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La canciller María Ángela Holguín se convirtió en el chivo expiatorio de los azules para expresar su descontento con el gobierno.

POLÍTICA

La rebelión de los conservadores

Con la moción de censura contra la canciller, el partido le muestra los dientes al gobierno. ¿Pataleta burocrática o amenaza a la coalición?

31 de agosto de 2013

El Partido Conservador atraviesa un momento crucial. Su fidelidad al gobierno del presidente Juan Manuel Santos está en duda por cuenta de varios episodios recientes: la búsqueda de una moción de censura a la canciller María Ángela Holguín, la propuesta de referendo para refrendar los acuerdos en La Habana, el paro nacional y los cantos de sirena del uribismo para sacar un candidato presidencial en compañía. 

El miércoles de la semana pasada, las bancadas de Senado y Cámara dejaron ver su inconformismo en un encuentro de parlamentarios que fue una especie de catarsis. Los congresistas se declararon en una sesión permanente que continuará el martes y el miércoles. De lo que pase en ella dependen su futuro y las relaciones con el gobierno. Al partido le llegó la hora de las definiciones.

La incomodidad de los azules en la Unidad Nacional no es nueva. Los parlamentarios han reclamado un mejor trato, es decir, un reclamo burocrático. Sin embargo, en la pasada reunión de la bancada, una de las más largas de su historia reciente, quedó claro que hay fisuras que tienen que ver con diferencias ideológicas y políticas con el gobierno. “Hay mortificación con el gobierno porque consideran muchos que el partido ha sido excluido de los grandes temas de la política nacional”, dijo el presidente de la colectividad Ómar Yepes.

Uno de los temas propuestos durante la sesión del miércoles pasado fue convocar a la canciller, María Ángela Holguín, a un debate de moción de censura por la manera como ha encarado los resultados del fallo de La Haya, con el que Colombia perdió parte de su mar. Algunos congresistas consideraron que ese era un tema de política exterior que le compete exclusivamente al presidente.

Aun así, el debate se hará pues la mayoría estuvo de acuerdo. Pese a que es improbable que la moción prospere, el mensaje es fuerte, ya que estas escaramuzas parlamentarias siempre provienen de la oposición, no de un partido que integra la coalición de gobierno. “El debate no es por el fallo, sino por cómo lo ha manejado la canciller. Por encima de todo debe estar la soberanía nacional y no vemos que el gobierno esté haciendo algo”, dijo el representante David Barguil, que lideró la propuesta. 

El otro tema que ventilaron y que seguirá en la mesa es el referendo para ratificar el acuerdo de paz que eventualmente firmen las Farc y el gobierno. Los representantes propusieron no respaldar la iniciativa en otra muestra de rebeldía contra el presidente Juan Manuel Santos. Le pidieron al senador Hernán Andrade, a quien le corresponde hacer la ponencia, que no la defienda. Sobre la propuesta no hubo ningún pronunciamiento. Del apoyo al proyecto de referendo depende la permanencia del partido en la Unidad Nacional y el apoyo a la paz, lo cual amerita una reflexión más profunda. 

El paro agrario también fue motivo de discusión. Para el partido, el gobierno se demoró en proponer soluciones. Y como uno de los pilares ideológicos desde su origen ha sido el orden y la seguridad, no faltó quien recordó con nostalgia al expresidente Álvaro Uribe. No obstante, el pasado viernes la colectividad emitió un comunicado en el que respaldó “categóricamente y sin vacilaciones” las medidas adoptadas por el presidente Santos para enfrentar los actos vandálicos. 

El Partido Conservador está midiéndole el aceite al presidente Santos y a la vez calibrando cuál es su mejor sombra. En un momento en el que se acercan las elecciones hay quienes ven la posibilidad de aliarse con el uribismo, pese a que la bisagra entre los azules y el Centro Democrático, el exgobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, quedó por fuera del juego con una orden de captura la semana pasada. 

Otros, como el presidente del directorio, quien le ha pedido al expresidente Andrés Pastrana que tome las riendas de la colectividad, consideran que hay que buscar su independencia. Y otros, en menor proporción, consideran que hay que permanecer bajo el amparo del gobierno y seguir con la limitada ‘mermelada’ que Santos les ha dado. El camino que tomen definirá su futuro.