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La paradoja de Pablo

El helicóptero más preciado de Pablo Escobar podría terminar como una eficaz arma del gobierno para combatir el tráfico de drogas.

16 de noviembre de 2002

Nueve años despues de la muerte de Pablo Escobar el poderoso y temido jefe del cartel de Medellín sigue siendo noticia. Hace dos meses la Dirección Nacional de Estupefacientes -DNE- logró en un tiempo récord finalizar la extinción de domino del edificio Mónaco de Medellín, uno de los bienes emblemáticos de su infinita fortuna, avaluado en 5.000 millones de pesos. Allí, en ese inmueble de 15 pisos, donde se cocinaron varios de sus negocios ilícitos, ahora funciona una sede de la Fiscalía. El turno ahora es para otro de los bienes más apreciados por Escobar: su helicóptero

En los próximos días, justo antes de que se cumpla el noveno aniversario de la muerte del capo, el 3 de diciembre, el juez segundo especializado determinará si la aeronave de Escobar queda definitivamente en manos del Estado, como parece que ocurrirá.

El helicóptero era considerado por Escobar como una de sus 'joyas', y no era para menos. Se trata de un BK-117 de la fábrica Eurocopter, que nació como resultado de un proyecto conjunto entre las empresas MBB alemana y la japonesa Kawasaki y del cual sólo se fabricaron en el mundo 360 máquinas. Es un aparato bimotor para siete pasajeros con autonomía de vuelo de tres horas y media, una velocidad crucero de 250 kilómetros por hora y una capacidad de carga de 3,5 toneladas. Tiene una puerta posterior para aprovechar el amplio espacio de carga. El capo compró la aeronave por dos millones de dólares a finales de la década de los años 80 y la utilizaba, entre otros, para los desplazamientos que hacía desde Medellín hacia la hacienda Nápoles.

Aprovechando la capacidad de carga la aeronave también era utilizada para el transporte de droga desde los laboratorios hasta las pistas clandestinas. Sin embargo Escobar no lo disfrutó mucho. Durante la época de la persecución por parte del Bloque de Búsqueda el helicóptero fue uno de los primeros bienes del capo en quedar en manos de las autoridades. De allí que para el momento de la incautación sólo tenía un poco más de 100 horas de vuelo. La aeronave quedó a órdenes de la Dirección de Estupefacientes y durante varios años permaneció en un hangar en Bogotá. Como en el país sólo la Armada Nacional tiene helicópteros con las característica del BK-117 alemán, el aparato le fue entregado en custodia, en septiembre de 1993 para evitar su deterioro y asegurar su mantenimiento. Desde entonces, y mientras se resolvía el proceso judicial que permitiera declarar la extinción de dominio definitiva, la aeronave ha permanecido la mayor parte del tiempo en un hangar en la base naval en Cartagena.

Para el gobierno de Alvaro Uribe la extinción de dominio de los bienes y propiedades de los narcotraficantes obtenidos con dineros ilegales es una de sus prioridades en la lucha contra las drogas. Por esa razón la DNE se puso al frente de la titánica tarea de agilizar y reactivar cientos de procesos que, como el del helicóptero de Escobar, permanecieron sepultados en los juzgados a la espera de un fallo definitivo. En el caso del BK-117 la espera parece llegar a su fin y la Armada Nacional ve con ilusión la posibilidad de que le asignen definitivamente una aeronave que le hace bastante falta.

La flotilla de helicópteros de la Armada Nacional está compuesta por 11 aeronaves destinadas a operaciones en las costas y tierra, en especial para apoyar a las unidades de la Infantería de Marina. Este año ese reducido número de naves sufrió una baja sensible ya que en un accidente se perdió un helicóptero del tipo Bell 412, el cual cayó al océano Pacífico cuando iniciaba maniobras de aterrizaje en el helipuerto de un buque.

La versatilidad de la nave le permitiría transportar siete infantes de marina bien armados, ser utilizado como ambulancia y, gracias a su autonomía de vuelo y velocidad, sería empleado principalmente en las operaciones de interdicción marítima y captura de lanchas tipo go fast, empleadas por los narcotraficantes para el transporte de cocaína. De ser así este helicóptero, como ya ocurrió con el edificio Mónaco, entraría a formar parte de las paradojas de Pablo Escobar, ya que la nave que fue utilizada para traficar droga sería empleada ahora para combatir ese delito. La decisión está en manos de un juez.