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Fernando Iregui, director de la ANLA. | Foto: Archivo particular

MEDIO AMBIENTE

Hupecol no va más en bloque vecino a la serranía de La Macarena

En la tarde de este martes, el director de la ANLA anunció que revocó la licencia ambiental para exploración petrolera que había otorgado a esa empresa.

19 de abril de 2016

La incertidumbre terminó para los habitantes de los municipios de San Vicente del Caguán (Caquetá) y La Macarena (Meta), zona de influencia del bloque Serranía, el mismo al que la ANLA le había extendido licencia ambiental para exploración a la empresa Hupecol Operating Co. LLC, de capital estadounidense. Esa entidad ambiental ha revocado dicha autorización.

Este martes el director de la ANLA, Fernando Iregui, hizo el anuncio, luego de que el pasado jueves el Ministerio de Ambiente y la Presidencia de la República le pidieran a la entidad que suspendiera la licencia y revisara cuidadosamente la resolución y que, finalmente decidiera si le daba luz verde o definitivamente la revocaba.

"En la zona no se han realizado intervenciones y no se podrán realizar", dijo Iregui en rueda de prensa.

Las preocupaciones de los pobladores acerca de que las perforaciones afectarían el cauce de varios ríos, entre ellos el Caño Cristales -denominado el más bello del mundo por sus exuberantes colores-, fueron determinantes y la presión de la opinión pública se hizo cada vez más insostenible, a favor de detener el proyecto petrolero. 

Hupecol se defendió en su momento y manifestó que el terreno que le fue asignado, el bloque Serranía tiene una extensión de 30.800 hectáreas, pero la licencia ambiental expedida por la ANLA autorizó solamente la intervención de 47 % de esta área, es decir 16.300 hectáreas.

La firma petrolera, que ha sido señalada por su relacionamiento con la comunidad y presuntas prácticas contra el medio ambiente en Puerto López (Meta), señaló además que fueron "cuatro años, nueve meses y diecisiete días en el análisis y el estudio geográfico de la zona, precisamente para hoy poder afirmar que no vamos a afectar este ecosistema".

Serranía, según la petrolera, no coincide con la cuenca hidrográfica de Caño Cristales y está a 68 kilómetros de ese afluente. “Además está a 23 kilómetros de distancia del río Guayabero y a 48 kilómetros del río Duda”, indicó.

Así mismo, argumentó que la zona no era virgen, puesto que allí se permite la actividad productiva, en actividades como la agricultura, la ganadería, la explotación maderera, frigoríficos y asentamientos humanos, así como se encuentra afectada por cultivos ilícitos "que han causado una deforestación intensiva".

Sin embargo, dichas aclaraciones no fueron suficientes. La gobernadora de Meta, Marcela Amaya, resaltó que la zona donde se realizaría la exploración es en medio del Distrito de Manejo Integrado de Recursos Naturales Ariari-Guayabero.

“Por la diversidad de microclimas y ecosistemas, esta reserva del país alberga 12.000 especies vegetales, más de 420 especies de aves, 63 de reptiles, 213 de peces y 42 mamíferos. Así mismo, habitan 23 especies en peligro de extinción”, expresó.

Y aunque la ANLA había insistido en que el área otorgada a Hupecol no afectará el ecosistema de la zona, varios expertos señalaron en el programa ‘Semana en vivo‘ que los pozos tendrían impacto en los nacimientos de los ríos Guayabero, Duda, Losada y en el emblemático Caño Cristales.

Si bien es una victoria para los defensores del medio ambiente, la decisión también podría tener consecuencias. Carlos Vargas, director del Doctorado en Geociencias de la Universidad Nacional, dijo en el mismo espacio televisivo que “el valor de la exploración en La Macarena no es solamente para buscar petróleo, sino de alto beneficio para el país”.

“Hay que tener en cuenta que el Gobierno ha hecho unos esfuerzos importantes para que se traiga inversión al país, por tanto estoy seguro que la intención de entregar estas áreas jamás tuvo la pretensión de dañar el medio ambiente”, agregó

La Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleos (Acipet) manifestó este martes, por su parte, que "lo realmente preocupante de esta situación es el mensaje de inestabilidad jurídica que se transmite a la industria".

El gremio criticó que "es una falta de respeto para los posiblemente cientos de profesionales colombianos de múltiples disciplinas que durante cuatro años o más dedicaron sus esfuerzos y su conocimiento para encontrar un justo equilibrio entre lo solicitado y lo que se podía conceder con absoluta seguridad de no estar atentando contra el medio ambiente".

Mientras se apagan los reflectores que han seguido caso por dos semanas este caso, de hecho este no ha hecho más que empezar. Como la licencia le ha sido revocada a la petrolera, esta tendrá el derecho de exigir que le reintegren el valor de la inversión en los estudios ya realizados y, posiblemente, también exija una indemnización. Pero esa será otra batalla.