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Líder indígena Feliciano Valencia. | Foto: Luis Ángel Murcia / SEMANA

ENTREVISTA

"La pelea de fondo es por el narcotráfico": líder indígena Feliciano Valencia

Feliciano Valencia, el líder indígena que durante dos semanas puso en jaque la institucionalidad en el Cauca, le contó a Semana.com la visión que tiene sobre el conflicto armado y sus polémicas posturas.

Luis Ángel Murcia, corresponsal de SEMANA
20 de julio de 2012

En diálogo con Semana.com, Feliciano Valencia, el líder indígena que durante dos semanas puso en jaque la institucionalidad en el Cauca, habló sobre su vida, su activismo en las comunidades indígenas y su visión del conflicto armado. 
 
Semana.com: ¿Cuáles son sus orígenes?
 
Feliciano Valencia: Soy indígena perteneciente al pueblo Nasa, hijo de esclavos del norte del Cauca y de allí mis apellidos Valencia Medina. Tengo 46 años y soy el tercero de nueve hermanos. Mi padre fue uno de los fundadores del cabildo de Canoas, en Santander de Quilichao. La mayoría de mis hermanos hacen parte de este proceso.

Semana.com: ¿Cómo empezó su activismo dentro de las comunidades indígenas?

F.V.: Desde muy niño, ya que por tradición nos toca participar de las actividades comunitarias, y como mi padre estaba al frente del cabildo, muchas veces cubrí esas funciones, con escasos ocho años.

Semana.com: ¿Qué nivel de estudio tiene?

F.V.: Terminé la primaria y en la actualidad estoy por culminar el bachillerato. Igual he participado en infinidad de talleres, diplomados y seminarios en jurisdicción especial indígena, Derecho Internacional Humanitario (DIH), etc. Pero la mejor formación es el proceso comunitario.

Semana.com: ¿Cómo ascendió dentro de la organización indígena?

F.V.: Primero fui guardia indígena, luego alguacil del cabildo, después secretario, gobernador y finalmente consejero. En mi caso, asumí todos esos niveles y he representado a mi comunidad en escenarios internacionales.

Semana.com: ¿También se ha fogueado en el campo político?

F.V.: Sí, en el 2010, cuando fungía como gobernador del cabildo, la comunidad me pidió que renunciara para aspirar a la Alcaldía de Santander de Quilichao. No gané pero me fue muy bien, ya que sin un peso en el bolsillo, saqué la tercera mejor votación entre siete candidatos.

Semana.com: ¿Y en esta crisis dónde está el senador Marco Avirama, quien los representa en el Congreso?

F.V.: Desafortunadamente estos indios cuando llegan a esos escenarios se embolatan un poco y se dejan absorber por los quehaceres nacionales. A ratos nos sentimos solitarios porque no nos acompañan.

Semana.com: También tuvieron un gobernador, Floro Tunubalá...

F.V.: Sí, por primera vez los indios llegan a la Gobernación del departamento, pero no se hizo una buena gestión y no llenó las expectativas.

Semana.com: El actual gobernador, Temístocles Ortega, llegó a ese puesto con la ayuda de los indígenas...
 
F.V.: Sí, fue una convergencia de carácter departamental.

Semana.com: En realidad, ¿qué tanto poder político tienen en el Cauca?

F.V.:
Tenemos alcaldes en siete municipios –Toribío, Caloto, Totoró, Puracé, Belalcázar y otros pueblos en el sur de Cauca–, dos diputados y alrededor de 62 concejales.

Semana.com: A juzgar por la realidad, ¿toda esa representación política no ha servido de mucho?

F.V.: Creo que como imagen sí, y como alcance político; pero que a través de ellos podamos incidir en la construcción de políticas públicas, no.

Semana.com: ¿En qué momento resultaron ustedes envueltos en esta guerra?

F.V.: Desde 1971, cuando nace el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC), para recuperar nuestra autonomía, territorios y cultura. Ese proyecto nos echó una cantidad de enemigos encima, partidos políticos, el sector religioso, los terratenientes y la guerrilla se vieron amenazados, ¿por qué?, porque todos ellos nos creían su base social.
 
Semana.com: Pero, ¿por qué se hizo tan eterna esa persecución?

F.V.: Porque en el norte de Cauca se formaron todos los grupos revolucionarios que existieron y existen en el país y en esta región se dieron los primeros brotes de violencia colectiva tales como las masacres.

Semana.com: ¿Por qué radicalizan sus posturas solo ahora, si la guerra es tan vieja?

F.V.:
En efecto los asesinatos, los desplazamientos, los reclutamientos, y los atentados que se cometen en esta guerra no son nuevos para nosotros. Pero la pelea de fondo es por el control del territorio y controlar la economía del narcotráfico, eso es lo que tiene a la gente en disputa.

Semana.com: ¿A qué gente se refiere?

F.V.: A los indios y a los campesinos. Es tan compleja la situación aquí, que lo ocurrido por estos días no se puede comparar con el reflujo que padecemos a nivel interno. Por todo ello, los indios decidimos tomar cartas en el asunto.

Semana.com: ¿Qué les hizo cambiar el discurso?

F.V.: La otra vez era con papeles y amagues, y ahora actuamos y eso no le gustó a ninguno de los dos actores. Venimos actuando desde hace diez años, cuando Uribe llegó aquí y montó su política de seguridad democrática, lo cual nos exacerbó la guerra en la región y empezó el reflujo durísimo contra nosotros.

Semana.com: Y no será que realmente lo que pasó es que el Estado regresó a un territorio donde dominaba la guerrilla...

F.V.: Puede ser, porque la guerrilla aquí se campeaba como pedro por su casa, no obstante de la posición que hemos tenido los cabildos; pero yo tengo mis dudas todavía si la presencia institucional es la que exacerbó la pelea entre unos y otros.

Semana.com: ¿A qué dudas se refiere?

F.V.: Lo que vemos y analizamos en la región es que si la presencia estatal realmente buscara erradicar a la guerrilla y el narcotráfico, hace rato lo habría hecho controlando las rutas por donde suben los precursores químicos y sacan la coca; pero nadie entiende que con tanto batallón de alta montaña eso siga ocurriendo.
 
Semana.com: Dice que el narcotráfico existe en el Cauca, ¿con la anuencia de la fuerza pública?

F.V.: Pareciera que hubiese un negocio más bien de los unos y los otros. Todo eso se lo he dicho a los comandantes del Ejército y les he reclamado que existan tantos invernaderos de marihuana en las zonas por donde ellos patrullan.

Semana.com: ¿Quién controla el narcotráfico en esta región?

F.V.:
“Claro que lo controla la guerrilla de las FARC, eso es indudable.

Semana.com: Entre guerrilla y Estado, ¿a quién reconoce como autoridad?

F.V.:
A ninguno.

Semana.com: Según esa respuesta, ¿cuál de los dos es legítimo?

F.V.: Según la Ley, es indudable que el Estado a través de la fuerza pública.

Semana.com: Entonces, ¿por qué expulsar a los soldados?

F.V.: Es que nosotros no los estamos sacando, lo que estamos diciendo es que no nos militaricen la vida, no se metan en medio de la población civil, no se metan en las casas, no utilicen a la gente, no se tomen los sitios sagrados, no se queden a vivir de manera indefinida como lo están haciendo en la torre Berlín, violentando sitios sagrados.

Semana.com: ¿No le parece curioso que justo esos sitios sagrados sean puntos estratégicos militares?

F.V.: Sí claro, eso es lo que siempre argumentan; pero para nosotros son sitios sagrados, mientras que para la fuerza es un bien nacional que deben cuidar y un punto estratégico para controlar, según ellos, el flujo del narcotráfico y la guerrilla.

Semana.com: Si el Ejército se marcha de la zona, quien gana es la guerrilla...

F.V.:
No gana ni el uno ni el otro. Con la posición que en este momento tenemos no le vamos a dar ventajas a ninguno. Por eso vamos a dejar la guardia de manera indefinida y para ponerle fin a esta guerra, se requiere que se sienten a dialogar gobierno, guerrilla e indígenas.

Semana.com: ¿Su comunidad está infiltrada por la guerrilla?

F.V.: Los guerrilleros están en el monte con camuflado y los milicianos están dentro del territorio de manera permanente.

Semana.com: ¿Qué tanta veracidad le da a la tesis de que lo de ahora es una estrategia de la guerrilla para evacuar la coca?

F.V.:
Puede ser, seguramente. Pero yo creo que ellos lo que quieren demostrar es fuerza y que aquí no están derrotados y siguen vigentes.

Semana.com: Ustedes hablan con los mandos del Ejército, ¿también lo hacen con los mandos de la guerrilla?

F.V.: Ese sí es un punto que habría que reconocer. Por ahora, solo lo hacemos a través de comunicados públicos.
 
Semana.com: Hay quienes creen que ustedes le están haciendo un favor a las FARC...

F.V.: Hace rato venimos haciendo, que no ha salido a la luz pública como ahora, pero la verdad es que desde hace mucho tiempo nuestros guardias todos los días tienen que librar altercados con los actores armados.

Semana.com: ¿Cómo califica el incidente del cerro Berlín, donde la guardia indígena 'levantó' a los soldados?
 
F.V.: Tengo que reconocer que allí nos equivocamos.

Semana.com: ¿Cuándo veremos a la guardia indígena expulsando y desmantelando los campamentos guerrilleros?

F.V.:
La próxima semana. Está programado y lo haremos.

Semana.com: Hay quienes piensan que a ustedes les hizo daño la neutralidad en la guerra...

F.V.: Nosotros no somos neutrales, no comparto ese concepto. Es que no estamos quietos, estamos construyendo propuesta de gobierno, de país. En la guerra nos metieron la fuerza pública y la guerrilla.

Semana.com: Entonces comparte la idea de que quienes se deben ir del territorio son las FARC y no el Ejército...

F.V.: Eso es lo lógico ante cualquier colombiano desprevenido; pero yo digo, eso tampoco es la solución. La presencia militar se volvió una cultura en el país.

Semana.com: A raíz de sus posturas, ¿lo han tildado de guerrillero? 

F.V.: Sí, claro. Cuando uno critica al gobierno para exigir justicia, de inmediato lo ubican en la otra orilla.

Semana.com: ¿Lo han amenazado?

F.V.:
Varias veces. Incluso mandaron a asesinarme comandos de las FARC y paramilitares, pero ha sido la gente la que me ha salvado.

Semana.com: ¿Cuál mensaje le envía al presidente Santos?

F.V.:
Que no le tema a la paz.

Semana.com: ¿Y a los colombianos?

F.V.: Que nos den confianza, que no piensen que somos seres inferiores, que no somos unos indios queriendo volvernos guetos donde nadie nos controle y nos mande.