Home

Nación

Artículo

Legalización no aumenta el consumo

Ethan Nadelmann, uno de los expertos más reconocidos en el mundo por su conocimiento en la lucha contra las drogas, asegura que Estados Unidos no puede seguir insistiendo con una política antidrogas que ha resultado un fracaso.

10 de septiembre de 2001

Educado en la Universidad de Harvard y en London School of Economics, Nadelmann es fundador y actual director del Lindesmith Center, un instituto líder en investigación de políticas frente a las drogas. SEMANA lo entrevistó.

SEMANA: Como usted sabe, Colombia probablemente ha perdido sus mejores líderes en todos los campos debido al rentable negocio del narcotráfico (el cual se deriva de la prohibición). En la actualidad muchas personas están arriesgando sus vidas tratando de combatir este mortífero negocio. ¿Piensa usted que después de tanto sufrimiento es viable políticamente decirles a los colombianos que todo ha sido en vano, y que simplemente hemos aplicado la política equivocada?

Ethan Nadelmann: eso me suena a la misma lógica que muchas personas utilizaban en estados unidos hace una generación para justificar la continuidad de nuestra ingerencia en vietnam. por supuesto que es difícil y doloroso admitir que una política ha fracasado, y que ha sido aplicada en vano; pero es peor aún el perpetuar dicha política debido al miedo de aceptar la verdad.

SEMANA: El negocio de los narcóticos ha distorsionado la economía colombiana, ha minado sus valores, corrompido su democracia y alimentado el conflicto interno brindándole recursos ilimitados tanto a la guerrilla como a los paramilitares. ¿Cómo piensa usted que podría cambiarse esta realidad mediante la aplicación en Estados Unidos de una política hacia las drogas como la que usted preconiza?

E.N:los problemas de colombia en relación con la droga son el resultado del choque entre dos poderosas fuerzas: un irrefrenable mercado de cocaina, heroína y marihuana en el cual colombia es un protagonista principal y una implacable campaña prohibicionista impulsada por el gobierno de estados unidos. colombia debería beneficiarse grandemente al salirse de ese mercado; pero numerosas décadas tratando de lograr esa salida han llevado a fracasos reiterados y consistentes. colombia también se beneficiaría si el gobierno norteamericano abandonara su campaña prohibicionista y le permitiera al gobierno colombiano y a los demas gobiernos experimentar con otras opciones que permitieran reglamentar y controlar esos mercados.

SEMANA: Está claro que usted no está proponiendo la legalización inmediata de todas las drogas, sino más bien un cambio dirigido hacia una política más efectiva que nos ayudara a enfrentar mejor el problema de las drogas, las cuales están aquí para quedarse. En su propuesta, ¿cuál sería una mejor política hacia los países productores de droga como Colombia?

E.N:tenga en cuenta que hay una tendencia creciente a que todos los países sean a la vez productores y consumidores. estados unidos son un productor principal de marihuana y de muchas drogas sintéticas. colombia y otros países "productores" se están volviendo cada vez más consumidores también. La política óptima para estados unidos consistiría en permitirles a otros gobiernos la oportunidad de experimentar con enfoques alternativos. existen muy pocas soluciones de corto plazo para los problemas colombianos, debido especialmente a la resistencia continua que hay en estados unidos y en el congreso norteamericano para aceptar alternativas de reforma de la política antidrogas. sin embargo, en el largo plazo tanto colombia como estados unidos, al igual que la mayoría de los demás países, se beneficiarán si el actual régimen global de prohibición evoluciona hacia un régimen regulatorio basado en la ciencia, la salud pública y los derechos humanos.cualquier cosa que hagan los estados unidos para avanzar en esa dirección representaría un beneficio para colombia y otros países productores.

SEMANA: Muchos críticos de aquí dicen que algunos defensores de la descriminalización de las drogas en Estados Unidos, representan la peor de las perspectivas para quienes vivimos en los países productores, pues abren la puerta al crecimiento de la demanda de drogas; pero a la vez mantiene prohibida la oferta. ¿Considera usted que las cosas sí se presentan de ese modo?

E.N: he escuchado esas críticas muchas veces. tienen dos puntos débiles. el primero consiste en que la descriminalización y la reducción del perjuicio no están asociados necesariamente con el incremento de la demanda por drogas. observe que la proporción de personas de los países bajos y otros países que aplican la descriminalización combinada con reducción del perjuicio que utilizan drogas ilegales es con frecuencia menor que en los países que practican políticas más prohibicionistas.

de hecho, basta con que uno simplemente le dé un vistazo al uso de drogas y a las políticas antidrogas en europa occidental, para que encuentre que hay poca relación entre las políticas y los niveles de uso o abuso de drogas.

el segundo problema radica en el fracaso que significa no reconocer que colombia y otros "países productores de droga" comparten un interés común con los "países consumidores de droga" que reconocen la incapacidad que demuestra la guerra contra las drogas para resolver sus problemas con las drogas. en última instancia ambos tipos de países se beneficiarían con un régimen global de control de drogas que procure reducir los perjuicios tanto del uso de la droga como de su prohibición.

considero que el debate sobre la política antidrogas tiene que dejar de plantearse en términos de debate entre norteamérica y suramérica y debe dejar de enfocarse en el modelo de reducción de oferta y demanda. ninguna de estas dos aproximaciones ha ayudado a generar respuestas satisfactorias para nuestros problemas de drogas. es tiempo de reorientar la discusión hacia un diálogo más latinoamericano/europeo que pueda enfocarse en la reducción de los daños que produce el uso de las drogas, la producción de ellas y su prohibición. después de todo, la política ideal resulta de un equilibrio que demuestre el mayor éxito para reducir todos esos daños.

SEMANA: Su propuesta para cambiar la política antidrogas de manera que los ciudadanos respetuosos de la ley que utilizan drogas no terminen en la cárcel, que los adictos obtengan la ayuda que necesitan y que se minimice el daño que dichos adictos puedan causarle a la sociedad, solamente es posible en países con un Estado fuerte, capaz de imponer la ley (por ejemplo, asegurarse de que los ciudadanos solamente obtengan las drogas a través de prescripción médica, etc.); pero no en países como Colombia, la cual tiene una larga tradición de negocios ilegales desarrollados en relación con la producción y el tráfico de drogas y, a la vez, un Estado muy débil (aquí, por ejemplo, la gente puede conseguir cualquier droga legal en las farmacias sin orden médica y el sistema de Seguridad Social estatal maneja un enorme mercado negro de drogas legales).

Algunas personas consideran que la legalización nos haría cambiar la pesadilla del negocio de los narcóticos por una nueva pesadilla que sería el negocio del consumo. ¿Qué piensa usted al respecto?

E.N: pienso que ambas suposiciones de partida son incorrectas. primero, las políticas de reducción del perjuicio con frecuencia surgen y prosperan en países en desarrollo, entre los cuales hay países con estados débiles, porque son pragmáticas y efectivas en términos de costos.

observe, por ejemplo, que actualmente es posible encontrar programas de intercambio de agujas en la india, nepal, vietnam, brasil y ciertas partes de asia central; pero no en nueva jersey ni en florida. Nuestras políticas prohibicionistas son muy costosas. de hecho, una manera de catalogar la prohibición de drogas en estados unidos es como un costosísimo subsidio para nuestros temores y prejuicios.inclusive en colombia hay algunas personas y organizaciones que están trabajando para implantar políticas de reducción de perjuicios. En cuanto a las consecuencias de la legalización, nadie lo sabe con certeza, pero piense qué tipos de drogas psicoactivas están actualmente en amplia disponibilidad, tanto en forma legal como ilegal, en su país, en el mío y en la mayoría de los demás países también. la abrumadora mayoría de las personas propensas a abusar de la droga ya están haciéndose daño a sí mismas con una u otra droga. el supuesto del cual parto una legalización en amplia escala conduciría a que alguna cantidad más de gente utilizara una gama más amplia de drogas; pero con muchas menos consecuencias negativas. Aquí también está de por medio un principio básico. me parece que no solamente los médicos deberían prestar el juramento hipocrático que dice "ante todo, no hacer daño", sino que los gobiernos deberían ser los primeros y los más interesados en comprometerse con algo así. la mayor parte de los colombianos, así como la mayor parte de mis conciudadanos obtendrían enormes beneficios si nuestros gobiernos basaran sus políticas antidrogas en ese mismo principio: "ante todo, no hacer daño".