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El vicepresidente, Angelino Garzón, tiene siete votos asegurados, de los 56 delegados que eligen al director de la OIT.

DIPLOMACIA

Las opciones de Angelino para llegar a la OIT

¿Cuáles son las posibilidades reales de que Angelino Garzón logre obtener la dirección del organismo internacional?

19 de mayo de 2012

El vicepresidente Angelino Garzón podría ser el primer colombiano en dirigir la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Lo que comenzó hace unos meses como una apuesta arriesgada del gobierno, hoy cuenta con mayores opciones para hacerse realidad.

El próximo 28 de mayo, día en que comienzan las rondas de votación, el exdirigente sindical arrancará en el partidor con el respaldo de siete de los 56 miembros del consejo administrativo. Esta instancia del organismo que elige al director está conformada por 28 representantes de los gobiernos, 14 representantes de los empleadores y 14 de los trabajadores. Esa composición tripartita de los electores hace difícil un vaticinio acertado de cómo se elegirá al próximo director de la OIT, pues los delegados son de distintos países y responden a variados intereses de acuerdo con su sector.

Hoy día nueve candidatos están detrás de ese cargo internacional. Tres son de Europa (Guilles de Robien, de Francia; Ad Melkert, de los Países Bajos, y Mona Sahlin, de Suecia); tres africanos (Charles Dan, de Benín; Ibrahim Assane Mayaki, de Níger, y Assane Diop, de Senegal); un asiático (Jomo Kwame, de Malasia); uno de los trabajadores (Guy Ryder, de Gran Bretaña), y el vicepresidente colombiano. Hasta ahora, ninguno tiene asegurada la mayoría de los votos del consejo, lo que supone que elegir al director de la OIT se llevará varias rondas.

Ante este escenario de muchos candidatos, tres sectores y una mayoría de 29, un respaldo de siete delegados no es de poca monta. Estos apoyos ya amarrados para Garzón provienen de cinco gobiernos de América Latina que tienen asiento en esa instancia del organismo (Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador y Trinidad y Tobago) más dos empresarios de la región. Además, como los candidatos más débiles se eliminan en las primeras rondas, la posibilidad de que los votos a favor de la fórmula santista aumenten es alta.

Dentro de los factores que conspiran para que el vice se convierta en el palo de la elección están tanto las matemáticas como los giros de la política internacional. Ante la reciente victoria del socialista François Hollande en los comicios de Francia, es muy probable que su nuevo gobierno no apoye al aspirante galo Guilles de Robien, postulado por el expresidente derrotado Nicolas Sarkozy. La razón es elemental: Hollande llegó a reversar las políticas económicas de su nación, lo cual entraña un debilitamiento de la candidatura de Robien. La misma suerte podría correr Ad Melkert, el candidato de los Países Bajos, pues el gobierno que lo postuló dimitió hace unas semanas debido a la falta de control sobre el Parlamento en medio de la crisis financiera. A esta circunstancia se suma que los seis países europeos que integran la OIT, dentro del bloque de los gobiernos, están divididos. En ese escenario Garzón cuenta con algo de ventaja, pues podría recoger algunos de los votos de esa región donde estuvo haciendo campaña.

Los expertos coinciden en que lo que decidan los delegados de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña será determinante, pues esos países tienen capacidad de alinear más respaldos. En ese caso, la carta nacional también tiene a los astros de su lado. Primero, porque aunque Barack Obama no ha anunciado su voto, "en Washington tienen el nombre del vicepresidente en alta estima", según dijo el ministro de Trabajo, Rafael Pardo. No hay que olvidar que Garzón es conocido en ese país por haber sido uno de los principales lobistas para el TLC. En segundo lugar, porque no ha hecho falta quien interceda ante la Casa Blanca por el vice, como lo hizo el congresista demócrata de Nueva Jersey Albio Sires, quien a comienzos de mayo le envió una carta a Obama pidiéndole el apoyo para Garzón. El argumento que invocó fue que Colombia es el principal aliado de Estados Unidos en el continente.

El gobierno de Gran Bretaña, por su parte, no apoya a Guy Ryder. No obstante, este candidato es el que arranca pisando más fuerte debido al apoyo que tiene de la Confederación Sindical Internacional (CSI), cuyos delegados votarán en bloque en la primera ronda. Es decir, Ryder puntea con 14 votos a favor. Incluso, Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación General del Trabajo (CGT), quien representa los sindicatos colombianos en la OIT, deberá votar por él a pesar de su amistad con Garzón. No obstante, el hecho de que el candidato británico no tenga el apoyo del número 10 de Downing Street es un obstáculo difícil de sortear. Además, en la historia del organismo los trabajadores no han logrado imponer su candidato. Eventualmente, en caso de que Ryder se estanque y no consiga más apoyos en las rondas siguientes, el aspirante colombiano podría recoger los votos de sus excolegas sindicalistas.

Esta última probabilidad es factible gracias al pasado sindical de Garzón. A pesar de que en Colombia algunos sectores le hicieron mala propaganda y de representar a un gobierno y no a un sindicato, sus credenciales como representante del bloque trabajador siguen vigentes. Así quedó en evidencia a mediados de abril, cuando Garzón asistió a la Confederación Sindical de las Américas que se celebró en Foz do Iguazú (Brasil). Allá compartió escenario con Ryder y se dirigió a un público de representantes de los trabajadores. El vice celebró que estuvieran apoyando al candidato británico, pero advirtió que él también era una opción: "A fin de cuentas, lo que queremos es una OIT que les diga al Fondo Monetario, al Banco Mundial y a la Organización Mundial del Comercio que el crecimiento económico, si no son los seres humanos su primer objetivo, empezando por los niños y las niñas, no tiene sentido". Y según varios asistentes, su discurso, además de que provocó una ovación, dejó en el ambiente la sensación de que con los sindicatos no tienen uno sino dos candidatos.

Pero no todo juega a favor de Angelino. Los delegados de África, con 12 votos, podrían unirse bajo una de sus tres aspiraciones. El ungido se convertiría en un competidor fuerte, con la consideración de que hasta ahora no ha habido un director de la OIT africano. Así mismo, la tradición también se atraviesa en el camino de Garzón. En algunos organismos multilaterales no es bien visto que una región repita en la jefatura. Y el cargo en la OIT ha estado ocupado en los últimos 13 años por el chileno Juan Somavía. Antes de él hubo ocho directores, seis de ellos oriundos de los países que tienen asiento permanente en la OIT, con repeticiones de Francia, Estados Unidos y Reino Unido. Pero en medio de la polarización que ha generado la crisis, la posibilidad de que repita un latinoamericano de un país en vía de desarrollo no es descabellada.

En caso de que Garzón sea elegido, según dijo, renunciaría a la Vicepresidencia en la última semana de septiembre, pues en octubre arrancaría su periodo. Para él es mucho más seductor ser el director de la OIT que continuar en el gobierno de Juan Manuel Santos por tres razones. Primero, por la enorme influencia que ejerce el organismo en el concierto empresarial y laboral del mundo. El momento es crucial, porque debido a la crisis económica y al auge de los tratados comerciales, las condiciones de los trabajadores cobran un espacio importante en la agenda política internacional. En segundo lugar, porque el organismo administra un presupuesto bianual de más de 700 millones de dólares y tendría a su cargo más de 50 funcionarios de alto nivel. Y en tercer lugar, porque existe la posibilidad de reelegirse en el cargo varias veces.

En caso de que pierda, de todas maneras Garzón habrá ganado. A pocos colombianos se las ha abierto una ventana de reconocimiento como la que consiguió con su cabildeo internacional, pues el impulso a su candidatura se convirtió en un asunto de Estado. Viajó por los cinco continentes a más de una docena de países. Y desde ya suenan argumentos jurídicos sobre su posible inhabilidad para ser candidato en las presidenciales de 2014.

Más allá de las consideraciones internas, pocas veces las fichas del tablero político se acomodan como en el caso de Garzón para que una jugada salga bien. Tanto a la derecha como a la izquierda del país le conviene su elección en la OIT, pero el vice también podría ser un comodín conveniente para algunos gobiernos, empresarios y trabajadores. Su elección no está asegurada, pero a diferencia de hace unos meses hoy tiene más probabilidades. Falta ver cómo se destapan las cartas en la primera ronda, en especial Estados Unidos y Gran Bretaña. En ese momento se sabrá cuál es el verdadero juego.