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LINEA CALIENTE

Desde una sofisticada central de comunicaciones las organizaciones del tráfico de droga manejaban sus negocios internacionales.

16 de junio de 1997

A mediados de abril pasado el grupo de inteligencia electrónica de la Policía Nacional detectó una serie de comunicaciones vía satelite por medio de las cuales se ordenaba el embarque de varias toneladas de coca que tenía como puerto de origen la costa de la Alta Guajira para ser transportadas a Queens, Nueva York. Una semana más tarde los detectives captaron una nueva llamada por medio de la cual se coordinaba el envío de 1.500 kilos de droga desde el puerto de Buenaventura con destino a Miami.
A los hombres de inteligencia les llamó poderosamente la atención que esas comunicaciones se realizaran por el sistema de 'puente'. En ellas participaban un operador ubicado en Cali o Bogotá y sus interlocutores en diferentes partes del mundo: México, Los Angeles, Nueva York, Madrid, Luxemburgo o Berlín. Todas las conversaciones giraban en torno del despacho de grandes cantidades de droga y las conexiones que se realizarían en altamar o en pistas clandestinas con el fin de evadir los controles de las agencias antinarcóticos.
Frente a esta situación se destinó un equipo de investigadores, a quienes se les asignó la difícil misión de localizar en Cali y Bogotá antenas repetidoras de alto poder con el fin de interceptar sus comunicaciones y tratar de establecer cómo estaba operando esta organización del narcotráfico en lo referente al envío de droga a distintas partes del mundo.
Tres semanas después de haber iniciado las labores de rastreo los hombres de inteligencia electrónica comenzaron a tener resultados de su trabajo de campo. Descubrieron una poderosa red de comunicación satelital, celular y radial, al servicio de los carteles de Cali, norte del Valle del Cauca y Medellín. A pesar de este importante hallazgo a los sabuesos todavía les faltaba por recorrer un duro camino: establecer dónde se encontraba el centro de operaciones de esa red.
Entonces decidieron acudir a la red de informantes en Cali y Bogotá en busca de una pista que les permitiera dar en el blanco. El jueves pasado la suerte estuvo de su lado. Un informante entregó valiosas pistas sobre el tema. De inmediato se activaron los equipos de radiometría para localizar la central de operaciones. El viernes pasado la Policía decidió allanar unas enormes bodegas localizadas al noroccidente de Bogotá, avenida Boyacá con calle 83, en busca de los equipos de comunicaciones. Estos fueron encontrados en una empresa de fachada conocida como Data Comunicaciones S.A. con autorización legal para la utilización de cuatro frecuencias. Pero, además de las permitidas, los operarios también tenían acceso a otras tres que son de uso exclusivo de las autoridades colombianas. Por medio de ellas se mantenían en contacto con redes al servicio del narcotrafico en Perú, México, Estados Unidos y varios países europeos.
Los equipos decomisados son altamente sofisticados y con ellos se puede fácilmente sustituir una central telefónica internacional con capacidad para mantener comunicaciones vía aérea, fluvial y terrestre a través de frecuencias conocidas como 'repotencial' vía satélite. En el mismo lugar se encontraron antenas de enlace con equipos de transmisores, utilizados para interceptar llamadas telefónicas en cualquiera de los cerros donde están ubicadas las diferentes repetidoras de Telecom. Una vez desmantelada la central de operaciones, que servía a las organizaciones del narcotráfico para coordinar todo lo relacionado con embarques de droga, los investigadores iniciaron una labor de verificación con el fin de determinar quién o quiénes eran los dueños de las bodegas y de la empresa Data Comunicaciones S. A. De acuerdo con las autoridades, las bodegas eran propiedad del extinto Efraín Hernández y la empresa es una sociedad cuyo gerente es Luis Felipe Zapata Ríos.
Este golpe propinado por la Policía hace parte del nuevo esquema de trabajo impuesto por el general Rosso José Serrano. Desvertebrada la cúpula del cartel de Cali las acciones que se emprendieron están encaminadas a desmantelar las redes de la comercialización de droga que hasta el momento habían permanecido intactas.