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FARC dejan sin luz a Buenaventura. | Foto: Cristian Benítez

CONFLICTO

Las millonarias cifras del apagón en Buenaventura

Pérdidas diarias cercanas a $1.500 millones acumula esa ciudad que se quedó sin fluido eléctrico luego de que las FARC volaron una torre de energía el domingo.

2 de junio de 2015

Como un acto “irracional” y de “puro terrorismo” calificó el presidente Juan Manuel Santos el atentado de las FARC que dejó sin el servicio de energía a Buenaventura, la ciudad portuaria más importante sobre el mar Pacífico y por donde se mueve la mitad de las exportaciones del país.

Y aunque el ataque ocurrió el pasado domingo 31 de mayo, dos días después de la emergencia los técnicos de la empresa de Energía del Pacífico S. A. (EPSA) no han podido ingresar a la zona donde la guerrilla derribó la torre, y lo que es peor, todo apunta a que el problema se mantendrá hasta mañana miércoles.

Pero la verdadera tragedia por cuenta de ese atentado la viven los bonaverenses, quienes a pesar de estar familiarizados con los apagones (las FARC volaron torres de energía en dos ocasiones en el 2014), no logran evitar los coletazos de la emergencia.

Se calcula que por cuenta de ese atentado de las FARC, Buenaventura pierde diariamente cerca de 1.500 millones de pesos y los sectores más afectados son el comercio, la industria pesquera y el turismo.

Alexánder Micolta, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de la ciudad, estima que en un día sólo el sector comercial puede acumular pérdidas diarias cercanas a $700 millones.

El dirigente gremial explicó que si bien la Sociedad Portuaria Regional de Buenaventura (SPRB) no resulta afectada con el apagón porque ellos cuentan con una fuente propia de energía, “no sucede lo mismo con los sectores anexos que se mueven alrededor del puerto”, dijo tras agregar que los hoteleros ya fueron impactados con la cancelación de reservas.

Pero tal vez uno de los sectores más afectados es el de los pescadores, que en la ciudad portuaria suman cerca de 2.500 y genera casi 7.000 empleos entre directos e indirectos.

Manuel Bedoya, presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales, explicó que desde el día del apagón, “la gente no compra nuestros productos por temor a que se les dañen ya que las neveras están apagadas por falta de energía”.

El dirigente explicó que diariamente su gremio mueve siete toneladas de pescado “que generan ventas cercanas a $800 millones, ya que comercializamos toda la pesca no solo de Buenaventura, sino de otras poblaciones aledañas del Pacífico”.

Lo más grave del problema actual es que todo indica que la emergencia sólo será superada este miércoles 3 de junio, cuando la fuerza pública logre asegurar la zona donde sucedió el atentado.

La demora se debe a que miembros de la Armada no han podido 'limpiar' ese territorio y las condiciones climáticas tampoco han sido las mejores y como tal los sobrevuelos se debieron suspender.

La cautela de la operación de aseguramiento se debe a que normalmente la guerrilla acostumbra a sembrar con explosivos las zonas aledañas al sitio exacto donde ocurre el atentado; o por el riesgo inminente de una emboscada.

Prueba de ello es que durante la avanzada de este lunes fueron descubiertos dos artefactos explosivos ubicados a 100 metros de la torre derribada, “habían sido armados en un tubo de PVC de 40 centímetros de largo y que contenían dos kilos de un explosivo conocido como Pentolita”, informó la Armada a través de un comunicado.

Una vez esté garantizada la seguridad para los técnicos de EPSA, que serán los encargados de realizar las labores de reconexión con una nueva torre de energía, el puerto de Buenaventura podrá retornar a su normalidad, no sin antes haber acumulado millonarias pérdidas por el apagón que les causó las FARC.