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El magistrado Mauricio González y el presidente de la Corte Constitucional, Jorge Pretelt , radicaron el viernes casi al mismo tiempo un documento ante la Comisión de Acusaciones con su versión de los hechos. | Foto: DIANA SANCHEZ

PLEITO

Guerra en la justicia

Un magistrado de la Corte Constitucional pidió que se investigue a otro por supuestamente pedir dinero a cambio de un fallo.

28 de febrero de 2015

Habla muy mal de la Jus-ticia que en los grandes escándalos judiciales los protagonistas no sean los acusados sino los miembros de las cortes. Esta semana se produjo un episodio tan inédito como sorprendente. El expresidente de la Corte Constitucional, Mauricio González, hizo pública una versión según la cual un abogado sostenía que el actual presidente de la corporación, Jorge Pretelt, había pedido 500 millones a cambio de favorecer a la empresa Fidupetrol en una tutela. La noticia cayó como una bomba.

Ambos magistrados consignaron por escrito, casi al mismo tiempo, su versión de los hechos ante la Comisión de Acusaciones de la Cámara. González asegura que otro magistrado, Luis Ernesto Vargas, le contó que el abogado Víctor Pacheco decía que Pretelt le estaba pidiendo dinero a nombre suyo. En el documento señala que, según Vargas, Pretelt le habría dicho a Pacheco que el ponente de su caso (González) “era amigo suyo y que solo él podía hablarle al oído”. Agrega que por esto, se comunicó el 3 de febrero con Pacheco, quien le confirmó la versión.

Al día siguiente tendría lugar la elección de presidente de la Corte Constitucional y ya estaba acordado que Pretelt sería ungido en ese cargo que se rota anualmente. Pero González asegura que por cuenta de esa denuncia votó en blanco, y le manifestó en privado a Pretelt que no podía apoyarlo hasta “llegar al fondo del asunto”.

El lío gira alrededor de un pleito que involucra a un gobernador y 22.000 millones de pesos. En 2009, la Fiscalía le abrió un proceso a Miguel Ángel Pérez Suárez, entonces mandatario de Casanare, por el delito de peculado y celebración de contratos sin el cumplimiento de los requisitos legales. Fidupetrol fue vinculado al proceso como un tercero responsable un año después. En 2013, la Sala Penal de la Corte Suprema condenó a Pérez. En la sentencia también obligó a Fidupetrol a pagar junto con este 22.000 millones de pesos. Contra esa decisión Fidupetrol interpuso una tutela que llegó a la Corte Constitucional y le correspondió al magistrado Mauricio González, quien llevó el caso a la sala plena. La Corte falló en contra de la empresa y confirmó que tenían que pagar los 22.000 millones.

El viernes pasado Pretelt rechazó tajantemente las acusaciones de su colega. “Jamás pedí dinero, y eso lo puede ratificar Mauricio González. No intervine en la selección de la tutela. Yo voté contra los intereses del señor Víctor Pacheco y de Fidupetrol.  Yo no tengo nada que ver con eso”, le dijo a SEMANA. González reconoce que Pretelt nunca le insinuó nada y en su escrito afirma que incluso lo acompañó en su decisión de condenar a Fidupetrol. La denuncia de González, de hecho no es contra Pretelt sino para estimular una investigación de los hechos pues no hizo parte del “acuerdo simoniaco con el que se pretendería relacionarme”.

Lo que llama la atención es que el caso fue fallado el pasado mes de octubre, pero Pacheco buscó a los magistrados solamente en febrero, un día antes de la elección cantada de Pretelt como presidente de la Corte. Para ese momento el abogado había hablado también supuestamente con otros tres magistrados de la Corte: Luis Ernesto Vargas, Gabriel Eduardo Mendoza y María Victoria Calle. De estos últimos, solo Calle votó por Pretelt para la Presidencia. El magistrado Mauricio González se reunió con Pacheco el 6 de febrero en Cartagena, y 20 días después envió su escrito al Congreso.

Con esta denuncia la Corte Constitucional, que hasta hace algunos años era una de las instituciones de mayor admiración en el país, queda sumida en un escándalo que la deja muy mal parada. Hasta el momento no se ha revelado cuál puede ser el origen de la pelea de González y Pretelt, que hasta hace poco eran considerados amigos, aliados, y los dos representantes que quedaban del uribismo en la Corte, pues el expresidente Uribe fue quien postuló a ambos para el puesto de magistrados y los dos fueron los únicos que votaron a favor de la reelección, cuando la corporación la tumbó.

Y como Pacheco hasta el momento no ha dado su versión, por ahora queda la palabra de uno contra la palabra del otro. Pero esa ‘llave’ se rompió definitivamente y promete convertirse en una de las rivalidades más polémicas de los últimos tiempos en las cortes.