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Garavito, ‘el Monstruo de los Andes’, abusó de 168 menores entre 1992 y 1998. Si se totalizan todas sus condenas, tendría que pagar 1.689 años de prisión.

POLÉMICA

¿Libre 'la Bestia'?

Rumores sobre la posible libertad de Luis Alfredo Garavito han estremecido e indignado al país entero.

21 de mayo de 2011

Desde finales de 2010, las redes sociales se alborotaron con rumores de que el violador y asesino de 168 menores, Luis Alfredo Garavito, saldría en libertad. Este año los fanáticos de Twitter y Facebook y los usuarios del chat de BlackBerry fueron inundados por un símbolo de carita triste de color azul acompañado de la consigna 'No a la libertad de Garavito'. Y el domingo pasado, Pirry repitió su ya famoso programa sobre el asesino y violador de niños. El tema se ha colado, de nuevo, al centro de la opinión pública y en las calles hay un temor generalizado de que 'la Bestia' quede libre en poco tiempo.

Lo historia de Luis Alfredo Garavito se remonta al 22 de abril de 1999, cuando fue capturado por el CTI de la Fiscalía después de que unos celadores lo vieron arrastrando a un niño en las cercanías de Villavicencio. Tras las pesquisas requeridas, las autoridades concluyeron que Garavito violó y asesinó a 168 menores entre 1992 y 1998 y le abrieron procesos en más de cincuenta juzgados en todo el país. Las autoridades han podido identificar a 81 menores, mientras 86 permanecen aún hoy sin identificar.
 
Los cargos siempre fueron los mismos: homicidio agravado y violencia sexual agravada. Garavito solía llegar a una zona del país, y se hacía pasar por vendedor ambulante, indigente y discapacitado, entre otras, para acercarse a los menores. Después de cometer sus crímenes, cual nómada, escogía otra zona del país, aunque casi siempre en el interior.
Cada juzgado le otorgó a Garavito distintas penas. Por ejemplo, un juez en Tunja le dio 32 años de prisión por la violación y el asesinato de un niño. Esta fue la pena máxima que recibió el violador en serie. Otro juez en Pereira, por el caso de 12 niños asaltados, le otorgó 15 años.

Al sumar todas las condenas, Garavito resultó con 1.689 años de prisión, lo que equivale más a menos a diez años por cada niño. Sin embargo, en Colombia las penas no se acumulan. Tras la redosificación de penas, su condena quedó en 40 años de prisión, aproximadamente dos meses y ocho días por cada niño. No obstante, Garavito colaboró con la justicia, confesó todos sus crímenes e hizo uso de su memoria fotográfica para entregar la ubicación de los cadáveres. Por su colaboración y otro tipo de rebajas de pena utilizadas en el país, su condena quedó reducida a 24 años.

En su reclusión en la prisión de Valledupar, Garavito se ha dedicado a estudiar y ha acumulado más de ocho mil horas de estudio. Si quisiera redimir estas horas, le rebajarían tres años, por lo cual su condena quedaría reducida a 21 años. Pero según la juez de ejecución de penas en Valledupar, María José Casado, Garavito no ha solicitado ninguna rebaja ni ha redimido sus horas de estudio. Por lo pronto, está cumpliendo su condena tal como manda la ley.

Garavito está por completar 12 años en la cárcel. Al llegar a los 14 años, con el argumento de buen comportamiento, podría demostrar que ya cumplió tres quintas partes de su pena y quedar en libertad condicional. Y esto es lo que tiene indignada a la opinión pública. Si no redime horas de estudio ni se acoge a las tres quintas partes, podría salir en libertad en ocho o diez años, lo que para la mayoría tampoco es aceptable.

Pero el gran debate que queda pendiente es el de la dosificación de penas, la estructura del sistema penal colombiano y la tesis, según la cual, la prisión resocializa a los individuos. Según la senadora Gilma Jiménez, quien impulsa el referendo para la prisión perpetua de violadores, "tarde o temprano va a salir. Me pregunto en qué país del mundo tiene sentido que un individuo con esa capacidad de hacer daño pueda quedar libre". En otros países, como Estados Unidos, los violadores en serie se enfrentan a penas de 200 o más años. Aquí en Colombia la falta de una estructura penal seria propicia que se abran paso medidas radicales como la propuesta por la senadora Jiménez de condenar a cadena perpetua a los violadores, que tiene una noble intención pero que tampoco es la ideal.