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El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dice que es necesario conseguir recursos que mantengan el ingreso fiscal en el 17 por ciento del PIB. | Foto: Ministerio de Hacienda - Comh / Emilio Aparicio Rodríguez

IMPUESTOS

Llegó la reforma tributaria

La fórmula para tapar el creciente hueco fiscal contiene impuesto a la riqueza (antes al patrimonio), sobretasa de renta y 4 por mil. El gobierno propone extender estos mismos tributos hasta 2018.

4 de octubre de 2014

El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, acaba de radicar en el Congreso la primera reforma tributaria de la administración Santos II. No se trata de un proyecto cualquiera, sino de una gran reforma por su alcance en cuanto al recaudo. Le permitirá al gobierno conseguir los 12,5 billones de pesos que necesita para cuadrar el presupuesto del próximo año, pero en total, dejará un recaudo de más de 50 billones durante el cuatrienio, lo que le ayudará al gobierno a financiar el programa propuesto durante la campaña presidencial.

Este proyecto tiene, además, una particularidad y es que busca asegurar la extensión –hasta 2018– del 4 por mil y del impuesto al patrimonio (bajo otro nombre), tributos que fueron creados con la promesa de ser temporales, pero no han podido ser desmontados.

Aunque las reformas tributarias suelen alterar los ánimos de todos los sectores, este proyecto ha causado mayor revuelo, por los bandazos que ha sufrido antes de llegar al Congreso. Inicialmente, el ministro de Hacienda había anunciado que se extendería el impuesto al patrimonio, bajo una nueva versión que implicaba tarifas más altas (entre 0,4 y 2,25 por ciento) y cambio en la base (a partir de 750 millones de pesos), lo cual cobijaría a muchos más colombianos. Pero, quién dijo miedo. Muchos contribuyentes pusieron el grito en el cielo, pues con esa base era relativamente fácil que alguien de clase media se viera obligado a pagar el impuesto.

Ante la avalancha de críticas, el ministro recogió velas y subió a 1.000 millones de pesos la base a partir de la cual se aplicaría el tributo. El sector empresarial, no obstante, siguió protestando tras advertir que este tipo de gravamen es antitécnico e inhibidor de la inversión. Como pocas veces se había visto en el pasado, se levantaron distintas voces del sector privado para rechazar la extensión del impuesto al patrimonio. El banquero Luis Carlos Sarmiento Angulo fue uno de los más duros opositores. El Consejo gremial, por su parte, pidió cambiar este impuesto por una sobretasa a la renta.

Pues bien, el resultado es que el gobierno modificó nuevamente su propuesta y el proyecto de ley que acaba de radicar en el legislativo combina varios impuestos.

Como novedad, se crea un tributo llamado impuesto a la riqueza (patrimonio líquido). Estará a cargo de las personas naturales y jurídicas cuya riqueza sea superior a 1.000 millones de pesos. A diferencia de otros, se liquida de manera marginal y progresiva. Es decir, una vez determinado si se es declarante del impuesto, los primeros 2.000 millones de pesos se liquidan a la tarifa del 0,20 por ciento; los siguientes 1.000 millones a la tarifa del 0,35 por ciento; los siguientes 2.000 millones al 0,75 por ciento; y finalmente para las riquezas que excedan los 5.000 millones, el exceso se gravará a la tarifa del 1,50 por ciento.

El recaudo esperado con este impuesto es de 6,2 billones de pesos, de los cuales 6 billones recaen en cabeza de las empresas (cobija a unas 32.000) y el resto corresponde a personas naturales (alrededor de 52.000).

Para financiar el faltante del presupuesto del próximo año, el gobierno acudirá a una de las sugerencias que le hizo el propio empresariado. Se creará una sobretasa al impuesto sobre la renta para la equidad, Cree, de tres puntos, sin destinación específica. Se aplicará a las empresas con utilidades superiores a los 1.000 millones de pesos. Cabe recordar que el Cree grava las utilidades de las compañías. La tarifa de esta sobretasa se calcula de manera marginal. Así, cuando la base gravable del Cree sea igual o superior a 1.000 millones de pesos, la sobretasa del 3 por ciento solo se aplica a aquellos valores que excedan ese monto. Se recaudarán 2,5 billones de pesos.

Cabe recordar que el Cree apareció con la Ley 1607 de 2012. Nació con tarifa del 8 por ciento, pero se aprobó un punto adicional (hasta 9 por ciento) entre 2013 y 2015, para educación. Pues bien, ahora se propone que a partir de 2016 ese punto adicional se vuelva permanente y destinar el 50 por ciento de su recaudo para educación superior y la otra mitad para la primera infancia. Es decir, nuevamente aplica la fórmula colombiana que nada más permanente que los impuestos temporales.

El proyecto de reforma tributaria también propone eliminar la devolución de dos puntos de IVA por compras con tarjetas débito y crédito, un mecanismo que en realidad funcionaba a medias porque nunca pudo ser reglamentado por completo.

Adicionalmente incluye también mecanismos de lucha contra la evasión, entre los que se destacan un impuesto complementario a la riqueza denominado impuesto de normalización de activos y la creación de un nuevo tipo penal.

Esto significa que los activos omitidos en el país o en el exterior, pueden normalizarse pagando una penalización del 10 por ciento en 2015. Si se acogen a esta medida, los contribuyentes evitan dar muchas explicaciones como dónde están las declaraciones que explican dicho incremento patrimonial.

El delito opera por omisiones de activos o declaración de pasivos inexistentes iguales o superiores a 8.000 millones de pesos y la pena de prisión iría entre cuatro a nueve años y multas.

Según el ministro de Hacienda, la gestión de la Dian en la lucha contra la evasión es fundamental para cumplir con las metas de 2015. De los 124 billones de pesos que se esperan recaudar en impuestos el próximo año, 5 billones deberán llegar por conducto del control a la evasión.

Reforma Exprés

Uno de los temas más polémicos de esta reforma tiene que ver con la vía que usará el gobierno para su trámite. Aunque es una reforma tributaria seguirá los pasos de la Ley de presupuesto, es decir, lo estudiarán las comisiones terceras y cuartas, conjuntas de Senado y Cámara.

El exministro Juan Camilo Restrepo afirma que esta vía tendría graves vicios de inconstitucionalidad pues la Ley de financiamiento para 2015 solo sirve para regular lo relacionado con el presupuesto del año entrante. “No se puede meter en la misma ley una reforma para cuatro años”. Afirma que el gobierno está metiendo en el vagón de la Ley de financiamiento del presupuesto 2015 una reforma tributaria.

Igual opinión tiene el senador del Centro Democrático, Iván Duque, para quien el gobierno cometería una “dictadura tributaria” al pegar impuestos en un proyecto de ley que no seguirá el trámite legal de toda reforma impositiva.

El gobierno está tranquilo con la decisión que tomó pues afirma que se ampara en sentencias de la Corte Constitucional que consideraron ajustadas a las normas este tipo de procedimientos. Es más, el ministro de Hacienda señala que antecesores suyos, entre ellos el excandidato Óscar Iván Zuluaga y el propio presidente Santos, cuando fue ministro, presentaron leyes tributarias por igual vía.

El asunto es que las cartas de la tributaria ya están sobre la mesa y le espera un duro debate. La Andi ya dijo que lamenta que el impuesto al patrimonio, “muy mal llamado impuesto a la riqueza”, se haya mantenido en los niveles anteriores y asegura que esta propuesta afectará especialmente a los pequeños y medianos empresarios y ahorradores.

El ministro de Hacienda piensa lo contrario, pues afirma que los principios que rigen esta reforma son precisamente la protección de la clase media y de las pymes. Sostiene que promueve la equidad y la estabilidad en las reglas de juego para mantener la confianza.

Los empresarios insisten en que estas nuevas normas se limiten en el tiempo, es decir que solo sean para 2015. El argumento del gobierno es que no se trata de un faltante para un solo año, sino que se requieren recursos para los siguientes tres. “Tenemos la necesidad de recursos para mantener el ingreso fiscal en el 17 por ciento del PIB, no es para llenar un hueco de un año”, dice Cárdenas. En su opinión, lo contrario sería someter al país a una incertidumbre de abrir el debate de una reforma tributaria cada año.

La verdad es que por ahora esta es la propuesta del gobierno. Porque como sucede con toda reforma tributaria, una cosa es lo que entra al legislativo y otra la que sale.