¿LLERAS A LA OPOSICION?

¿Lleras en la opasición? Este interrogante se está convirtiendo en el comentario de varios observadores políticos como consecuencia del tono cambiante que se está registrando en los últimos editoriales de Nueva Frontera. De los elogios iniciales al gobierno de Belisario Betancur, el ex presidente ha pasado paulatinamente a términos cada vez más críticos de la gestión de la actual administración, llegando a expresarse recientemente con frases que dejan un cierto sabor de oposición.
Durante la primera etapa del gobierno nacional, Lleras se había sumado a la modalidad generalizada de culpar de los problemas al gobierno pero no al Presidente. Esta costumbre la rompió el ex presidente en su nota del 3 de septiembre pasado, cuando comentando el desbarajuste fiscal afirmó: "La culpa es de todo el gobierno, sin que se pueda excluir siquiera al Presidente".
No menos contundente fue su comentario una semana después,al analizar los proyectos de presupuesto, en el cual escribió: "En pocas palabras ha sido malo el manejo fiscal del país".
Sin embargo, lo que podría ser considerado su comentario más fuerte hasta la fecha se produjo hace algunas semanas, al referirse a la actitud del gobierno frente a las controvertidas declaraciones del vocero del EPL, Oscar William Calvo, sobre el secuestro. En esa oportunidad, Lleras manifestó: "Hay cosas que ningún Estado, que ningún gobierno puede permitir".
Para algunos observadores políticos esta onda cambiante significa que el ex presidente, quien según ellos no da puntada sin dedal, está tratando de recobrar su independencia política para poder jugar un papel determinante en la selección de la candidatura liberal. Sin embargo, los "llerólogos" consideran que el ex presidente no está haciendo nada distinto a ejercer el derecho de crítica, como lo ha venido haciendo en los últimos años y frente a distintos gobiernos. Esta última intepretación tiene más validez. Si algo ha demostrado Carlos Lleras es su independencia y su desinterés frente a los asuntos hacia la politiquería partidista.
Curiosamente esta misma independencia hace que la evolución en la posición editorial de Nueva Frontera tenga serias implicaciones para el gobierno. Este había arrancado con el visto bueno y hasta con el sello de la amistad del expresidente, quien consideraba auténticamente que era necesario que el liberalismo perdiera las elecciones, para purificarse del llamado clientelismo. Independientemente de la validez de este diagnóstico, lo cierto es que el ex presidente lo hacía con sincera convicción, la misma que tuvo para respaldar inicialmente a Betancur, lo cual le otorga a sus posiciones, de ayer y de hoy, una legitimidad de la que no gozan los demás opositores del gobierno. Hay una diferencia del cielo a la tierra en el impacto que una misma frase tiene ante la opinión, dependiendo de si es leída en Consigna o en Nueva Frontera -