social Conservador y, por supuesto, del Gobierno del presidente César Gaviria.
El cerebro gris de esta inesperada alianza fue el senador alvarista Rodrigo Marín Bernal, hasta hace pocos días director de El Nuevo Siglo. El punto de encuentro fue el rechazo que a los dos movimientos les despertó la fórmula de una presidencia única de la Constituyente en cabeza de un liberal. Propuesta por los liberales elegidos con el argumento de ser mayoría. Pero a esto se opusieron alvaristas y navarristas, que argumentaban que las últimas elecciones reflejaban una nueva distribución de las fuerzas políticas en el país . Para ellos, el cuento de las mayorías liberales tradicionales y una serie de minorías, estaba revaluada por la presencia en la Asamblea de tres bloques políticos con fuerza similar y, por lo tanto, con derechos similares.
Esa primera coincidencia los llevó a lanzar la idea de la presidencia rotatoria, que consiste en que cada uno de los grandes sectores representados en la Constituyente (liberalismo, MSN y M-19) presida la Asamblea por un periodo de 50 días, propuesta que no cuenta con la aceptación de los liberales.
El segundo aspecto en el que se pusieron de acuerdo el MNS y el M-19 fue en la llamada