PROCESO DE PAZ
El gobierno desmiente las afirmaciones del uribismo
Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, del equipo negociador de Paz, responden al Centro Democrático.
22 de octubre de 2014
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El gobierno nacional desmintió que existan las llamadas “capitulaciones”, nombre dado a los reparos que tiene el uribismo a los puntos hasta ahora acordados en el proceso de paz con las FARC. En una rueda de prensa, Humberto de la Calle Lombana, jefe del equipo negociador; y Sergio Jaramillo, alto comisionado de paz, utilizaron en varias ocasiones las expresiones “no es cierto” para desmentir los reparos que desde el Centro Democrático se le ha hecho a la negociación.
La conferencia, que fue una respuesta directa al expresidente y senador Álvaro Uribe, quien en las últimas horas añadió 16 nuevas críticas a los acuerdos. Los 68 puntos fueron cuestionados por el jefe del equipo negociador, quien calificó de “falacias” los cuestionamientos y negó que el Gobierno le haya hecho “regalos al terrorismo”.
El primer punto acordado entre las partes, incluye la creación de un Fondo de Tierras para campesinos que no tengan terrenos o estos sean insuficientes y que, subrayó el jefe negociador, no se formará en base a expropiaciones indiscriminadas, como apuntó el uribismo.
“Nada de lo pactado conduce a un proceso de colectivización de la tierra. Las normas sobre expropiación y extinción del dominio están vigentes hace muchos años y nadie podrá decir que esas leyes han producido la llamada colectivización socialista del campo. A esas leyes no se les ha cambiado una coma en lo acordado en La Habana”, aseguró.
A su vez, el jefe del equipo negociador fue categórico en señalar que “los ataques del Centro Democrático no son realmente contra lo pactado. Son reparos a la legislación vigente, que rige desde el siglo pasado”.
En cuanto al punto sobre sobre drogas y cultivos ilícitos hizo énfasis en la sustitución voluntaria con participación de las comunidades y el compromiso que adquieren las FARC con el proceso de erradicación. “Se comprometen, por una parte a contribuir de manera efectiva, con la mayor determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas, con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas” y por otra parte, a “poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno”.
Sobre la participación política que tendría las FARC que incluiría curules en el Congreso, De la Calle señaló que las circunscripciones especiales “no son un regalo para las FARC” como dice el Centro Democrático.
“Las circunscripciones transitorias de paz no son para darle cupos a las FARC. Son para las comunidades. Si las FARC desarmadas a través de un partido o movimiento desean participar en política, se les brindarán las garantías necesarias”, aseguró.
Uno de los puntos que más malestar han despertado entre los opositores de las negociaciones ha sido el incremento de las acciones contra la población. En cuanto este punto, señaló que “las FARC aceptaron discutir el proceso de dejación de armas al momento de establecer las bases de los diálogos de paz. Este punto no se ha discutido, cualquier interpretación es imaginación y especulación, garantizamos que no habrá paz armada en Colombia.”
De la Calle se mostró tajante al afirmar que la "dejación de armas" por parte de la guerrilla se realizará desde el mismo momento que entren en funcionamiento los acuerdos definitivos, y negó en varias ocasiones que en Colombia se produzca "una paz armada", en respuesta a la acusación de Uribe de que las FARC tardarían diez años en desarmarse.
En este punto se centraron las críticas más tajantes del uribismo, que ha denunciado que la guerrilla se reserva el derecho a destruir los cultivos de coca.
De la Calle y Jaramillo reiteraron enfáticamente que el uribismo faltaba a la verdad. Con los acuerdos en la mano, los negociadores del Gobierno aclararon, lo que según ellos, son afirmaciones erradas hechas por la colectividad que orienta el expresidente Álvaro Uribe.
La conferencia, que fue una respuesta directa al expresidente y senador Álvaro Uribe, quien en las últimas horas añadió 16 nuevas críticas a los acuerdos. Los 68 puntos fueron cuestionados por el jefe del equipo negociador, quien calificó de “falacias” los cuestionamientos y negó que el Gobierno le haya hecho “regalos al terrorismo”.
El primer punto acordado entre las partes, incluye la creación de un Fondo de Tierras para campesinos que no tengan terrenos o estos sean insuficientes y que, subrayó el jefe negociador, no se formará en base a expropiaciones indiscriminadas, como apuntó el uribismo.
“Nada de lo pactado conduce a un proceso de colectivización de la tierra. Las normas sobre expropiación y extinción del dominio están vigentes hace muchos años y nadie podrá decir que esas leyes han producido la llamada colectivización socialista del campo. A esas leyes no se les ha cambiado una coma en lo acordado en La Habana”, aseguró.
A su vez, el jefe del equipo negociador fue categórico en señalar que “los ataques del Centro Democrático no son realmente contra lo pactado. Son reparos a la legislación vigente, que rige desde el siglo pasado”.
En cuanto al punto sobre sobre drogas y cultivos ilícitos hizo énfasis en la sustitución voluntaria con participación de las comunidades y el compromiso que adquieren las FARC con el proceso de erradicación. “Se comprometen, por una parte a contribuir de manera efectiva, con la mayor determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas, con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas” y por otra parte, a “poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno”.
Sobre la participación política que tendría las FARC que incluiría curules en el Congreso, De la Calle señaló que las circunscripciones especiales “no son un regalo para las FARC” como dice el Centro Democrático.
“Las circunscripciones transitorias de paz no son para darle cupos a las FARC. Son para las comunidades. Si las FARC desarmadas a través de un partido o movimiento desean participar en política, se les brindarán las garantías necesarias”, aseguró.
Uno de los puntos que más malestar han despertado entre los opositores de las negociaciones ha sido el incremento de las acciones contra la población. En cuanto este punto, señaló que “las FARC aceptaron discutir el proceso de dejación de armas al momento de establecer las bases de los diálogos de paz. Este punto no se ha discutido, cualquier interpretación es imaginación y especulación, garantizamos que no habrá paz armada en Colombia.”
De la Calle se mostró tajante al afirmar que la "dejación de armas" por parte de la guerrilla se realizará desde el mismo momento que entren en funcionamiento los acuerdos definitivos, y negó en varias ocasiones que en Colombia se produzca "una paz armada", en respuesta a la acusación de Uribe de que las FARC tardarían diez años en desarmarse.
En este punto se centraron las críticas más tajantes del uribismo, que ha denunciado que la guerrilla se reserva el derecho a destruir los cultivos de coca.
De la Calle y Jaramillo reiteraron enfáticamente que el uribismo faltaba a la verdad. Con los acuerdos en la mano, los negociadores del Gobierno aclararon, lo que según ellos, son afirmaciones erradas hechas por la colectividad que orienta el expresidente Álvaro Uribe.