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El ministro de Ambiente, Gabriel Vallejo, rechaza que el megaproyecto de la navegabilidad del río Magdalena pueda empezar sin permisos ecológicos. | Foto: Archivo SEMANA

ENTREVISTA

“La navegabilidad del Magdalena sí necesita licencia ambiental”

El ministro de Ambiente Gabriel Vallejo confiesa, después de un año, cómo ha sido montar uno de los toros más bravos del país.

María López, Cristina Castro y Juanita Rico*
8 de agosto de 2015

Semana.com: Sobre el proyecto de navegabilidad del río Magdalena muchos dicen que fue usted quien le quitó la licencia ambiental a este proyecto. ¿Es eso cierto? ¿Tiene licencia ambiental o no?

Gabriel Vallejo: Sobre la primera pregunta, eso es totalmente falso. El proyecto de navegabilidad del río Magdalena es uno de los más importantes de este gobierno, es un contrato de 2.5 billones de pesos y nadie como yo lo ha apoyado. La razón más importante es que uno de los procesos clave que tiene el ministerio para combatir y mitigar el cambio climático es la reconversión de transporte de camiones a transporte fluvial y lo que se puede lograr con el Magdalena es enorme. Sobre la segunda pregunta, la ley de infraestructura definió qué se requería si se hacían dragados grandes o actividades más pequeñas en el Magdalena. Cuando Navelena—consorcio encargado de las obras de rehabilitación de 908 kilómetros de esta arteria fluvial y conformado en un 87 % por Odebrecht y en un 13% por Valarcon— tenga que desarrollar actividades de dragado significativas en el río Magdalena, sin duda va a tener que acudir a la autoridad nacional encargada de las licencias ambientales. Habrá también actividades menores como remociones que no necesitarán licencia. No creo que el problema sea si la navegabilidad del río Magdalena va a tener licencia o no, sino saber qué autoridades están al frente de la navegabilidad del río y cómo se está haciendo el proceso. Y vuelvo a hacer énfasis en que cuando se tengan que hacer los dragados, que están claramente definidos, tendrán que venir a la ANLA a pedir la licencia ambiental.

Semana.com: No se ha vuelto a hablar de las polémicas con las que se estrenó usted como ministro. ¿En qué va el fracking por ejemplo? Usted lo defendió mucho al principio.

G.V.:
Eso no es tan así. Cuando asumí el cargo la exministra ya había expedido los términos de referencia de la explotación de no convencionales o lo que se conoce como fracking. Hoy puedo decir que solo hay una solicitud para hacer este tipo de explotación. Es un proceso muy largo y en el que la información apenas está llegando. Cuando sea necesario tomar una decisión, ahí estará el ministerio.

Semana.com: ¿Y con Santurbán? Usted decía que era el tema que más lo trasnochaba.

G.V.:
Yo me comprometí a que antes de finalizar el 2014 ese páramo quedaría delimitado y así fue. El problema no era fijar una línea, sino definir la situación de la infinidad de familias que viven ahí. Finalmente delimitamos 100.000 hectáreas de Santurbán con inversiones que hoy superan los 12.000 millones de pesos. El resultado de ese proceso es el siguiente: se respetaron las actividades mineras que tenían licencia ambiental y título minero antes de 2010 y, de la mano con el ministerio de Minas y Energía que ha invertido 1.700 millones en esto, estamos formalizando a los pequeños mineros que desde hace más de 400 años han sobrevivido haciendo minería en este lugar. Ahora mi compromiso es que para el 22 de diciembre de 2015 vamos a tener 25 páramos delimitados y los que falten en 2016.

Semana.com:
El presidente Santos acaba de anunciar una estrategia para luchar contra la minería ilegal. ¿De qué se trata?

G.V.: La ley que contempla esta estrategia se va a presentar en los próximos días y tiene dos consecuencias importantes: primero, le da a la policía ambiental y a carabineros facultades de autoridad ambiental. Hoy gran parte del problema es que esa policía no puede incautar así vea que se está haciendo minería ilegal. Segundo, hay un tema crucial que es el de los pasivos. Con esta nueva ley acordamos que como consecuencia de la venta de cada decomiso de maquinaria los recursos van a ayudar a restaurar las zonas afectadas por la minería. La ley, además, sigue la trazabilidad de todo el proceso de esta actividad. Otro tema importante que abordamos con esta nueva estrategia es el del mercurio, puntualmente para las plantas que muchas veces lo usan en sus procesos. Por una parte, todas las plantas nuevas tendrán que sacar una licencia ambiental. Por otra, plantas que estén en el sector urbano tienen que presentar un plan para, progresivamente, dejar de usar mercurio y las que estén en el sector rural deben presentarle un plan de manejo ambiental a la Corporación Autónoma Regional (CAR) correspondiente.

Semana.com:
El presidente Obama acaba de anunciar un gran plan para luchar contra el cambio climático de cara a la próxima cumbre mundial de ese tema que se desarrollará en París. ¿Cómo se está preparando Colombia para esa cita?

G.V.:
Esta es quizás la Cumbre de Cambio Climático más importante en muchos años. Colombia ya anunció su compromiso de reducir las emisiones en un 20 por ciento, lo cual ha sido recibido de manera muy positiva por el país y por la comunidad internacional. Ese fue un trabajo realizado mediante un proceso de construcción conjunta con expertos, Ministerios Sectoriales y Planeación Nacional. Tenemos la delegación más preparada y proactiva de los últimos años. Me atrevería a decir que estamos listos para hacer el mejor papel en París.

Semana.com: ¿En qué sectores se van a reducir esas emisiones?

G.V.: Casi que están todos los sectores: agropecuario, silvicultura y otros usos del suelo; energía eléctrica, transporte, industria, vivienda, residuos, hidrocarburos y minería. Con cada uno de ellos tenemos ya aprobado un Plan de Acción para lograr esta meta a 2030.

Semana.com:
¿Por qué es importante esta meta?

G.V.:
Estamos planeando qué país queremos a largo plazo. Un país con crecimiento económico, pero que sea más eficiente en el uso de sus recursos, que utilice combustibles menos contaminantes. En 2004 Colombia emitía solo el 0,37 por ciento de las emisiones globales, pero los análisis recientes indican que duplicaría sus emisiones a 2050. Mientras las emisiones de los países desarrollados tienden a la baja, por la toma de decisiones en mejoramiento de combustibles, reconversión tecnología, entre otros aspectos, las de los países en desarrollo o emergentes tienden a incrementar. El objetivo es contribuir al propósito de que la temperatura global no se incremente en más de 2 grados centígrados.

Semana.com: El gran problema de Colombia, sin embargo, no es que aporte a las emisiones, sino su alta tasa de deforestación…

G.V.: Colombia sí tiene una responsabilidad histórica en ese sentido. Según el World Resources Institute, está en el Top 40 de los países que más han acumulado gases de efecto invernadero (GEI) en la atmosfera. Por eso, uno de los compromisos que adquirimos en las pasadas cumbres del clima fue lograr una deforestación neta a cero en la Amazonía. Esa iniciativa ha logrado un importante apoyo internacional.

Semana.com: El gobierno anunció hace pocos días que un millón seiscientas mil hectáreas serán zonas protegidas. ¿Eso qué significa?

G.V.:
Proteger zonas de interés ecológico es una Política del Gobierno y una obsesión del Presidente Santos. Las 6 zonas que protegimos son: Selvas Transicionales de Cumaribo, en departamento del Vichada; Alto Manacacías, en Meta; la Serranía de San Lucas, en los departamentos de Bolívar y Antioquia; los Bosques Secos del Patía; en el Cauca y Nariño; la Serranía de Perijá, en el Departamento de Cesar; y las Sabanas y Humedales de Arauca, ubicados en Arauca.

Semana.com: Hábleme de la serranía San Lucas, es un refugio natural increíble, pero muy amenazado por la minería ilegal.

G.V.: La Serranía de San Lucas es un espacio único que provee características especiales para el desarrollo de especies endémicas, muchas de ellas en peligro de extinción. Allí habitan el oso de anteojos, la pantera, la danta, muchas especies de primates, aves y reptiles. Esta zona conecta los ecosistemas andinos con los de las planicies caribeñas y además es uno de los últimos remanentes de bosque de tamaño significativo. Esta zona es también muy importante ya que hace parque del corredor del jaguar, el cual nos comprometimos a proteger para la preservación de esta especie. La minería ilegal sí una de las actividades que han incrementado en esa serranía, sin embargo allí también están presentes muchas otras amenazas como la tala de madera y los cultivos de uso ilícito.

Semana.com:
Y a la Serranía del Perijá, una zona de frontera con Venezuela, ¿Qué la hace tan especial?

G.V.:
La Serranía de Perijá está ubicada en el Departamento de Cesar, y es otro de los lugares mágicos que enriquecen nuestra geografía y en donde se encuentran, en un mismo lugar páramos, bosques andinos y bosques secos; en donde se pueden avistar cóndores, guacamayas, patos aguja; y se pueden encontrar lapas, armadillos, tigrillos, osos, monos colorados, marimondas, en fin, especies que tal vez gran parte de la población no conoce y que constituyen una riqueza en biodiversidad inmensa para el país y el mundo. Las fuentes hídricas también son parte de estos paraísos colombianos. La Serranía del Perijá cuenta con 32 fuentes hídricas que abastecen 27 acueductos municipales.

Semana.com: ¿Esos lugares quedan entonces libres de minería?

G.V.:
Sí. Esta medida se toma ante la importancia ecológica de los ecosistemas que allí se encuentran. Son áreas en las cuales estamos adelantando los procesos de declaratoria como áreas del Sistema de Parques Nacionales Naturales. Solo hasta que se surtan estos procedimientos y se declaren definitivamente cada una de las áreas como Parques. A partir de ese momento no se permite el desarrollo de actividades mineras. La consecuencia de esta medida es que desde ahora la Agencia no podrá otorgar nuevas concesiones en estas zonas.

Semana.com:
En esa decisión usted utilizó el principio internacional de precaución. ¿De qué se trata?

G.V.:
Sí. Este es un principio general ambiental que impone a las autoridades administrativas no sólo una potestad sino el deber de adoptar las medidas eficaces para la protección del medio ambiente cuando existan indicios o se evidencie científicamente un peligro de daño grave e irreversible sobre los valores naturales y el interés colectivo.



*Directora de Semana Sostenible, editora de Medio Ambiente de Revista Semana y editora jefe de Semana Sostenible