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"LA TELEVISION LA TIENEN QUE HACER LOS GRUPOS ECONOMICOS"

ENTREVISTA: JESUS DE POLANCO Y JUAN LUIS CEBRIAN

27 de marzo de 1995

JESUS DE POLANCO ES TAL VEZ EL HOMBRE más poderoso de los medios de comunicación en España y muy cercano a Colombia a través de la Fundación Santillana. Juan Luis Cebrián, durante 12 años director del diario 'El País' de España, es considerado por muchos el periodista más respetado de la península. Con motivo de su asistencia al seminario sobre medios electrónicos, SEMANA intercambió ideas con ellos sobre el futuro de la televisión colombiana mirada a la luz de la experiencia española.

SEMANA: ¿Qué lecciones creen ustedes que Colombia puede aprender de la experiencia española?
JESUS DE POLANCO: Las experiencias en medios de comunicación no son trasplantables de un país a otro. Sin embargo se pueden hacer algunas analogías generales. Por ejemplo, vemos que Colombia está a punto de iniciar un proceso de privatización de su televisión. Esa experiencia la estamos viviendo en España desde hace cuatro años y ha tenido un impacto enorme en todos los medios de comunicación.
SEMANA: ¿Impacto en qué sentido?
J.P.: En todo sentido. Al igual que en Colombia, en España funcionaban dos canales estatales, que contaban con subsidios oficiales y se repartían toda la torta publicitaria de la televisión. Con la ley de televisión hay en la práctica seis canales: dos del Estado, uno de las autonomías y tres privados, uno de los cuales es el nuestro, el canal Plus.
SEMANA: ¿Y este salto fue traumático?
JUAN LUIS CEBRIAN: La estructura de costos de la televisión cambió de la noche a la mañana. La competencia disparó enormemente los costos de producción, particularmente los sueldos. Simultáneamente con esto se presentó una guerra de tarifas que bajó sustancialmente el precio de anunciar. Fue una guerra bastante irracional, pues a veces se vieron descuentos hasta del 90 por ciento. Todo esto desemboca inevitablemente en un cambio de la estructura del negocio, pues mientras los costos se pueden duplicar, la publicidad puede bajar a la mitad.
SEMANA: ¿ Y en esas condiciones la televisión ha sido rentable?
J.P.: De los seis canales españoles, el único que está dando utilidades es el nuestro. Los otros cinco están perdiendo mucho. Yo diría que en el año pasado las pérdidas operacionales de esos canales llegaron a los 1.500 millones de dólares.
SEMANA: ¿Eso daría pérdidas de 300 millones de dólares al año por canal?
J.L.C.: No, porque las pérdidas no son iguales para todos los canales. La televisión pública pierde mucho más, alrededor de 1.000 millones de dólares, pues al fin y al cabo es ineficiente y está subsidiada. Los otros dos canales privados pierden menos, pero aun así pierden bastante.
SEMANA: ¿Cuánto es el presupuesto total de televisión en España?
J.P.: Alrededor de 1.800 millones de dólares al año. Y esa torta se divide entre cinco canales pues el nuestro, canal Plus, es un canal por suscripción y no tiene publicidad. Claro que las cifras españolas no son comparables con las colombianas. Tengo entendido que aquí el presupuesto anual de televisión es del orden de los 500 millones de dólares.
SEMANA: ¿También tuvo impacto en los otros medios de comunicación esa explosión de canales privados?
J.L.C.: Sí, sobre todo en la prensa escrita y en la radio. La guerra de tarifas, como consecuencia de la privatización, se tradujo en una disminución sustancial de la publicidad para prensa y radio. En esos sectores se puede calificar de crisis lo que sucedió.
SEMANA: Pero ustedes tienen prensa escrita y radio. ¿Cómo les fue?
J.P.: Los medios que son líderes en sus respectivos campos siempre se pueden defender mejor que los otros. Nosotros tenemos el periódico El País, que es el primero de España, y la cadena de radio SER. Son medios muy sólidos que aguantan un bajonazo en publicidad y no podemos quejarnos. Pero para otros el golpe ha sido muy duro.
SEMANA: ¿Cómo les ha parecido la ley de televisión colombiana?
J.P.: Tiene cosas buenas y malas como las tuvo la española. Nos parece que en algunos casos están cometiendo algunos de nuestros mismos errores.
SEMANA: ¿Como cuáles?
J.P.: Cada vez que se legisla en materia de televisión se acaba legislando en contra de los grupos económicos en razón de su dimensión. Pero resulta que en el mundo de la televisión esta dimensión es necesaria. Es un negocio que requiere mucho dinero. El montaje del canal es costoso. La compra de derechos, tanto para películas como para certámenes deportivos, también es muy costosa. Se requiere mucha liquidez permanentemente. Y se requiere mucho aguante, pues pueden pasar meses y años sin utilidades. El que se meta en este negocio sin tener eso claro está perdido.
SEMANA: En Colombia se ha dicho que el montaje de un canal puede ascender a 100 millones de dólares. ¿Cuál fue la experiencia de ustedes?
J.L.C.: Nosotros no tenemos conocimiento de costos en Colombia. Pero en España no se puede montar nada con 100 millones de dólares. Nuestro canal costó 300 millones de arranque. Y eso fue solo el montaje, pues ahí fue donde comenzó el gasto.
SEMANA: ¿Por qué dicen ustedes que siempre se legisla contra los monopolios en materia de televisión?
J.P.: Es una tendencia universal por presiones de la opinión pública, pero no corresponde a las realidades del negocio. En España se estableció que nadie podía tener más del 25 por ciento de un canal. Yo creo que en parte se hizo para limitar la acción de nuestro grupo. Pero las sociedades no funcionan cuando nadie manda. Afortunadamente, estamos en camino de poder revisar esa norma. La ley colombiana estableció un tope del 30 por ciento, pero veo que la norma tiene más flexibilidad que la española, pues se permite un aumento gradual.
SEMANA: Si la televisión debe quedar en manos de los grupos económicos exclusivamente, ¿no tiene esto implicaciones para la libertad de expresión y el pluralismo informativo?
J.P.: Hay que tener claro que no se puede hacer buena televisión sin ellos. Si no hay grupos fuertes locales el país puede acabar en manos de empresas multinacionales, más dóciles al poder político y que, por otra parte, no generan ningún valor añadido al país. La forma de controlar el poder de los grupos no es cerrándoles las puertas sino creando unas reglas de juego que faciliten la existencia de una competencia. La televisión, ante todo, debe ser competitiva y rentable. Los eficientes deben ganar dinero y los que ganen deben pagar impuestos.
SEMANA: ¿Cuál es la recomendación de ustedes, entonces, para los medios de televisión colombianos?
J.L.C.: Que se den cuenta que con la nueva ley de televisión se van a producir cambios insospechados. Dentro de poco tiempo la estructura de hoy va a parecer feudal. Yo creo que en Colombia el pasado se acaba este año.-