Home

Nación

Artículo

| Foto: Presidencia

CRÓNICA

La visita del emir de Qatar

El jeque de uno de los países más ricos del planeta estuvo dos días en Colombia mirando oportunidades de inversión. Así fue su exótica e interesante visita.

23 de febrero de 2013

En medio del torbellino de noticias que se producen a diario en Colombia, la visita de uno de uno de los hombres más apetecidos del planeta, amo y señor del país con el mayor ingreso per cápita del mundo y estrella resplandeciente del Medio Oriente, pasó relativamente desapercibida. Se trata del jeque Hamad Bin Khalifa Al Thani, con una chequera tan grande como su olfato para los negocios.


El emir llegó a la capital colombiana el jueves 14 de febrero. Desde que aterrizaron en el aeropuerto militar Catam, sus dos gigantescos aviones privados, que hicieron palidecer a las aeronaves que transitan usualmente por este aeropuerto. Pero sorprendió aún más su comitiva conformada por más de 100 personas entre las que se encontraban solo dos mujeres. En esta ocasión no vino acompañado de ninguna de sus tres esposas ni de ninguno de sus 24 hijos. El ilustre visitante fue recibido por la canciller María Ángela Holguín.

En 40 carros Mercedes-Benz dispuestos para la ocasión salió raudo por la avenida El Dorado que vio pasar la interminable caravana hasta el JW Marriot, al norte de la capital, donde la embajada de Qatar en Venezuela le tenía reservadas desde hacía varias semanas 110 de las 264 habitaciones del hotel. Durante los dos días que estuvo hospedado todo el personal quedó literalmente en acuartelamiento para atender el más mínimo requerimiento del ilustre huésped, que viene de un pequeño país de 11.500 kilómetro cuadrados – la mitad de la extensión del departamento del Valle– y 2 millones de habitantes, de los cuales el 80 por ciento es extranjero, pero que se destaca por sus inmensas reservas de gas. Qatar es la tercera nación productora del combustible del mundo, después de Rusia e Irán, con un ingreso per cápita de 102.000 dólares, diez veces superior al de Colombia. 

Al Thani es uno de los monarcas más ricos del planeta. Maneja los fondos soberanos de inversión Qatar Investment Authority y Qatar Holding, con recursos superiores a 70.000 millones de dólares. Es dueño de los emblemáticos y lujosos almacenes londinenses Harrods, que eran del egipcio Mohammed Al Fayed. Es el tercer mayor accionista de Wolskwagen, tiene participación en Porsche, en los bancos Credit Suisse y Barclays, en las petroleras Shell y Total, en el mercado de valores de Londres, en el estudio de Cine Miramax. Es, además, un gran coleccionista de arte. El año pasado el mundo se sorprendió cuando compró el cuadro “Los jugadores de cartas”, de Paul Cezanne, por 250 millones de dólares, la cifra más alta pagada hasta el momento por una pintura. Su otra pasión es el fútbol. Es dueño de los equipos Paris Saint-Germain, de Francia, del club de fútbol de Málaga y es el mayor accionista de Barcelona.

Su poder no solo es económico. También tiene gran influencia política a nivel internacional. Se le considera uno de los impulsores de la primavera árabe, la revolución más importante de los últimos años en el mundo, a través de la divulgación de noticias de su cadena Al Jazeera, y del apoyo económico a varias naciones que se rebelaron contra las tiranías, un hecho bastante particular para un hombre que le dio golpe de estado a su propio padre en 1995, cuándo este se encontraba de vacaciones en Suiza.

Dónde invertir los petrodólares

Pero ¿y a qué venía este jeque a Colombia? El objetivo de su visita es diversificar su portafolio y mirar nuevas oportunidades de negocios, para no depender tanto de los combustibles en el futuro. El crecimiento acelerado de algunos países de América Latina y su estabilidad económica y política llaman la atención del mandatario, quien tiene la mira puesta en los países andinos, que cuentan con un gran potencial en el sector minero. El monarca llegó a Colombia procedente de Perú. 

Para explorar posibilidades de inversión se reunió el viernes en una sesión privada con el presidente Juan Manuel Santos. Posteriormente, la cita fue con representantes del gobierno con quienes se firmaron memorandos de entendimiento con los ministros de Minas y Energía, Educación, Comercio Exterior y Relaciones Exteriores. Santos ofreció un almuerzo en su honor en el que en lugar de licor ofreció jugo de mora. 

Al ministro de Minas, Federico Renjifo, le llamó la atención el gran conocimiento que tiene el jeque árabe sobre el país. En educación el emir se mostró interesado por la ampliación de la cobertura del servicio y los planes de becas del gobierno colombiano. Otro de los sectores que le despertó entusiasmo fue el deportivo teniendo en cuenta que su diminuta nación se prepara para ser sede del Mundial de Fútbol en 2022, un evento que no ha estado exento de polémica. A comienzos del año la revista France football reveló que Qatar habría pagado en 2010 cifras millonarias para quedarse con la sede, durante una reunión en la que participó el presidente de ese entonces Nicolás Sarkozy, el exjugador Zinedine Zidane y el presidente de la Unión Europea del Fútbol Asociado (Uefa), Michel Platini. Según la publicación, el gobierno de Qatar se comprometió a invertir recursos en el fútbol francés y a comprar el Paris Saint-Germain a cambio del voto de Platini. 

Coldeportes y el Comité Olímpico Colombiano firmaron con sus pares de Qatar convenios para promover el intercambio de visitas de delegaciones deportivas, de entrenadores y de especialistas en educación física. El deporte, la educación y la cultura son temas de gran interés para el jeque árabe que quiere posicionar a su nación como una de las más desarrolladas del Medio Oriente. 

También firmó un acuerdo de transporte aéreo para flexibilizar la movilización de viajeros. Las aerolíneas de los dos países podrán conectarse a través de puntos intermedios en Caracas, Kingston, Montevideo y Asunción, entre otros, con un máximo de 7 frecuencias semanales. Confecámaras y la Cámara de Comercio de Qatar firmaron otro convenio para facilitar el intercambio comercial entre empresarios de los dos países y Proexport firmó un acuerdo con Qatar Holding para la promoción de inversiones y misiones comerciales. Para abril está prevista la llegada a Colombia de la primera misión empresarial a Colombia. A la delegación qatarí le llamó la atención la oferta nacional en agroindustria, en pulpa de frutas, flores exóticas y confitería, así como algunas manufacturas y accesorios en cuero. 

Pero no todo fue negocios. Al Thani también sacó tiempo para hacer compras y conocer algo más de Bogotá. En la tarde del viernes se desplazó al norte de la capital para comprar artesanías y esmeraldas. Llegó al Centro 93 en donde hizo una parada en la joyería Fleing. Si no fuera por el gran número de escoltas con los que iba hubiera pasado desapercibido porque para no llamar la atención se vistió como cualquier parroquiano. En la joyería conversó en árabe durante casi una hora con el dueño del establecimiento, un egipcio al que le compró una piedra preciosa. El dueño del local le regaló un caballito con incrustaciones de esmeraldas cuando se enteró de la procedencia e importancia de su cliente. “Se despidió y me dio tres besos en la mejilla, como buen árabe”, dijo el propietario. Posteriormente se dirigió a la zona T donde hizo cerrar uno de los restaurantes del lugar por varias horas para que atendieran a su numerosa comitiva.

Durante su estadía en el JW no hizo peticiones extravagantes como ocurre con otras personalidades. En lo único que insistió fue en que le sirvieran comida colombiana. Y lo complacieron, por supuesto. Comió ajiaco, arepas rellenas, arroz atollado y papas criollas. 

El sábado en la mañana salió de Bogotá rumbo a Ecuador, su tercer país en esta gira, donde se entrevistó con Rafael Correa, un día antes de que el mandatario fuera reelecto en las urnas. El séptimo monarca más rico del mundo, según la revista Forbes, partió con su inmensa caravana para otro lugar del mundo, donde invertir sus petrodólares.