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La ONIC denuncia 54 homicidios en lo que va del 2012

En un informe divulgado con motivo del Día Mundial de los Pueblos Indígenas, se reportaron 54 muertes violentas de indígenas en el año.

9 de agosto de 2012

La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) denunció este jueves que en lo que va del 2012 se han registrado en el país 54 muertes violentas de indígenas y "no hay perspectivas de que la situación humanitaria mejore" para ellos.
 
En un informe divulgado con motivo del Día Mundial de los Pueblos Indígenas, la ONIC precisa que cuatro indígenas fallecieron en combates entre el Ejército y las guerrillas, cuatro por explosión de minas, seis a manos de la fuerza pública, 15 como consecuencia del abandono estatal y 25 por autores "sin identificar".
 
"En la mayoría de los casos, por la manera como se dieron los sucesos, no se pudo determinar el móvil, ni la autoría del acto", admite la Conserjería de Derechos Humanos de la ONIC.
 
Dos de las cuatro muertes por explosión de minas son atribuibles a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y en los otros no se sabe quien colocó los artefactos, según el informe.
 
Las minas antipersonal produjeron heridas y amputaciones a otros nueve aborígenes.
 
"En las muertes de menores de edad a causa de cuadros de desnutrición o enfermedades como diarrea aguda, fiebres o infecciones respiratorias se identifican como responsable al Estado, principal garante de los derechos de sus ciudadanos que como actor omiso no ha tomado medidas para frenar estos casos", agrega.
 
El pueblo más afectado por todas estas circunstancias es el nasa, que vive principalmente en el sureño departamento de Cauca, con 17 muertes entre enero y julio de este año.
 
Precisamente esta etnia se declaró hace un mes en resistencia permanente e inició una campaña para expulsar tanto a los grupos armados ilegales como a la Policía y al Ejército, a quienes identifican como actores de un conflicto que sufren desde hace años y que a su juicio no debe librarse en sus territorios.
 
Los embera, con 15 fallecimientos, son la segunda etnia más afectada, seguida de los awá (5), saliba (5), wounaan (4), pastos (2), inga (1), kankuamo (1), misak (1), makaguán (1), sikuani (1) y jiw (1).
 
El informe denuncia también lo ocurrido el pasado 14 de marzo en una reserva de Mondomo, en Santander de Quilichao (Cauca), donde cinco personas aparecieron muertas con las manos atadas, signos de tortura y dos tiros en la cabeza, así como dos casos de reclutamiento infantil por bandas narcotraficantes.
 
En los primeros siete meses, unas 8.845 personas fueron desplazadas en todo el país como consecuencia de los enfrentamientos entre la fuerza pública y grupos armados insurgentes, violencia de bandas criminales herederas de grupos paramilitares, bombardeos, explosiones de artefactos explosivos e intimidación armada.
 
Además, la ONIC señala que hasta el 30 de mayo del 2012 se tenía registro de cinco situaciones de confinamiento de comunidades indígenas dispersas por todo el oeste del país, donde habita buena parte de esta minoría en Colombia.
 
El pueblo awá, que vive principalmente en los departamentos de Nariño y Putumayo, enclaves afectados por el conflicto armado y el narcotráfico, ha sido el más castigado por la desaparición forzada, con cuatro víctimas de las diez registradas por este delito de lesa humanidad.
 
EFE