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Según María Isabel Valencia, lo más doloroso de la desaparición de su esposo Jairo Alberto Zapa, de 36 años, es que a sus cuatro hijos, de 7 y 5 años así como a las gemelas de 3 años, los compañeros de colegio y los vecinos del barrio les han dicho que está muerto. Pero toda la familia espera que regrese sano y salvo.

DENUNCIA

La misteriosa desaparición del funcionario cordobés

Desapareció el director de la Oficina de Regalías de Córdoba, el mismo que había logrado que le aprobaran más 220.000 millones de pesos de regalías.

21 de junio de 2014

La madrugada del jueves 27 de marzo, el mismo día en el que desapareció, Jairo Alberto Zapa Pérez se despertó sobresaltado y no pudo conciliar más el sueño. Eran las tres de la mañana y le pidió a su esposa rezar el rosario. Ella presentía que algo estaba pasando, el comportamiento de su esposo no era normal desde hacía varias semanas. Ella le decía que no le gustaba uno de sus amigos más asiduos y contratista de la oficina. Después de varias noches de desvelo en las que tenían esa misma conversación, él reconoció que la corazonada de su esposa era cierta y le dijo: “Nena tienes razón”.

El viernes de esta semana se cumplen tres meses desde que el director de la Oficina de Regalías de Córdoba desapareció. Y aunque ya hay seis personas detenidas, los motivos de la desaparición son un misterio. Esa madrugada, dice su esposa María Isabel Valencia, Jairo Alberto no durmió más, se fue al estudio y se quedó leyendo. A las seis, cuando ella entró al baño, él preguntó para dónde iba tan temprano y ella le contestó que tenía clases en el Sena, donde trabaja.

Durante el día hablaron un par de veces, él le dijo a su esposa que no iba a almorzar a la casa porque viajaría a Santa Marta a una reunión con rectores de instituciones educativas. El viaje era, precisamente, con esas personas que a ella no le gustaban: funcionarios de la oficina con los que trabajaba hasta altas horas de la noche y fines de semana, así como también el contratista Jesús Henao Sarmiento.

En estos 85 días, lo más doloroso, afirma María Isabel, ha sido cuando a sus hijos, de 7, 5 y a las gemelas de 3 años, los compañeros de colegio y los vecinos les preguntan si es cierto que su padre está muerto. Santiago, el de 5 años, ha soñado dos veces con él, en uno de los sueños lo ve en una montaña “con unos hombres malos” y en otro lo ve de regreso a casa.

Jairo Zapa, de 36 años, es ingeniero civil de la Universidad de Antioquia, con especialización en Hidráulica y Medio Ambiente y maestría en Ingeniería en la Escuela Julio Garavito. Ha trabajado en la Corporación del Valle del Sinú (CVS), en Invías y en la Universidad del Sinú, de donde fue reclutado en 2012 por el gobernador de Córdoba, Alejandro Lyons, como asesor de su despacho.

Zapa le propuso al gobernador crear la Oficina de Regalías y sacarle el mayor jugo posible a la nueva ley. Su gestión ha sido tan exitosa que, desde finales de 2012 hasta su desaparición, le habían aprobado 36 proyectos y Zapa comenzó a asesorar a departamentos como Magdalena, Casanare y San Andrés, por su cuenta.

A las 10:30 de la mañana del fatídico día, Zapa le escribió un mensaje a su esposa diciéndole que se iba para Santa Marta. A las 12:30 volvió a llamarla y le preguntó dónde estaba y qué iba a hacer. Como a las siete de la noche le dio el afán de hablar con él, pero notó que los mensajes de Whatsapp no le llegaban desde las cuatro de la tarde y pensó que se le había descargado el celular o que estaba en una zona sin señal. Al día siguiente, viernes, ella se fue a Montelíbano, regresó al anochecer y pensó que su esposo estaría ocupado con los rectores de Santa Marta y que no había tenido tiempo de llamarla.

Al otro día, sábado, llegó a su casa Carlos Pérez, primo de Jairo Alberto y asesor jurídico de la Oficina de Regalías, y le dijo que su esposo estaba desaparecido desde el jueves, que nunca supieron si había viajado a Santa Marta. María Isabel quedó confundida porque en menos de 24 horas, Carlos Pérez le dio tres versiones distintas de su primo desaparecido. Además, le habló de un maletín con dinero que le había entregado Henao a su esposo Jairo Zapa, antes de desaparecer, para un proyecto en San Bernardo del Viento. Primero le dijo que tenía 15 millones de pesos y después que en realidad eran 50 millones de pesos.

María Isabel se comunicó con el gobernador Alejandro Lyons, que estaba en Bogotá acompañando a su esposa que acababa de dar a luz mellizos y de inmediato pidió investigar dónde podía estar Zapa.

Según las versiones, esa tarde del jueves, Jairo Alberto Zapa tenía un almuerzo con unas “biólogas españolas” organizado por Jesús Henao Sarmiento, representante legal de Ceniagroecológico, una firma beneficiaria de contratos por más de 50.000 millones de pesos estructurados por la Oficina de Regalías. Para el supuesto almuerzo, Henao había pedido prestada una casa, a una de las empleadas de su empresa, en el barrio La Castellana de Montería, a escasas cinco cuadras de la vivienda de Jairo Zapa.

Un mes después de la desaparición de Zapa Pérez, la Fiscalía ordenó la captura de todos los asistentes al supuesto almuerzo. Incluidos, el abogado Carlos Pérez y Jesús Henao, ya mencionados, y otras dos personas que también estuvieron allí: Joice Hernández, desmovilizado del Bloque Centauros, a quien habían traído de Santa Marta para “servir los tragos en el almuerzo”, y su compañera sentimental, Suad Naidum López Acevedo.

En la audiencia de imputación de cargos el primero de mayo, dos días después de la captura, el fiscal Víctor Esquivia dijo que esas seis personas eran cómplices del delito de desaparición forzada agravada, pues desde un comienzo sus explicaciones no correspondían con la realidad.

El señor Henao, según el fiscal, le mintió a la dueña de la casa donde se llevó a cabo el supuesto almuerzo, pues, según él, en realidad no hubo ningún almuerzo con unas “biólogas españolas”, pues Henao salió de la casa que ella le había prestado antes de las cuatro de la tarde directo a Frisby donde compró un pollo. También le deja dudas al fiscal el hecho que Henao Sarmiento haya llamado de manera insistente a la dueña de la casa entre las cuatro y las 5:30 para pedirle que todavía no llegara a su casa porque no había terminado el almuerzo con las biólogas. ¿Qué problema podía haber si la dueña de la casa llegaba y se encontraba con unas biólogas?

Y como si fuera poco, el mismo Jesús Henao regresó a esa casa a las 8:30 de la noche ese mismo día por un bolso o maletín que habían dejado y en el que supuestamente estaban los 50 millones de pesos que ese mediodía le había entregado a Zapa Pérez. La dueña de la casa le mostró dónde estaba el bolso.

Los investigadores de la Fiscalía tratan de resolver varias preguntas. ¿Será que Jairo Zapa logró salir con vida de aquella casa? ¿Los 50 millones que le dio Henao a Zapa eran una comisión por darle algún contrato? ¿Zapa, preocupado, no quiso recibir ningún soborno y fue sacado del camino? ¿Es cierto, como dijo en una de sus versiones Carlos Pérez, que Jairo Zapa se quedó solo con el desmovilizado que llegó de Santa Marta?

María Isabel, la esposa del desaparecido, en un escrito que entregó a SEMANA cuenta que una semana después de la desaparición de su esposo, Jesús Henao la visitó en su casa. En esa ocasión, Henao habría mencionado por primera vez la posible muerte de Zapa y le dijo que ellos tenían varios negocios y que como a Jairo Alberto le correspondían 2.000 millones de pesos, él estaba dispuesto a entregárselos a ella.

El abogado defensor de Henao, Alejandro Padrón, sostiene que la hipótesis de la Fiscalía sobre la coautoría de su defendido se caerá en el juicio, pues él demostrará que a las empresas que representaba Henao Sarmiento le habían ido muy bien con la administración del ingeniero Zapa Pérez, así que no tenía motivos para desaparecer al director de regalías.

El viernes pasado, la ONU le pidió al gobierno de Colombia medidas cautelares de protección para los familiares de Jairo Alberto Zapa y agilizar las investigaciones para dar con los autores materiales e intelectuales de su desaparición.