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A Roy y Angelino otra vez los vuelve a unir el destino. Esta vez el de Angelino estará en manos de Roy. | Foto: Archivo Semana

POLÍTICA

La suerte de Angelino en manos de su mayor contradictor

Roy Barreras intentó derrocarlo y expulsarlo de La U. Ahora, ¿le dará el aval para las elecciones?

23 de noviembre de 2014

El ex vicepresidente Angelino Garzón era tal vez el colombiano que más estaba pendiente de la cumbre del Partido de La U de la semana pasada en Santa Marta. Sobre todo de la decisión de quién iba a ser el presidente del partido en los próximos dos años.

No era para menos, pues quien resultara elegido sería el encargado de darle el aval, bien sea para la alcaldía de Bogotá o para la de Cali, como es su propósito. Pero la decisión probablemente lo decepcionó. Los congresistas del partido eligieron presidente al senador Roy Barreras.

Él, Barreras, será el encargado del bolígrafo y de estampar su firma para avalar a todos los candidatos para las elecciones locales del año próximo. Angelino cada vez es más consciente de que si quiere ser candidato sólo podrá hacerlo por La U, partido que lo avaló como vicepresidente de Juan Manuel Santos en el 2010 y al que renunció el pasado mes de agosto para poder aspirar por otro partido.

Pero esa renuncia fue extemporánea, por lo que Angelino sólo podrá ser candidato con el partido de la U.
En consecuencia, el ex vicepresidente necesita de la firma de Barreras o, lo que es igual, de quien es su más enconado contradictor.

Barreras se ha caracterizado por su capacidad de saltar de un bando a otro sin apenas sonrojarse. En menos de dos décadas ha pasado fácilmente del galanismo al pastranismo; fue confeso vargasllerista, acérrimo uribista y santista a ultranza. Pero si hay alguna cosa en la que Barreras ha mantenido fiel coherencia es en su ‘animadversión política’ hacia Angelino Garzón.

En el Valle del Cauca, el departamento de ambos (Roy es de Cali y Angelino de Buga) la atribuyen a una vieja disputa burocrática desde cuando Angelino era gobernador del departamento. Barreras lo ha negado. “No tengo nada personal contra Angelino”, le dijo una vez a María Jimena Duzán, en una entrevista para la revista SEMANA en el año 2012. Pese a ello, Barreras no ha dejado de hacerle la vida imposible a Angelino.

Vale la pena recordar que en el 2013, cuando el presidente Juan Manuel Santos tuvo que someterse a una cirugía de cáncer de próstata, Angelino Garzón apenas se reponía de un accidente cerebral que lo tuvo varios días en estado crítico.

Tras su licencia, Barreras hizo que el Congreso aprobara la revisión de una junta médica para que esta certificara si el vicepresidente estaba en condiciones de reemplazar al presidente de la República. Garzón consiguió eludir esa revisión, pero si esa junta hubiese dado un parte negativo, el parlamento debía escoger otro vicepresidente. Eso fue interpretado como un intento de derrocamiento.

Barreras, además, no se cansó de encontrar oportunidad para fustigar a Angelino. Por ejemplo, no se cansó de entregar declaraciones diciendo que Garzón era uribista y sería el candidato presidencial del expresidente. Obviamente el tiempo se encargó de desmentirlo.

Incluso, Roy pidió a La U que investigara a Angelino por doble militancia cuando se le acusó a este último de utilizar la Vicepresidencia para hacer política a favor del Centro Independiente, una plataforma política que crecía alrededor de la figura de Angelino.

Pero simultáneamente, el ex vicepresidente ha tenido un rasgo que lo ha caracterizado siempre en su actividad política: negar a los partidos políticos que lo han cobijado. Quienes conocen a Angelino dicen que obedece a intención de mantener siempre su carácter independiente.

Él ha dicho que nunca ha pertenecido a un partido político. Pero fue miembro de la Unión Patriótica, y a finales de los 80 siempre se le veía cargando los féretros de sus compañeros asesinados. En el 91 fue constituyente por el M-19. En el 2002, gobernador del Valle, tras recoger firmas. Y en el 2010 la U lo avaló y le entregó carnet de militante, para que fuera vicepresidente de Santos.

Pese a ello, Angelino dijo que no era de La U y que a él lo habían elegido nueve millones de colombianos, no un partido político. Pero sí lo era. Por eso renunció al partido el pasado mes de agosto, después de abandonar la Vicepresidencia, y ahora pide que lo dejen volver.

Barreras, en una de sus primeras entrevistas como presidente de La U, dijo a Voy Radio que el tema Angelino “no es una de nuestras preocupaciones”, para restarle trascendencia.

Pero políticamente sí cobra interés, pues La U, el partido mayoritario en el Congreso, no tiene muchas cartas ganadoras en las próximas elecciones. Angelino les daría un triunfo seguro en Cali, y amplias posibilidades de pelear por la de Bogotá.

Angelino tiene que pedir su afiliación al partido. Él ha dicho que tendrán que llamarlo. Concejales de Bogotá y congresistas como Mauricio Lizcano empezaron la mediación.

Pero si de Roy Barreras dependiera, a juzgar por las frases que ha pronunciado en el pasado, el exvicepresidente tendría complicada la bendición del senador.

Por ejemplo, en una entrevista al portal Ola Política, en septiembre de 2013 afirmó: “Nosotros lo avalamos, nosotros lo elegimos y nosotros no volveremos a avalarlo. Nunca más será nuestro candidato porque él ha demostrado con sus ejecutorias que tiene una negación por este partido. Repetidamente ha dicho que no se siente identificado con el Partido de la U. Nosotros entendemos esa decisión de él y la respetamos”.

A Roy y Angelino otra vez los vuelve a unir el destino. Esta vez el de Angelino estará en manos de Roy.