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Las cartas sobre la mesa

Cuáles serán las exigencias del gobierno y las Farc para acordar un cese al fuego en la trascendental reunión del próximo 3 de julio.

10 de julio de 2000

Por favor no disparen más, no disparen más”. La súplica de la gente durante el ataque de las Farc a Florida, Valle, en la madrugada del viernes de la semana pasada, se escuchó durante casi tres horas. La petición fue vana. El VI frente de las Farc, compuesto por unos 100 hombres, abrió fuego, lanzó cilindros a las sedes bancarias, explotó dinamita en el corazón de la ciudad, se llevó más de 1.000 millones de pesos en efectivo, dejó a tres civiles gravemente heridos en el asfalto y sólo se marchó con las primeras luces del alba.

“Los guerrilleros venían por la plata, a la policía ni siquiera la tocaron”, dijo un testigo de esta incursión ocurrida a sólo una hora de Cali. El ataque encierra dos hechos de cara a la reunión del 3 de julio en la que gobierno y Farc llegarán con sus propuestas, en sobre cerrado, para un posible cese al fuego. Primero, el clamor de la gente de Florida es el mismo de los colombianos, que están hastiados de la guerra y piden el silencio de los fusiles; y segundo, que las Farc necesitan dinero a chorros . “Esto es trascendental , dijo una persona que sigue de cerca las negociaciones de paz, porque probablemente ese día las Farc van a decir: ‘Listos, nosotros paramos nuestro accionar y ahora ¿quién nos mantiene?’, y aunque la respuesta la puede dar el gobierno es el país entero el que tiene que echarse la mano al bolsillo”.

“La cosa es sencilla si se ve con una óptica de futuro: para no hacer la guerra hay que financiar la paz”, explica el investigador Arturo Alape. Y en plata blanca se trata de muchísimo dinero. Dentro de las Farc estiman que en una tregua mantener cada guerrillero equivaldría mensualmente a 350.000 pesos. Basta multiplicar esta cifra por 20.000 que —según ellos— es el número de hombres que integran sus 61 frentes para establecer que cada mes se necesitará girar cerca de 7.000 millones de pesos.

Este será apenas uno de los varios escollos que tendrán que saltar las partes . Los demás también tendrán igual o mayor grado de dificultad y, en palabras de Rafael Nieto Loaiza, consultor internacional en defensa y seguridad, “incluso algunas serán inaceptables, como la petición del estatuto de beligerancia”. Además las partes defenderán sus tesis de toda la vida. En el caso de las Farc, por ejemplo, se les va a hablar de silenciar sus armas, que han mantenido empuñadas durante sus 36 años de existencia.

Pero, ¿qué contienen los sobres de las Farc y el gobierno? SEMANA consultó a integrantes de las dos partes y a varios expertos en el proceso de paz para buscar una respuesta aproximada a esta pregunta y la conclusión inicial es que las exigencias “serán altísimas”, como las califica el analista Alfredo Rangel Suárez, quien tiene la certeza de que las Farc van a llegar con la suspensión de las privatizaciones. Para Nieto Loaiza las Farc irán más allá y “exigirán reversar las privatizaciones que se han hecho hasta ahora”. Opinión que es compartida por Alape, quien interpreta que las Farc no van a “eximir de las responsabilidades de la polarización social que vive el país al gobierno y se lo harán saber”.

El segundo punto en el documento de las Farc será el del Plan Colombia. En este sentido el movimiento armado pedirá la suspensión de las fumigaciones y a cambio realizar un programa masivo de sustitución de cultivos. Dentro de las Farc se considera como una “grave agresión” realizar fumigaciones en sus zonas.

Hay consenso también en que un tercer punto será que el gobierno se comprometa a controlar y desmontar los grupos paramilitares. “Esto es imposible para el gobierno porque estaría aceptando que tiene control y manejo sobre los grupos paramilitares”, dice el consultor político Ernesto Borda.

El gobierno, por su parte, se la jugará con los temas que más le duelen a la gente. Es decir, pedirá el fin del secuestro, las extorsiones y la aplicación inmediata del Derecho Internacional Humanitario. Nieto cree que el gobierno, además, debe llegar con la exigencia de una comisión de verificación internacional para supervisar el cumplimiento del cese al fuego y presentarse con la petición de que las Farc firmen un documento en el que renuncian a las armas como única salida al conflicto armado.

Como se ve, cada parte llegará con unas exigencias duras y eso sin entrar a hablar de dónde se ubicarán a los guerrilleros y qué hacer con los fusiles. “Toca estar preparados para todo. Si las Farc pidieron cinco municipios para comenzar a hablar, qué irán a exigir ahora cuando se trata de ubicar a sus hombres, que dicen tener control de más de 100 municipios”, advierte un investigador que sentencia: “El verdadero tire y afloje del proceso de paz hasta ahora va a empezar”.