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Lavado de lujo

La mayor operación multinacional contra el lavado de dinero puso en evidencia una gigantesca red de delincuentes colombianos en Europa .

6 de octubre de 2003

Tenian que caerles a todos al tiempo. A los de Londres, de Madrid, de Cali y de Pereira. El día fue el 24 de septiembre -25 en Europa-. La hora pactada fue las 12 de la noche, hora de Colombia, 6 de la mañana hora europea. Varios minutos antes del momento señalado, mientras un centenar de oficiales de Scotland Yard y la policía metropolitana londinense se acercaban sigilosamente a algunas casas en Beckton y Holloway, al oeste y norte de la capital inglesa, 50 hombres de la Brigada contra la Delincuencia Económica y Financiera de la policía de España rodeaban algunas viviendas en las exclusivas urbanizaciones La Moraleja, Somosaguas y Ciudalcampo en Madrid. Simultáneamente 150 hombres de la Dirección Central de Investigaciones Judiciales de la Policía (Dijin) y la Fiscalía colombianas comenzaron a tomar posiciones estratégicas en Cali: se acercaron a varias residencias en la urbanización Barranquilla y en los barrios Popular y La Rivera. Otro grupo de 20 hombres aguardaba la señal en un barrio de Pereira.

Desde una sala estratégica, ubicada en la sede de la Dijin en Bogotá, varios oficiales colombianos eran los encargados de coordinar los equipos en Londres, Madrid, Cali y Pereira. Cuando el reloj marcó en punto las 12 de la noche dieron luz verde. Con precisión de relojeros suizos y la espectacularidad de Hollywood los policías ingresaron a las viviendas. Los ingleses allanaron 20 casas en Londres y detuvieron a 14 personas. Sus colegas en Madrid ocuparon 22 residencias y arrestaron a 22 más. La Policía colombiana 14 casas en Cali y dos en Pereira y capturó a otros 16 individuos. El operativo simultáneo había sido un éxito.

La policía de los tres países acababa de consolidar la que está considerada como una de las mayores operaciones en la historia reciente en contra del narcotráfico y el lavado de dinero. "Es la mayor operación antidrogas que haya tenido lugar en el Reino Unido", reconoció Sharon Kerr, superintendente de Scotland Yard.

Las cifras son impresionantes. En Inglaterra la red 'lavó' más de 100 millones de libras esterlinas de dinero del narcotráfico, cerca de 430.000 millones de pesos. En España las autoridades afirman que fueron blanqueados más de 30 millones de euros, cerca de 10.000 millones de pesos. Y en Colombia la cifra supera los 50.000 millones de pesos (ver recuadro). Estas astronómicas sumas corresponden a las actividades detectadas por las autoridades tan sólo durante los últimos dos años. Más impresionante que las cantidades de dinero lavado por una sola red es su historia.

Pobres aqui, ricos alla

La investigación de las autoridades comenzó a gestarse hace cerca de cinco años. A mediados de 1999 la policía inglesa comenzó a sospechar de varios colombianos que habían llegado a radicarse en Londres. Les llamaba la atención que, aunque no tenían una actividad económica conocida, éstos realizaban frecuentes viajes a Suramérica, Estados Unidos y se desplazaban constantemente por Europa quedándose en hoteles cinco estrellas. No menos sospechoso era el hecho de las numerosas y frecuentes visitas que recibían de familiares que viajaban desde Colombia. También les parecía extraño que casi todos los colombianos tenían autos lujosos y vivían en elegantes lugares de Londres. Tenían, igualmente, un ritmo de vida bastante inusual para la mayoría de inmigrantes y se codeaban con familias de empresarios y gente de la alta sociedad londinense.

Entre 1999 y 2001 agentes de Scotland Yard se dedicaron a seguir todos los movimientos del grupo de colombianos. Y consiguieron ratificar parcialmente sus sospechas. El dinero con el que se podían dar la gran vida en Londres era producto del narcotráfico. El decomiso de varios cargamentos de droga en Gran Bretaña proveniente de Colombia les dio las primeras pistas. Sin embargo las autoridades británicas tenían un gran inconveniente. No lograban unir las piezas del rompecabezas que les permitieran conectar directamente la droga decomisada con el grupo de colombianos. Fue entonces cuando, a comienzos del año pasado, decidieron entrar en contracto con la Policía colombiana. Le informaron de las investigaciones que venían adelantando y comenzaron a intercambiar información.

El área de investigaciones especiales de la Dijin comenzó por identificar los nombres de las personas que los ingleses estaban siguiendo en Londres. Esto llevó a las autoridades locales a identificar a cerca de 50 personas en Cali y Pereira, la mayoría de ellos familiares del grupo de colombianos de Londres. Comenzaron a seguirlos y descubrieron que algunos viajaban a Venezuela, España y Londres.

Lo que resultaba desconcertante era que el nivel de gastos que tenían los sospechosos investigados en Colombia no tenía nada que ver con el ritmo de vida que sostenían sus parientes o ellos mismos cuando salían del país. "La mayoría eran miembros de dos familias: los Liloy y los Urrego, dijo a SEMANA uno de los oficiales de la Dijin que participó en el operativo. Los Liloy de Cali, que vivían en barrios de clase media baja y baja, no tenían vehículos lujosos ni un gran ritmo de gasto, ni bienes. Parecían vivir de su trabajo en licoreras, como empleados de casas de cambio o como taxistas. Los Urrego de Pereira vivían en condiciones parecidas".

Durante más de 14 meses un grupo de 40 miembros de la Dijin se dedicó a seguir paso a paso cada movimiento de los Liloy y los Urrego, así como de sus amigos y familiares. Junto con la Fiscalía intervinieron decenas de líneas telefónicas. "Gracias a las labores de inteligencia establecimos con certeza cómo operaban, afirmó uno de los oficiales de la Dijin. Sus familiares y contactos en Londres enviaban una o dos veces por semana giros que eran reclamados en casas de cambio en Cali o Pereira, casi siempre los días miércoles". El modus operandi -conocido como 'pitufeo'- era relativamente sencillo. Los miembros de la red en Londres enviaban centenares de giros por valores entre 200 y 500 dólares. Los integrantes de la banda en Colombia conseguían testaferros, a quienes les pagaban 30.000 pesos por prestar sus nombres y cédulas para reclamar el dinero en las casas de cambio. "Con ese método en un solo día podían recibir hasta 500.000 dólares", afirma el oficial.

Parte del dinero que llegaba a Colombia era invertido en finca raíz, pero la gran mayoría era reenviado hacia Londres y otros lugares, utilizando el mismo sistema de múltiples giros de pequeñas cantidades de dinero. Los miembros de la red que vivían en Londres recibían los giros e invertían en costosa finca raíz en esa ciudad. "Los que operaban en Colombia sabían que no podían boletearse. Por eso no realizaban grandes gastos o inversiones en el país. Sabían que en una ciudad o un barrio en donde eran conocidos no podían aparecer de la noche a la mañana con una gran fortuna porque sería muy obvio cómo la obtuvieron, explica el oficial de la Dijin. Por eso decidieron invertir y darse la gran vida en un lugar en donde nadie los conociera y donde tener un ritmo elevado de gastos no fuera tan extraño".

Pero aun para el nivel de vida de Londres ellos comenzaron a llamar la atención, según dijo a SEMANA el agregado de Policía de la embajada de Colombia en Londres, coronel Jaime Otero.

La efectividad del método hizo que la red trabajara para varios grupos de narcotraficantes, principalmente para algunos jefes del cartel del norte del Valle del Cauca. Sus dividendos evidentemente fueron creciendo y decidieron comenzar a invertir en España, en donde ya habían incursionado en finca raíz, principalmente en Madrid y Valladolid.

A mediados del año pasado parte del grupo que operaba en Colombia empezó a sospechar que las autoridades estaban tras ellos. Se comunicaron con sus cómplices en Londres y les informaron de la situación. La red decidió, entonces, que era más seguro tener como centro principal de operaciones para lavar el dinero a Madrid. Parte del grupo se quedó en Londres ya que esa ciudad estaba consolidada y considerada como ruta segura para los embarques de droga que eran enviados desde Colombia. Pero el resto se mudó a España, a donde también comenzaron a seguirlos las autoridades colombianas y británicas, ahora en contacto con sus colegas españoles. La red en España fue bautizada por las autoridades con el nombre clave de 'familia Vargas'.

El sueño español

Los miembros de la red, que ya vivían bastante bien en Londres, en España sí que se desmadraron. A tal extremo que la captura de varios de sus miembros en ese país tiene en jaque a un sector de la alta sociedad madrileña con la cual mantenían estrechas relaciones sociales y comerciales, y la policía local asegura que este episodio podría "salpicar a personas y familias del más alto nivel" en todo el país.

Y es que los miembros del clan de 'Los Vargas' tenían un ritmo de millonarios y se relacionaban con sus pares en España. Vivían en los mejores barrios de Madrid en casas-museo atestadas de obras de arte. Tenían 112 cuentas bancarias, 11 autos de lujo, más de 100 cuadros de pintores famosos, 500 piezas originales de arte precolombino y más de 45 apartamentos y locales.

Se desplazaban en Jaguar, BMW y Mercedes-Benz, sus hijos estudiaban en los colegios más exclusivos de Madrid, eran socios de clubes de golf y equipos de fútbol como el Real Madrid. Todo esto gracias a que utilizaban un entramado de empresas reales y fantasmas para lavar el dinero que les enviaban desde Colombia diversos grupos de narcotraficantes. "Este clan se había hecho indetectable porque sus miembros estaban afincados en España, vivían en urbanizaciones exclusivas, llevaban un alto nivel de vida y, sobre todo, nunca se mezclaban de manera directa con personas que pudieran comprometerles", dijo a SEMANA el agente de Interpol Juan Ferrer, quien destacó que la clave del éxito de la operación fue la cooperación entre las autoridades de Colombia, Gran Bretaña y España.

Hallaron pinturas de colección de todas las épocas, incluidas algunas obras de Fernando Botero y de otros destacados pintores latinoamericanos, españoles y franceses. 'Los Vargas' realizaban compras masivas de arte, asesorados por expertos y por su círculo de amigos de la clase alta madrileña, y habían acaparado el mercado del pintor chileno-español Guillermo Muñoz Vera, famoso por sus cuadros taurinos, por haber pintado a los reyes de España para Expo Lisboa 98 y por sus lienzos de Salvador Allende expuestos con honores hace poco en el Palacio de La Moneda en Santiago.

El medio millar de objetos precolombinos incluyen piezas únicas de pueblos amerindios colombianos, pero también figuras incas, mayas y de otras culturas prehispánicas, y Europol ha decidido seguir el rastro de estas obras ya que al parecer muchas de ellas entraron ilegalmente a Europa.

La policía española considera que el aprecio por el arte de 'Los Vargas' era auténtico, pues sus mansiones estaban decoradas con esculturas y cuadros dispuestos con "muy buen gusto". Sin embargo los agentes de Interpol creen que puede tratarse simplemente de otro sistema de lavado de dinero, que les permitía ocultar grandes sumas en obras de arte que son fácilmente transables en un mercado activo como el europeo, donde muchos negocios de este tipo jamás se registran en las contabilidades ni en los bancos.

El caso en España fue adelantado por la Brigada de Delincuencia Económica y Financiera de la Policía de España (Bdef). Durante meses siguieron a los colombianos y la investigación reveló que no existía una actividad laboral o profesional que pudiera soportar su alto nivel de vida, reflejado principalmente en el precio de las viviendas que adquirían, en los automóviles de lujo que utilizaban, sus constantes viajes al extranjero, su numeroso servicio doméstico, sus frecuentes períodos de vacaciones en hoteles de cinco estrellas y la compra de todo tipo de bienes. Como parte de las pesquisas la Seguridad Social y el Ministerio de Hacienda de España concluyeron que los ingresos que habían declarado los colombianos no les permitían siquiera pagar los gastos de luz, agua y teléfono de las mansiones donde vivían.

También en España, como en Gran Bretaña, nunca antes las autoridades habían desmantelado una red tan grande. A los colombianos los protegió que llevaban ya varios años afincados en Europa y que, incluso algunos de ellos, habían conseguido la nacionalidad británica o española. Ahora Interpol está indagando en mayor detalle cómo eran las relaciones 'empresariales' entre 'Los Vargas' y el grupo capturado en Londres, Pereira y Cali, así como sus enlaces con otras bandas establecidas en Europa.

Las autoridades españolas ya iniciaron investigaciones a miembros de la clase alta de Madrid y Alicante con los cuales 'Los Vargas' mantenían relaciones sociales y de negocios, en clubes y ámbitos exclusivos, entre ellos los del mercado del arte, donde la policía espera encontrar más 'peces gordos'. Muchos millonarios de su entorno deben estar muy preocupados porque ahora tendrán que demostrar la legitimidad de su riqueza ante el temido Ministerio de Hacienda español y ante la policía, deberán dejar claro que sus relaciones con 'Los Vargas' no pasaron de los encuentros sociales.