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La sucesión de Nicanor

Juan Camilo Ochoa, nuevo presidente de Suramericana, es la solución transitoria de un conflicto de poderes dentro del Sindicato Antioqueño. La definitiva está por verse.

29 de febrero de 2004

A primera vista la noticia era muy simple: Juan Camilo Ochoa reemplazaba a Nicanor Restrepo como presidente de Suramericana de Inversiones y cabeza del Sindicato Antioqueño. La realidad, sin embargo, es otra. Lo que se estaba cambiando no era un presidente por otro, sino una estructura de poder por otra. El Sindicato, que en los últimos años había tenido un líder, va a tener durante un tiempo varias cabezas con poderes comparables.

Originalmente así había sido concebido el grupo antioqueño. Los cuatro pilares eran las empresas Suramericana, Coltabaco, Nacional de Chocolates y Argos. Se suponía que sus cuatro presidentes, Nicanor Restrepo, Darío Múnera, Fabio Rico y Adolfo Arango iban a ser los integrantes de una especie de bureau político donde ninguno sería primus interpares. Sin embargo esto no sucedió. Nicanor, quien venía de ser gobernador de Antioquia, tenía menos años y más proyección política a nivel nacional que sus colegas. Sin que nadie se lo propusiera y por las circunstancias del momento, acabó convirtiéndose en el número uno del conglomerado.

Ahora, 20 años después, el Sindicato quedó en manos de una generación de pupilos de Nicanor. En esta lista están Jorge Londoño, presidente de Bancolombia; José Alberto Vélez, presidente de Argos y Carlos Enrique Piedrahíta, presidente de Nacional de Chocolates. Todos estos son pesos pesados y ninguno está dispuesto a quedar de subalterno de quien ha visto hasta hoy como uno de sus colegas. Por eso ninguno pasó a la presidencia de Suramericana, reconocida hoy como el centro del poder real. Para no tener que dirimir ese conflicto, todos querían que Nicanor se quedara en ese cargo.

Sin embargo, él había tomado la decisión de hacer un doctorado en París en una materia con el llamativo nombre de 'sociología de la decisión'. En principio, esto lo iba a hacer bajo una licencia que le permitiría regresar a su cargo. Pero se entusiasmó tanto con la vida de estudiante en la Ciudad Luz que decidió quedarse. Esto creó un problema sucesoral. Inicialmente se pensó en la tesis de Nicanor Restrepo en el sentido de que se debería regresar a la estructura original de cuatro empresas independientes con poderes comparables y manejo colectivo por consenso.

No obstante, el éxito del Sindicato en los últimos 20 años había demostrado que tener un líder visible tenía muchas ventajas tanto a nivel nacional como internacional. Muchos consideran que aunque el manejo colectivo suena muy bonito en la teoría, en la práctica es difícil de aplicar.

Por esto se optó por una fórmula de transición mientras los hechos y las personalidades definen quién debe ser el líder del conglomerado antioqueño para la próxima generación. Para no crear fricciones era necesario nombrar un hombre de gran prestigio que no generara resistencias y a quien se le reconociera una jerarquía. Eso desembocó en el nombre de Juan Camilo Ochoa.

Ingeniero de la Escuela de Minas, máster en matemáticas puras de MIT, PhD de la Universidad de California y profesor de Yale, el nuevo presidente de Suramericana se vinculó al Sindicato como gerente de Prospectiva, el brazo de planeación estratégica del grupo. De ahí pasó a la presidencia de Corfinsura en el año 2000. En su calidad de banquero de inversión del conglomerado acompañó a Nicanor Restrepo en todas las presentaciones y road shows internacionales que se hicieron en la búsqueda de inversionistas extranjeros o socios estratégicos para las empresas. Haber participado en este proceso hizo que su nombre fuera interpretado como una garantía de continuidad en la dirección del Sindicato.

Sin embargo, si se tiene en cuenta que Ochoa, de 63 años, es un año mayor que Nicanor, es evidente que su designación representa una fórmula de transición. Ninguno de los pupilos de Nicanor que pudiera haber sido el heredero natural lleva suficiente tiempo en su actual cargo como para asumir el mando. Vélez lleva cuatro meses a la cabeza de Argos; Piedrahíta, tres años en la Nacional de Chocolates y Jorge Londoño, aunque lleva casi siete años al frente de los bancos del Sindicato, se encuentra afectado por las dificultades surgidas de la fusión de Bancolombia.

En los próximos años una de dos cosas tendrá que suceder: o se consolida la tesis de Nicanor de las cuatro cabezas separadas y el manejo por consenso, o se perfila claramente un líder entre los cuatro que hoy manejan cada uno de los

holdings sectoriales. De suceder esto último, los conocedores de los intríngulis del poder en el Sindicato hacen las apuestas a favor de José Alberto Vélez.