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La lucha continúa

El ingreso de Andrés Pastrana al servicio exterior no impedirá que sus colaboradores presenten listas al Congreso. Incluso, algunos son críticos de aspectos del gobierno.

18 de septiembre de 2005

Cuando el ex presidente Andrés Pastrana aceptó la embajada en Washington, quedó la sensación de que se había entregado al uribismo. Incluso se pensó que sus seguidores habían quedado colgados de la brocha.

No era fácil entender cómo se organizarían todos los que lo habían acompañado en una oposición tenaz a iniciativas centrales para el gobierno como la reelección y la Ley de Justicia y Paz. Pero -contrario a lo que se esperaba- mes y medio después de decirle que sí a la embajada, sus amigos más cercanos decidieron volver a armar un proyecto político para reivindicar el pastranismo.

"Una cosa es que Pastrana apoye al Presidente en el servicio exterior. Otra, creer que la política sólo se puede mover en la dirección ideológica de Álvaro Uribe", dice Camilo Gómez, ex comisionado de Paz, al explicar que él y otros pastranistas de pura cepa le apuestan a plantear desde el Congreso muchas de las metas del gobierno anterior. Para ello armarán listas a Cámara en todo el país y una lista única al Senado.

Le apuntarán al electorado de opinión. La composición de la lista privilegiará a figuras de alto nivel que acompañaron al ex presidente en su gobierno o que siempre han militado junto a él. Además de Gómez, en ella estarían Juan Gabriel Uribe, director de El Nuevo Siglo; Juan Camilo Restrepo, ex ministro de Hacienda; Juan Manuel Barraza, ex presidente de la Comisión Nacional de Regalías, y el ex gobernador del Valle Germán Villegas.

Para la lista también están sonando nombres como los ex ministros Álvaro Leyva y Marta Lucía Ramírez, y el ex vicepresidente Gustavo Bell. Aunque Bell ha insistido en que se siente a gusto en su actividad académica y como director de El Heraldo, en el discurso que pronunció al lanzar el libro de Andrés Pastrana, hace dos semanas, dejó ver que la política aún lo motiva. Señaló que la historia de la Seguridad Democrática no había comenzado con Uribe, y que los logros del actual gobierno se debían a decisiones tomadas en el anterior. En particular, al Plan Colombia y al fortalecimiento del Ejército. "Por eso resulta paradójica la idea -hoy en boga- de que ha sido a partir de este gobierno que el país empezó a salir adelante", dijo.

También hizo referencia a los cuatro planteamientos centrales que guiaron el gobierno Pastrana y que serán la plataforma ideológica de la lista al Senado. La reinserción en la comunidad internacional, la modernización de las Fuerzas Armadas, la presencia del Estado en todo el territorio y la búsqueda de una solución negociada al conflicto armado.

No obstante, para los miembros de la lista reivindicar el gobierno de su jefe político no implica hacer una oposición abierta al gobierno. Pastrana repitió el día de su lanzamiento que sigue siendo crítico de algunos apartes de la Ley de Justicia y Paz y partidario de una solución negociada al conflicto. Pero no se puede desconocer que los pastranistas que están hoy en el Congreso han ayudado a tramitar temas de la agenda de gobierno como la ley pensional, la ley antitrámites y el referendo.

La oposición de la renaciente organización pastranista al uribismo será indirecta. Su verdadero objetivo es competir con el Partido Conservador, en el que está su origen pero que, según ellos, perdió vocación de poder. "Es inconcebible que haya un directorio nacional que niega la posibilidad de tener candidatos propios", insiste Gómez.

Los retos para la lista pastranista no son pocos. La mayoría de sus nombres son candidatos con poca maquinaria y mucha opinión. Por eso les será difícil cumplir su propósito de competir con los conservadores, que en los últimos tres años supieron acumular puestos y burocracia a cambio de apoyar al gobierno. Y más allá de la mecánica electoral, el gran desafío será el de no caer en ambigüedades frente a Uribe. En un país donde el Presidente tiene el 80 por ciento de popularidad, hay que tomar posiciones claras frente a su gestión. Y los pastranistas difícilmente podrán evadir esta dinámica.