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LA PLAGA

Un Bloque de Búsqueda, similar al que capturó a los cabecillas de los carteles de la droga, fue conformado por el gobierno para enfrentar el contrabando de textiles.

3 de marzo de 1997


LA DEL contrabando en Colombia es una historia larga. Una historia que, en sus inicios, tenía como propósito principal evitar el pago de aranceles y burlar prohibiciones. Pero que en los últimos tiempos se ha convertido en una actividad que, además de rendir generosos beneficios, sirve para lavar una cantidad muy importante de los dineros que se obtienen en otro tipo de actividades ilegales, como el narcotráfico. Algunos analistas sostienen, inclusive, que el contrabando es hoy en día la fuente principal de blanqueo de dineros ilícitos en Colombia.
Durante muchos años el comercio ilegal estuvo concentrado en unos pocos productos que, por su alto precio en Colombia y por sus características físicas, eran los preferidos de los contrabandistas. Desde los licores y los cigarrillos que traían a montón los indígenas wayúu de la alta Guajira para surtir a Maicao hasta los electrodomésticos que inundaban los sanandresitos de la capital. En los últimos años, sin embargo =y debido en buena parte a la abundancia de fuentes de financiamiento=, el contrabando se ha diversificado notoriamente. Y uno de los sectores más perjudicados ha sido el de textiles. A tal punto que el contrabando equivale hoy a la sexta parte de las importaciones legales del país.
No es raro por eso que los textileros y los confeccionistas consideren al contrabando como el problema más grave que enfrenta su industria en la actualidad y que hayan presionado insistentemente al gobierno para que adoptara medidas para combatirlo. Fue por eso que en noviembre pasado el Gobierno creó un Bloque de Búsqueda con el fin de cortar de raíz este negocio ilícito. Para la misión fue encargado el director de la Dijin, Norberto Peláez, un curtido coronel y hombre de mil batallas. En tan sólo dos meses su gente ha logrado decomisar miles de metros de tela que han sido avaluados en 3.500 millones de pesos.
Las investigaciones del Bloque de Búsqueda confirmaron que detrás de las redes de contrabandistas se esconde un sofisticado sistema de lavado de dólares, empleado por la mafia para legalizar sus dineros. Y eso mismo ha hecho que, a pesar de los éxitos alcanzados, todos los analistas coincidan en afirmar que todavía falta mucho para terminar por completo con el contrabando en Colombia.
Eso, y el hecho de que, según esos mismos analistas, será muy difícil detener la expansión del fenómeno mientras no se le penalice de una manera adecuada. Con la emergencia económica el Gobierno le dio a la Dirección de Impuestos y Aduanas =Dian= funciones de policía judicial para tratar de combatir más efectivamente a los contrabandistas. Pero hay quienes consideran insuficiente esa medida.
"Es necesario convertir el contrabando en delito para acabar con el principal cáncer de la economía nacional", afirma el senador Juan Martín Caicedo Ferrer, quien preparó un proyecto de ley según el cual los contrabandistas tendrían que pagar una pena de tres a 10 años de cárcel y su mercancía no podría ser legalizada. Sólo así, según él, y también muchos empresarios del sector textil, será posible combatir de una manera eficiente el contrabando y recuperar el espacio que han perdido las empresas del sector.