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Tras la condecoración Cárdenas resaltó que quiso ser la “mujer maravilla”. | Foto: SEMANA.

VALOR

La patrullera a la que una balacera le cambió la vida

Lucía Cárdenas era una campesina boyacense que de niña soñó con ser policía.

11 de julio de 2013

“Yo me enamoré de la Policía a través de la televisión”. Con esa frase la patrullera Lucía Cárdenas quiso resumir dos momentos de su vida: la forma como decidió pertenecer a esa institución y su espectacular acción contra unos asaltantes hace tan solo unos días.  

La joven de 21 años pasó del anonimato a la fama tras actuar con valor para evitar el atraco en una exclusiva zona del norte de Bogotá. Allí hubo tres personas heridas, entre ellas un policía. Por su actuación, este jueves recibió la medalla al valor.  

Fue el propio director de la Policía, general José Roberto León Riaño, quien entregó la distición. Para esta patrullera, una mujer sencilla y apegada a su familia, la medalla se convierte uno de los más grandes honores dentro de su carrera. Este es su perfil.

Detrás del uniforme

Nació en Viracachá, Boyacá, una población pequeña de la que conserva los recuerdos de su infancia. En medio de risas aseguró que “es el municipio de las siete maravillas”. Explicó que se le da ese distintivo por diferentes leyendas que los moradores de la zona tienen entre sus tradiciones.

Con orgullo recordó en la condecoración sus orígenes, sus padres campesinos y sus cinco hermanos. Lucía se crio viendo de cerca cultivos de papa y uchuva, jugando a las escondidas y ayudando con las tareas en la casa.  

Cuando se le pregunta por su comida favorita y se espera que responda con el nombre de algún plato preparado en un famoso restaurante, ella demuestra su humildad, “me encanta el pollo campesino”.

Aunque es soltera, dice que no gusta de “salir de rumba”, porque prefiere una vida calmada como la que se acostumbra a tener en el campo, estar en su casa ordenando sus cosas y en compañía del hermano con el que vive en Bogotá.

Del pequeño y frío municipio enclavado entre montañas se marchó para ingresar a la Escuela de la Policía.

De su casa salió con dos sueños: estudiar odontología y tener la posibilidad de formarse como oficial. “Quiero llegar a ser general”. Con la medalla parece que ha dado el primer paso para llegar a ello.

Orgullo


Hoy, horas después de que Cárdenas y otros policías tuvieron que enfrentarse a la peligrosa banda de atracadores, confesó que el acto le produjo una de las emociones más fuertes que ha sentido en su vida, pero que gracias al entrenamiento, “no tuve nervios de ninguna clase”.

Tras la condecoración, Cárdenas resaltó que quiso ser la “mujer maravilla” recordando el mote de su pueblo, para salvar su vida y las de sus compañeros. Esto pese al enorme temor que sintió en el momento en que los atracadores la recibieron a bala.

Para ella el hecho no podrá ser olvidado por muchas razones, entre ellas, saber que disparó su arma de dotación, por primera vez en un acto del servicio. “No creí que me tocara disparar, pero por si algo la llevaba cargada”.

Aunque es una mujer audaz, no quiere ser reconocida sólo por disparar un arma. Ella prefiere que se resalte su condición campesina, por la cual conoce, entre otras cosas, la forma de labrar la tierra, porque fue lo que vivió de cerca hasta los 17 años.

Los 18 meses que lleva en la Policía han sido suficientes para declarar su amor eterno por lo que hace. “Hoy mi general me condecoró con la medalla al valor, lo que me hace sentir muy orgullosa, afianza el compromiso que tengo con la Policía y la ciudadanía. Sólo le agradezco a Dios todo esto que me está pasando”.

Con la emoción que se reconoce en su voz, Cárdenas, como le dicen sus compañeros, resalta el hecho que la primera vez que recibió una distinción por su trabajo, pudo estar rodeada de su numerosa familia. "Vinieron todos, mis papás y mis seis hermanos".

Pese a que una bala rozó su boca en el momento en que atendía el caso que hoy la muestra como una mujer “valiente y comprometida con su profesión”, palabras con las que el mismo general León Riaño destacó su labor, aseguró que continuará en su cuadrante realizando los trabajos de prevención que le fueron asignados.

Ella es la única Policía de su familia, orgullo de las 12.000 mujeres que hacen parte de la institución, de sus compañeros y de quienes la conocen desde niña.